Infraestructura en decadencia, insumos que llegan por goteo y un personal que día a día va disminuyendo es el panorama que enfrentan las salas de urgencia de la red de salud de la entidad. Dirigentes gremiales aseguran que ya ni los médicos quieren hacer posgrados, por lo que la disminución de especialistas es una realidad.

Barcelona. Moraima López cuenta que el día que tuvo que ingresar a la emergencia del hospital Luis Razetti de Barcelona lo primero que dijo fue: “Me cayó la pava, pero en cantidades industriales”. Su refrán es la imagen gráfica de lo que representan las emergencias hospitalarias en Anzoátegui, donde trabajan con déficit de insumos, así como de médicos y enfermeras.

López llegó el 1° de octubre a su casa ubicada en el sector Nueva Barcelona después de un largo periplo de seis meses por Colombia, donde fue a visitar a sus dos hijos que migraron por razones laborales. Apenas habían transcurrido dos horas de la llegada a su residencia, cuando una “tonta caída” se convirtió en una pesadilla que aún la tiene de reposo.

Después de dejar las maletas en la sala de su vivienda, López salió a la entrada del edificio donde reside a conversar con unas vecinas. En medio de la tertulia, tropezó con un desnivel no superior a 30 centímetros, cayó al suelo y horas más tarde la llevaron al centro de salud en el que le realizaron una placa. El tropezón derivó en una fractura de fémur y la posterior pesadilla.

Lo mío es el colmo de lo absurdo. Recuerdo que el día que se me presentó la situación no sé cómo sucedió, pero al edificio llegaron tres ambulancias, hubo un exceso de ambulancias, pero cuando llegamos al Razetti (hospital) fue lo peor, el exceso de ambulancias pasó a convertirse en falta de todo. Tuve que poner hasta la sabanas para la camilla y, de paso, en lugar de operarme, lo que gané fue una supuesta infección vaginal, porque siempre los exámenes que me hacían salían con ese resultado, relató.

déficit de insumos.
La infraestructura está en decadencia. Foto: José Camacho

Agregó: “Yo soy una mujer que se cuida mucho, me confabulé con mi hermana y una enfermera, tomamos una muestra y resulta que no tenía nada de infección. A raíz de eso tomé la decisión de abandonar el hospital luego de casi un mes internada”.

Añadió que nada más en su ingreso a la emergencia del Razetti se gastó 100 dólares entre placas, calmantes, antibióticos y suero intravenoso, grandes ausentes no solo en la sala de urgencias del Razetti, sino en el resto de los hospitales de la entidad.

En mis días allí era preferible pasar el dolor en mi casa que viendo todo ese panorama. La situación de los hospitales es precaria. Ahí por lo menos hay una camilla, pero de qué sirve si no hay los medicamentos necesarios. Pude operarme porque mis hijos reunieron y me pagaron la operación en una clínica privada, si no esta pesadilla aún continuaría, señaló.

Como si fuese una radiografía, los trabajadores de varios centros hospitalarios de la entidad mostraron las carencias que sufren en sus lugares de trabajo.

Hospital Domingo Guzmán Lander

Integrantes del Movimiento de Trabajadores por la Salud que hacen vida en la emergencia del hospital Domingo Guzmán Lander (Las Garzas), adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, afirmaron que, pese a los anuncios que hace el organismo en su cuenta de la red social Twitter sobre las mejoras y dotación del recinto, la realidad es muy distinta.

Parte de la emergencia se encuentra sin aire acondicionado, baños y cubículos están cerrados por filtraciones, los insumos llegan a cuentagotas y la “cereza del pastel”: la atención única y exclusivamente de emergencias extremas debido a la falta de médicos residentes y de medicina interna desde hace cuatro meses.

“Cuando el paciente ingresa se le da una lista de todo lo que tiene que traer, porque sencillamente no hay nada. Ni el personal ni los pacientes pueden usar los baños porque no están operativos. Esta emergencia no funciona como debe, estamos trabajando en apenas 20 % de nuestra capacidad. Tenemos que referir a los pacientes al Razetti o al hospital de Guaraguo, con la esperanza de que tengan mejor suerte”, indicaron los trabajadores que prefirieron mantener el anonimato.

Batas blancas por doquier

A diferencia del Domingo Guzmán Lander, en el Razetti sí se ven médicos (entre estudiantes, residentes y especialistas) recorriendo los pasillos del sanatorio, pero para el integrante del Movimiento de Trabajadores de la Salud y delegado de prevención y seguridad laboral, Edison Hernández, en el Razetti pareciera haber una “restricción de insumos inducida”, porque, afirmó, han constatado que en la farmacia principal del hospital hay insumos, pero a la emergencia no llegan y los pacientes tienen que llevar todo.

El trabajador respaldó la versión de López sobre la escasez de antibióticos. Dijo que Azitromicina, Ciprofloxacina, Vancomicina, Menoperen (antibióticos de amplio espectro) brillan por su ausencia, además de los antihipertensivos y anticonvulsivos, que también escasean.

