Vandalizadas, incendiadas y abandonadas, las bibliotecas de los cinco núcleos de la Universidad de Oriente son el reflejo del deterioro infraestructural de la llamada “casa más alta”.

Regiones. La imagen de la Biblioteca Central de la Universidad De Oriente UDO, núcleo de Sucre, consumida por el fuego en 2020, es el símbolo del deterioro de la infraestructura de la otrora prestigiosa Universidad de Oriente (UDO). Un abandono que es palpable no solo en ese núcleo, sino en los otros cuatro estados donde opera.

Aunque el Cuerpo de Bomberos de la entidad, indicó en su informe que el incendio en el que se consumieron 120.000 textos fue provocado, el suceso coronó una serie de eventos que evidenció el deterioro generalizado de la infraestructura de la UDO, conformada por cinco sedes distribuídas entre Anzoátegui, Monagas, Sucre, Bolívar y Nueva Esparta.

Además de salones y talleres en penoso estado, las bibliotecas de los cinco núcleos de la UDO ha sido objeto del ensañamiento de quienes provocaron los incendios en Sucre y Bolívar, sumado a la falta de recursos para su mantenimiento. Pese a ello, trabajadores se resisten a que el archivo literario de su alma máter desaparezca.

Uno de ellos es José Boada, coordinador de la Biblioteca del Núcleo de Sucre, quien recuerda conmovido cómo el fuego consumió la planta baja. Previamente, los delincuentes destrozaron los pisos superiores y se llevaron estantes enteros con tesis de toda una vida académica.

Se llevaron los estantes y a las instalaciones les ha caído agua. En el segundo piso donde también habían tesis, arrancaban las hojas para usar el papel de reciclaje, pero luego se llevaron hasta las carátulas, lamenta.

Hace unos meses, Boada planteó que sería bueno realizar una jornada. El plan consistía en llevar un camión y buscar los libros que quedan, pero descartó la idea porque debía contar con espacio para resguardarlos.

La buena noticia es que las autoridades universitarias confirmaron que será habilitada la petroaula N° 1, para la biblioteca general, en la entrada de Cerro Colorado.

En proyecto

Boada cumplió 34 años de servicio como bibliotecario de la UDO. Por eso aclara que, pese a las precarias condiciones, no va abandonar su otro hogar.

UDO
Varios luchan porque las bibliotecas de la UDO no mueran. Foto: Crónica.Uno

Está dispuesto a colaborar para que sea habilitada la Biblioteca del Instituto Oceanográfico de Venezuela, IOV, en los espacios del Complejo Cultural Luis Manuel Peñalver con más de 600 libros, pues la institución contaba con dos bibliotecas especializadas en el núcleo de Cerro Colorado.

Hay libros allá en el Complejo, en la Casa Ramos Sucre, en la Asociación de profesores, Apudons, además tenemos libros y tesis en nuestras casas y también los vamos a incorporar al sistema, una vez que tengamos el espacio de las petroaulas disponible”, dijo.

A la par de los daños por el incendio, la Biblioteca general pasó de contar con 35 trabajadores a 16. Boada indicó que varios de ellos fueron preparados por él para su relevo, pero la situación país los llevó a destinos como Perú y Chile.

Maturín sin espacios

La delincuencia, que azotó el alma mater entre 2019 y 2021, acabó con el corazón del núcleo Monagas de la UDO, su biblioteca. Aunque desde los gobiernos regional y nacional se atienden diferentes espacios, la sala de consulta e investigación sigue sin recuperarse.

José Velásquez, estudiante de Agronomía, describe que en la biblioteca del Campus Los Guaritos, además de moho y hongos, no hay mesas, sillas ni muebles de exhibición.

Todo fue saqueado y no podemos consultar en libros y textos vinculados a la carrera, cuenta.

José Montero, estudiante de Petróleo, dice que los módulos IV y V de la UDO Monagas le recuerdan un pasado tormentoso, sumergido en la desidia y el abandono.

En los jardines y demás áreas verdes no hay bancos en los que sentarse, solo abundan escombros y maleza que superan el metro de altura

En 2017, el desabastecimiento y la falta de recursos obligó a la universidad a cerrar el comedor. Más de 8000 estudiantes, docentes y obreros se quedaron sin recibir alimentos.

Durante la pandemia por la COVID-19, delincuentes actuaron a sus anchas y acabaron con todo. Cargaron con implementos y equipos de cocina, puertas, rejas, mesas y cableado eléctrico, enumeran los estudiantes.

El Campus de Los Guaritos refleja dos realidades. La primera, una crisis latente, por el déficit presupuestario y desvalijamiento casi en su totalidad del recinto y la segunda, el empeño de la comunidad universitaria de no abandonar a la “casa más alta”, como se conoce a la UDO, por su lema.

En noviembre de 2022, luego de reiteradas solicitudes por estudiantes y autoridades, la Misión Venezuela Bella y la Gobernación de Monagas, iniciaron los trabajos de recuperación de diferentes áreas del núcleo Monagas.

Están por cumplirse dos años de la intervención y hasta la fecha tres de cinco módulos de clases están operativos. Son más de 68 salones en los que las paredes y techos están renovados, con pupitres nuevos y áreas iluminadas.

Núcleo en ruinas

El estado de la Universidad de Oriente, UDO, en Bolívar refleja el abandono del Estado a la infraestructura de la educación superior. No solamente no hay inversión, sino que ante cada hurto y acto vandalismo en sus escuelas, le sigue la desatanción estatal, que es notoria por la falta de planes de rehabilitación.

