Exigen justicia por muerte de cadete de la Aviación en Cojedes

cadete Eduar Ramírez

Bárbara Guerrero dice que su hijo Eduar Josueth Ramírez Guerrero fue asesinado cuando realizaba la práctica de maniobras. Acudirá a todos los organismos necesarios para exigir que sean esclarecidos estos hechos que enlutan a una familia en el estado Táchira.

San Cristóbal. Justicia es lo que claman familiares del cadete tachirense Eduar Josueth Ramírez Guerrero, de 17 años, quien falleció el martes pasado, cuando realizaba una práctica de maniobras de la Academia Militar de la Aviación Bolivariana -AMAB- en el estado Cojedes, en cuyo hecho recibió tres impactos de bala.

Su madre Bárbara Guerrero, funcionaria que trabaja en el estado Táchira, relató lo sucedido a Crónica.Uno. Señaló que a más de 72 horas del suceso, el organismo militar ubicado en Maracay, Aragua, no ha hecho un pronunciamiento de lo ocurrido con el estudiante, a quien le arrebataron el sueño de ser piloto.

En medio del dolor de perder a su hijo, no se explica cómo pudo recibir tres disparos de forma accidental como indican las autoridades. Reclama que se investigue a fondo este caso, para que no quede impune como muchos otros en Venezuela.

Según Guerrero un grupo de cadetes habían sido trasladados hasta El Pao, en Cojedes, para las maniobras militares, cuando presuntamente se disparó el arma de reglamento, un fusil AK, y le causó lesiones en el rostro.

Eduar Ramírez, cadete de la Aviación, tenía el sueño de ser piloto. Foto cortesía familia Ramírez Guerrero

Rápidamente lo trasladaron hasta el Hospital Militar de Maracay para atenderlo, pero debido a la gravedad de las heridas, murió cuando durante la intervención quirúrgica.

Cuando le informaron sobre lo sucedido, la madre del adolescente se trasladó hasta Maracay, donde le comunicaron que ya había muerto. Al ingresar a la morgue para reconocerlo, se percató de que las heridas que tenía no correspondían al tipo de arma que manejaban los cadetes.

El director de la AMAB no ha dialogado conmigo, solo un coronel estuvo ayer en contacto conmigo. Ninguno quiere darme la cara por lo que pasó con mi hijo, por eso exijo que esto no quede impune”, aseveró.

Tampoco ha sostenido conversación con los familiares de los otros compañeros de Eduar, para conocer detalles sobre cómo ocurrieron los hechos.

Un buen hijo

El último contacto que tuvo Bárbara con Eduar fue el pasado domingo 14 de abril, antes que ingresara a la Academia para recibir la guardia. En los días libres aprovechó para comprar sus objetos personales para asistir al curso.

El último contacto de Bárbara con su hijo fue el 14 de abril. Foto cortesía familia Ramírez Guerrero.

Con la voz entrecortada recordó a su hijo como un hombre noble, que no le faltaba el respeto, y colaboraba con cualquier cosa que necesitaran ella o sus tías, con quienes residía en Maracay cuando no tenía guardia en la Academia.

Al estar desde pequeño vinculado a la formación militar, se despertó el interés de continuar sus estudios en esta carrera. Su propósito era formarse como piloto, sueño que se le truncó, denunció su madre.

“Una de las cosas que más recuerdo con agrado es cuando me decía: ‘Gracias, mamá, te amo”, expresó.

Ramírez cursó el preescolar en el CORE 1, en San Cristóbal, la primaria en la escuela Leonardo Ruíz Pineda de la misma ciudad.

En Maracay se lleva a cabo el funeral del cadete tachirense. Foto cortesía familia Ramírez Guerrero
Solicitud a organismos

Guerrero exige sanciones para los culpables, lo que no le traerá devuelta a su hijo, pero pide justicia. El velorio del joven es en la ciudad de Maracay.

Aseguró que no descansará hasta que se esclarezcan los hechos, por lo que solicitó la ayuda del fiscal general de la república, Tarek William Saab, para que se detengan a los culpables.

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