Los revendedores de Las Pulgas en Maracaibo sacaron de circulación del mercado popular los billetes de 100 y de 50 bolívares porque en Maicao ya no se los aceptan.
Maracaibo. El 2018 arrancó con mal pie para los ciudadanos que van, al menos, una vez por semana a comprar sus víveres en el mercado popular Las Pulgas. El bachaqueo continúa con más fuerza este nuevo año, aun cuando hay amenazas de intervención al mercado, y la comercialización del papel moneda venezolano se hace a vox populi. Los billetes nuevos cada vez se “cotizan” mejor.
Ya los rumores sonaban entre los comerciantes y compradores en enero. “Te voy a aceptar los billetes de 100 y de 50 hasta diciembre, en enero no”, y la palabra empeñada se cumplió. 90 % de los comerciantes informales —sobre todo los que venden productos regulados con sobreprecio— ya no quieren en billete verde ni marrón, quieren los de mayor denominación, pues “ahí está la ganancia”.
Llevar billetes de 100 y de 50 para Colombia dejó de ser rentable, porque además del volumen que hace por las cantidades de dinero que nosotros llevamos, ahora los colombianos quieren el billete nuevo, este billetico ya no vale nada. Cambiamos el de 100 bolívares por el de 100.000, ese lo pagan bien y uno se lleva los demás para comprar los productos que pueda allá y no levantar sospecha, pero uno le moja la mano a un guardia y pasa normalito”, dijo a Crónica.Uno un comerciante que prefirió el anonimato.
El billete de 100.000 bolívares es pagado por los “jefes” de Las Pulgas en 180.000 bolívares, el de 20.000 lo pagan en 50.000 y el de 10.000 en 30.000. La dinámica es variada. Los comerciantes minoritarios que pueden obtener el billete a través de la venta diaria, al final del día lo venden, pero los que viajan directamente en Colombia los coleccionan para sus viajes, que generalmente son una vez a la semana. El porcentaje marcado para la comercialización del papel moneda en este mercado de la ciudad es de 140 % para la compra del billete.
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La vida de los billetes de 100 y de 50 parece estar llegando a su fin. Los transportistas tampoco los aceptan.
Marcos González tiene 45 años trabajando en un carro por puesto de la ruta la Limpia y con sinceridad contó que trabajar únicamente en el tráfico ya no le alcanza, por eso lleva gasolina a Colombia, la vende y con eso sustenta a su familia, pero también recolecta los billetes del nuevo cono monetario y los vende en la frontera.
Allá, un billete de 100.000 te puede salir al cambio hasta en 250.000 bolívares, por eso ya yo no acepto los billetes de 100 y de 50, menos, eso no alcanza para nada ni sirve para venderlo, lamentablemente así estamos, porque el que no puede hacer esta maraña pasa hambre”, relató.
Tanto en Las Pulgas como en el tráfico marabino, todos se conocen y saben quién vende efectivo, quién cambia billetes nuevos y quién es el autorizado a hablar, siempre y cuando el que pregunte genere confianza. Aun así, no todo se dice.
Foto: Mariela Nava
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