El fin de semana entre el 30 de noviembre y 1° de diciembre murieron ocho personas, porque cosas básicas, como un antibiótico, no había. No es justo que los pacientes tengan que ser sometidos a esta barbarie. Sabemos que la OPS (Organización Panamericana de la Salud) ha donado medicinas y las hemos visto llegar, pero los médicos no reciben esos insumos y tienen que decirles a los pacientes que no hay nada y estos tienen que ir a comprar todo fuera del hospital, lamentó.

El equipo de Crónica.Uno constató que en la farmacia de la emergencia muchos de los familiares de pacientes que llegaron solicitando medicamentos se regresaron con las manos vacías por la falta de medicinas.

En medio de la visita a la emergencia del Razetti encontramos a Luis Rodríguez, un habitante de la zona rural de Puerto La Cruz, que llegó “preparado” a la sala de Cirugía de la Mano. Rodríguez sufrió una cortadura cuando reparaba una cerca, y llevó hasta el agua oxigenada con la que le realizaron la cura. “Yo sé que aquí no hay nada y por eso traje todo, si no hago así me puedo hasta desangrar”, afirmó.

Consultados sobre las vicisitudes por las que transitan, los médicos del área de Traumatología y Cirugía de la Mano refirieron que en la emergencia del Razetti escasean hasta las vendas.

“Aquí faltan muchas cosas y lo que hay en ocasiones no es lo adecuado. Puedo decir que los guantes que usamos no son de la medida necesaria. Creerán que esto es una finura médica, pero no es así. Los guantes deben tener una medida justa para no entorpecer lo que es el proceso de sutura o una operación. Poner un yeso o una férula aquí es imposible, porque no hay, y si un paciente lo amerita, mínimo debe gastar 1 millón de bolívares en la calle”, dijo un médico que prefirió no identificarse.

Si acá en la zona llegase a ocurrir una catástrofe o un evento de envergadura, ¿cómo harían ustedes ante la falta de insumos?

—Imaginamos que por algún lado de este hospital debe haber escondida una provisión de insumos para atender una eventualidad. Siempre salen insumos en esos casos. ¿Cómo? No sabemos, pero siempre salen; si no que Dios nos agarre confesados.

Cifras de alarma

Colapso total, así definió el secretario del Colegio de Médicos de Anzoátegui, Víctor Velázquez, la situación en las salas de emergencias del estado. El galeno tiene cifras que respaldan su afirmación.

De acuerdo con el gremialista, las emergencias de los hospitales de la entidad apenas cuentan con 20 % de los insumos necesarios para su operatividad. 99 % de los laboratorios están cerrados, lo que imposibilita diagnósticos inmediatos (superan la media nacional de 55 %, según el último informe de la Encuesta Nacional de Hospitales). Las áreas de rayos X no existen, y, pese a que aún cuentan con algunas, la crisis podría llegar en cualquier momento a las especialidades, puesto que desde 2013 hasta la fecha se han cerrado ocho posgrados por falta de quórum.

“Hay una crisis silenciosa, pero no deja de ser alarmante en el sector salud. Este año 450 médicos han retirado toda su documentación porque se van del país. Nos estamos quedando sin médicos residentes ni internos, el personal de enfermería también presenta déficit, en los posgrados se hacen hasta tres llamados y se tienen que cerrar porque simplemente nadie acude”, advirtió.

El gobernador del estado, Antonio Barreto Sira, ha fijado la salud como principal vértice de su gestión. Con base en ello anunció la rehabilitación de la emergencia, quirófanos y otras áreas del hospital Luis Razetti de Barcelona, así como de otros centros de la entidad. Velázquez tiene sus reservas sobre esto. Indicó que las mejoras son solo estéticas.

“Esos centros ya están colapsados. Le dices a la gente que rehabilitaste ocho quirófanos del hospital, pero eso es falso porque solo funcionan tres debido a que no hay personal, no hay insumos y mucho menos equipos. El hospital no cuenta con sala de Anatomía Patológica y solo tiene tres unidades de anestesia, es decir, que nada más puedes trabajar con tres quirófanos. Se ve la emergencia chévere, pero sigue atestada de pacientes porque ya está colapsada”, detalló.

Yindri Marcano, directora del hospital Felipe Guevara Rojas, en El Tigre, zona sur de Anzoátegui, también admitió que su centro no está exento de las precariedades. En la última protesta de médicos y enfermeras realizada hace un mes, denunció que los medicamentos e insumos que recibió llegaron vencidos y deteriorados porque no se cuidó la cadena de resguardo.

“Aquí lo poco que recibimos alcanza para un día. Hay una sobrecarga de trabajo en el personal de enfermería, porque no existe el personal para cubrir los puestos vacantes, estamos trabajando con las uñas”, alertó.

Pacientes y trabajadores insistieron en que quienes acuden a cualquier sala de urgencias en los hospitales de la entidad lo hacen por instinto, porque en la realidad saben que una vez llegado al lugar enfrentan una nueva tragedia.

Lea también:

El hospital de Cumaná no recibe agua desde hace dos meses y los laboratorios están en cierre técnico


Participa en la conversación