En 2021 ocurrieron tres incendios provocados en el núcleo de Ciudad Bolívar, según reportaron Bomberos y la decana María Coromoto Casado. Los primeros dos fueron en menos de un mes, específicamente en la Escuela de Ciencias de la Tierra.

El primer incendio consumió 90 % de la sede de Fundageominas. Este espacio servía para el estudio, cuantificación y la valoración contable de los recursos mineros y del suelo en Bolívar.

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La deuda en mantenimiento infraestructural de la UDO es grande. Foto: Crónica.Uno

José Vicente Hernández, fundador del movimiento estudiantil Más Udistas, expuso el abandono de lo que fue la Escuela de Ciencias de la Tierra, en la parroquia La Sabanita.

Ahora estamos estudiando en la Escuela de Ciencias de la Salud que queda en el sector Barrio Ajuro, cerca del hospital Ruíz y Páez, y en una nueva sede, que es un anexo de lo que es Enfermería y Cursos Básicos”, comentó.

Detalló que en los salones se han hecho trabajos por parte de una cuadrilla de la Alcaldía, para instalar lámparas. Sin embargo, este mantenimiento de las últimas semanas lo atribuye a una estrategia de campaña electoral.

“Hay salones que no tienen energía eléctrica o que tienen el cableado pero no tienen bombillo. Toda esa estructura se hizo para que tuvieran un aire central y no se cuenta actualmente con ese servicio. En las horas pico, cuando hace demasiado calor, algunos muchachos se han organizado con los profesores para llevar un ventilador”, describió Hernández.

Sin bibliotecas

Nirailis Campos, concejal del municipio Angostura del Orinoco, egresada de esta casa de estudios, lamentó que las infraestructuras de la UDO actualmente sean “espacios que solo sirven para promover la inseguridad, los vicios y las cosas malas”.

Hoy en día nuestros estudiantes y personal docente se encuentran en la obligación de improvisar un lugar para ver sus clases, llámese plaza, matica de mango, en la esquina de la señora que vende café. Pero existe compromiso por parte de nuestros estudiantes y también de los mismos profesores por seguir formándose”, dijo.

Campos recordó que en el caso de la biblioteca los textos se resguardaron ante los constantes actos vandálicos que sufrió la universidad durante la pandemia de COVID-19.

“La biblioteca más grande que existía es la que se encuentra en la sede de Ciencias de la Tierra. Y la única que hoy en día se encuentra en mediano funcionamiento es la que está en la sede de Ciencias de la Salud”, agregó.

Hernández señaló que cuentan con una biblioteca virtual por Telegram.

De acuerdo con el informe 2023 del Observatorio de Universidades, del monitoreo realizado en prensa y redes sociales, 47 % de las denuncias de vulneración a derechos sociales en universidades del país fue por daños a infraestructuras. 24 % de los reportes fue por inseguridad; 15 % vulnerabilidad a la autonomía; 10 % providencias estudiantiles y 4 % agravios a terceros.

Anzoátegui a oscuras

La Biblioteca Dr. Luis Pelissier, solo quedó para que los bachilleres al momento de tener sus actos de grado, usen las escalares de la explanada que da acceso al recinto, para tomarse la foto que tendrán como recuerdo de su paso por el núcleo Anzoátegui.

Ignacio Diaz, secretario del Sindicato de Trabajadores Administrativos y Obreros de la UDO Anzoátegui, sostuvo que en el recinto solo está operativo el primer piso. El resto prácticamente está cerrado. “Nadie debería entrar ahí, a menos que sea un especialista”.

El hongo, moho y polvo invadieron el espacio. Para Diaz, los textos que están en el lugar hay que desecharlos en su totalidad porque “están inservibles”. A esto se suma que la delincuencia se llevó el equipo de aire acondicionado de 40 toneladas que había en el espacio, además de las computadoras.

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La delincuencia se ensañó contra las bibliotecas de la UDO. Foto: Crónica.Uno

El sindicalista afirma que 75 % del núcleo Anzoátegui de la UDO está a oscuras, sin energía eléctrica.

Hace tres meses instalaron unos postes para llevar electricidad que no llegaron a la escuela de ingeniería industrial, colocaron nueve transformadores pero pura pantalla, lo único que tiene electricidad es el área del Comedor, Escuela de Medicina y Ciencias Administrativas, dijo.

El gobernador Luis Marcano dijo el 22 de agosto, que junto con la petrolera Chevron y en el marco del plan Universidad Bella, se inició la recuperación de la infraestructura en las escuelas de ingeniería del núcleo Anzoátegui.

Marcano indicó que la recuperación de los espacios en la escuela de Ingeniería en Petróleo, tienen un avance de 80 %. Sin embargo, para Diaz además de esos espacios en los que están las aulas, la gran deuda se centra en los talleres y laboratorios.

“La delincuencia acabó con todos los talleres. Los equipos robados tienen un costo de más de 500.000 dólares, está bien la recuperación de las aulas, pero y ¿las prácticas de estos muchachos cómo las hacen sin equipos para ello?”, reprochó.

Diaz recordó que los estudiantes de la UDO Anzoátegui no cuentan con transporte universitario. Además, el auditorio del núcleo está “en el suelo”, pues hasta las sillas se las llevaron para venderlas como chatarra por ser de aluminio.

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