Entre penurias sobreviven los pacientes del Victorino Santaella

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Sin agua directa, sin suficiente personal médico y, en ocasiones, sin comida. Así, subsisten los pacientes del hospital centinela de los Altos Mirandinos. Mientras tanto, sus empleados de salud solicitan más recursos, mejores condiciones de trabajo y salarios dignos.

Los Teques. Martes a las 2:45 p. m., Chela, una paciente del Hospital Victorino Santaella Ruiz, aún no ha desayunado. Con dos arepas rellenas de jamón y queso, uno de sus hijos espera en la recepción, ahora ubicada afuera del centro de salud. Igual que otros parientes de pacientes, los funcionarios de seguridad no los dejan entrar.

Como mucho la institución le ofrece un poco de arroz o un huevo frito, a veces nada, afirma Alfredo Adames, hijo de Chela. No es la primera vez que sus familiares tienen inconvenientes para visitarla, que pasa horas sin comer o sin beber agua mineral. Aunque no es tan frecuente como el agobio que vive con la escasez de agua del recinto.

Gregory Silva, secretario general de Un Nuevo Tiempo Guaicaipuro, afirma que desde hace más de un mes el Victorino Santaella está sin agua. Diariamente, recibe denuncias sobre servicios públicos e instalaciones del hospital centinela, que este 27 de noviembre cumple su trigésimo segundo aniversario.

Hace un mes Chela dio a luz a su bebé con hidrocefalia. Hasta conseguir un nuevo sistema de válvula neonatal para su tercer hijo permanecerá como una paciente más del hospital. Por los momentos, se vale por sí misma para cumplir su rutina, como lo hizo en su posoperatorio cuando debía cargar envases pequeños con agua, desde el baño del pasillo hasta su habitación.

Ha pasado hasta cinco días sin nada de agua. Y aunque ahora, quizá, no sea tan grave porque está recuperada, es muy incómodo para ella. Cuando recién tenía la cesárea, por ejemplo, estaba sola y nosotros solo podíamos ir en horario de visita”, relata Adames.

Por suerte, durante su estancia, ni en su piso ni en el piso donde se encuentra el bebé se ha ido la luz, como en otros espacios del hospital.

A las 3:00 p. m., seguridad abrió las puertas del centro de salud al público. Adames no puede soportar que su madre pase otro segundo hambrienta, prefiere ir por las escaleras, ya que de catorce ascensores del hospital solo funciona uno.

Un reto para el personal de salud

Un médico interno, que prefiere el anonimato, lamenta la situación que actualmente enfrentan los pacientes del Victorino Santaella.

Hay cosas tan absurdas. Como por ejemplo, que no le den comida a un paciente por no contar con un envase o que dejen esperar por tanto tiempo a un familiar”, denuncia.

Y aunque destaca aspectos positivos, como camillas y algunos insumos que han incorporado desde que inició la pandemia por la COVID-19, el joven enumera las carencias que van desde el personal administrativo hasta la infraestructura del hospital. “Así como el agua va y viene, los servicios de Rayos X y de tomografía son una ruleta rusa”, menciona.

Aún con los pocos recursos que cuenta el centro de salud y sus precarias condiciones, el interno asume el reto de trabajar “como sea”. No es el caso del personal salud que constantemente presenta denuncias al dirigente político Gregory Silva.

El pasado miércoles, Silva acompañó a los empleados de la administración pública, entre ellos el personal de salud del Victorino Santaella, en una protesta para exigir recursos e instalaciones óptimas así como el cumplimento del articulo 91 de la Constitución, que establece el derecho a un salario digno.

“No soportan trabajar bajo esas circunstancias y, además, con salarios paupérrimos”, asegura Silva.


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