En el sector Paulo VI de Petare aseguran que han perdido calidad de vida por fallas en servicios públicos

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Fundada a finales de la década de 1970, la urbanización Paulo VI, en Petare, era un paraíso para sus habitantes. Las cosas han cambiado. En la actualidad, muchos aseguran que viven con servicios que fallan constantemente y las autoridades no dan respuestas.

Caracas.  En la urbanización Paulo VI, ubicada en Petare, municipio Sucre, volvieron a solicitar a las autoridades nacionales y regionales la mejora de los servicios públicos. Respecto al agua, los vecinos no quieren más “pañitos calientes”, exigen soluciones definitivas.

En reiteradas oportunidades, los residentes de Paulo VI han pedido a Hidrocapital la sustitución de 300 metros de una tubería de 30 pulgadas del Alimentador Sur del sistema Tuy II, porque las constantes fisuras y, por consiguiente, las filtraciones causan el deterioro de la vialidad principal, única vía disponible para acceder a sus hogares y zonas adyacentes.

Los bajones de luz son un problema

 Alberto Santana, habitante del edificio Cygnus, dijo que tienen dos días con recurrentes cortes eléctricos, en los distintos grupos de WhatsApp del conjunto residencial los vecinos dicen que no conocen las causas de la falla.

Más allá de que me digan que sucedió.  No es nada agradable, para como están los ingresos en general de los venezolanos, que se nos dañen los equipos sin recibir una retribución por los daños causados. Quiero un servicio eléctrico de calidad, que se mantenga en el tiempo, que exista excelente comunicación y un servicio responsable.

La tarde del 2 de febrero, en su cuenta twitter @CorpoelecInfo respondió un llamado vecinal con la frase “Nuestro personal operativo está al tanto de su caso, a la brevedad posible será atendido, gracias por escribir”.

Sobre el servicio del gas, Alberto Santana indicó que en el edificio donde vive no falla el servicio del gas, pero la semana pasada falló el servicio en otros edificios. En residencias Auriga estuvieron un día sin gas, mientras que en la torre Altair pasaron tres días sin el servicio.

Me preocupa porque, así como les pasó a mis vecinos que forman parte de la familia de uno, tengo acá 42 años, me preocupa porque hemos estado perdiendo calidad de vida en varios de los servicios, uno de ellos es el gas licuado. Cada vez el precio se ajusta menos a nuestros ingresos, expresó Santana.

Los vecinos piden que se normalice la venta del gas, porque cuando se retrasa en la distribución de los cilindros se ven obligados a comer “balas frías” o buscar cocinas eléctricas mientras esperan el suministro.

Con información de Alexis Cordero/@AlexisCordero65

Foto: Archivo Paulo VI

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