Desde hace casi cuatro años la crisis de agua potable se ancló en Margarita

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Los expertos afirman que no se vislumbra una solución ni siquiera en el largo plazo a la crisis de agua, ya que se debe sustituir la tubería submarina y eso resultaría muy costoso. El incumplimiento de un convenio Irán-Venezuela, firmado por fallecido presidente Hugo Chávez en 2010 alejó la panacea a ese problema.

Porlamar. La crisis de agua en las islas de Margarita y Coche comenzó a acentuarse desde los últimos meses del 2018, cuando fue cerrado el ramal Este del sistema hidráulico Turimiquire, por las constantes roturas de la tubería submarina.

Frank Velásquez, exsuperintendente de Redes de la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe), explicó que el mencionado ramal al norte de Cariaco, estado Sucre y el Mar Caribe, nunca ha podido tener una solución definitiva porque ese tramo perdió su vida útil por la falta de mantenimiento.

Lo reparan y se rompe enseguida. Las correcciones de las fugas no soportan ni siquiera una semana”, acotó el experto.

Indicó que antes del cierre de ese ramal ha mermado el caudal de agua potable hacia las islas de Margarita y Coche, en alrededor de 50%.

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Frank Velásquez, exsuperintendente de Redes de la Hidrológica del Caribe, explicó que el ramal este del Turimiquire perdió su vida útil. Foto: Dexcy Guédez.

Detalló que para el 2018 entraban 1400 litros de agua por segundo a través del sistema Turimiquire y unos 800 por el Clavellinos.

“Actualmente, entran alrededor de 600 litros por el Turimiquire y 700 por Clavellinos, lo que resulta insuficiente para la población neoespartana”, señaló.

Velásquez recordó que, a principios del año pasado, los ciclos para el suministro de agua eran de entre 21 y 30 días, mientras que ahora llegan a superar los 60 días, tal como ocurrió desde de diciembre cuando la válvula ecológica del Turimiquire sufrió daños que fueron corregidos hace apenas unos días.

Indicó que eso sigue generando un proceso muy recurrente como el cierre, reparación y reapertura que también retardan los ciclos.

Destino incierto de recursos

El exsuperintendente de Redes de Hidrocaribe refirió que la obra Luisa Cáceres de Arismendi que venía a reforzar el sistema hidráulico de Clavellinos quedó inconclusa porque no se colocaron los 24 kilómetros de tubería submarina que traería el agua desde Chacopata, estado Sucre hasta Punta Mosquito, en la población de La Isleta, municipio García del estado Nueva Esparta.

Observó que no hubo nuevas inversiones en mantenimiento ni mejoras después de la inauguración del sistema hidráulico Turimiquire, importante obra de ingeniería, puesta en marcha en 1960 durante el mandato del presidente Rómulo Betancourt.

Ese sistema que recorre más de 50 kilómetros entre tierra firme y el mar.

Prácticamente, después de 44 años la siguiente inversión más grande que se le hizo a ambos sistemas fue en 2004 con la construcción del acueducto Luisa Cáceres de Arismendi, tubería paralela al viejo sistema de Clavellinos, concluido en el año 2008.

Esa obra se inició, pero nunca se completó en tierra firme, ni fue instalado el tramo submarino que se financiaría mediante un convenio de cooperación con Irán, por el orden de 180 millones de dólares para la época. Además, fue desechado el plan complementario de recuperación del sistema de tuberías de distribución interna”, explicó un trabajador activo de la empresa que, por razones obvias, pidió el anonimato.

Los costos de las cisternas de agua se resultan muy costosos. Foto: Dexcy Guédez.

Vale recordar que el 21 de octubre de 2015, Jony Rahal, coordinador regional de Primero Justicia y diputado por Nueva Esparta en la Asamblea Nacional, electa ese año, solicitó al Parlamento chavista que abriera una investigación contra Nicolás Maduro, las autoridades de Hidroven de esa época y del para entonces gobernador de Nueva Esparta, Carlos Mata Figueroa, para que rindieran cuentas sobre el destino de los recursos destinados a la inconclusa obra del convenio Irán-Venezuela.

Gastos extras

Una fuente de los empresarios hoteleros confirmó que la solución en el suministro a través de las cisternas resulta inviable para muchos de ellos por sus altos costos.

Precisó que dependiendo de la duración del viaje y de los litros de agua que transporte, un cisternero puede cobrar como mínimo 25 dólares por un servicio de 10.000 litros.

Existen hoteles grandes, de más de 200 habitaciones, que deben hacer gastos de hasta 500 dólares semanales en pago de cisternas para garantizar el agua a sus huéspedes y eso porque los hospedajes están trabajando con aforos reducidos.

Para los empresarios de ese sector el problema más grande no es el tener que desembolsar recursos extras para asegurar el recurso hídrico, sino el creciente deterioro del servicio evidenciado en los extensos ciclos de desabastecimiento, y con condiciones técnicas, como presión, calidad, cantidad, que resultan nada favorables para la población neoespartana.

El peor evaluado

Una reciente encuesta flash ordenada por la directiva de la Cámara de Comercio, Puerto Libre y Producción de Nueva Esparta, para medir el comportamiento del servicio de suministro de agua en la temporada decembrina, arrojó que ese problema peor evaluado por la fuerza económica regional.

La misma precisa que 64% de los comerciantes consideró crítica la situación de escasez de agua en las islas de Margarita y Coche, mientras 23% juzgó que las conexiones a Internet y puntos de venta son las principales “piedras de tranca” que obstaculizan la dinámica comercial en la región.

La medición que abarcó diciembre de 2021 y enero de 2022, arroja que, si bien algunos servicios tuvieron un comportamiento relativamente estable, su situación no deja de ser percibida como crítica por los empresarios, quienes no descartan que eso comprometa las temporadas vacacionales de Carnaval y Semana Santa.

El servicio deficiente en el suministro de agua también golpea durante a los habitantes de Nueva Esparta que deben erogar altas sumas de dinero para pagar las cisternas. A diario son las quejas de los usuarios por la falta de agua.

Por ejemplo, en el municipio Maneiro, al este de Prolamar, se sirven de agua de los sistemas Turimiquire y Los Clavellinos, pero se enecesita que ambos estén funcionando para tener abastecimiento. Hace un tiempo recibían el servicios dos veces por semana, luego, cada quince días y  ahora, entre 30 y 35 días.

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La rotura de las tuberías terrestres retrasa el ciclo de agua para los habitantes de Nueva Esparta. Foto: Dexcy Guédez.

Un vecino de la zona comentó que en estos momentos es más frecuente que cuando les toca el ciclo del agua haya un retraso mayor de entre 40 y 45 días debido a que cada tres o cuatro ciclos se rompe una tubería en tierra firme o el sistema submarino o se dañan las bombas.  Deben comprar a los cisterneros, cada camión cuesta entre 30 y 40 dólares.


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