Recibir tratamiento de diálisis en el hospital Universitario de Maracaibo es una tortura para enfermos renales

pacientes renales en Maracaibo

Al menos 29 pacientes renales del SAHUM murieron en 2021 por causas asociadas al empeoramiento de sus condiciones de salud. Más de seis pacientes terminaron en silla de ruedas en el último año, luego de verse obligados a subir nueve pisos tres veces por semana, pues esa la única forma de acceder al tratamiento, debido a la falta de ascensores en el centro asistencial.

Maracaibo. Los pacientes renales del Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo (SAHUM), ya no hallan a qué santo pedirle para que les haga el milagro de resolver el problema de los ascensores en el centro de salud. Hace dos años que el aparato dejó de funcionar y hasta la fecha nadie da respuesta. Esta situación ha empeorado su salud, debido a que tienen que subir escaleras para cumplir su tratamiento, que tampoco reciben de manera completa.

El 24 de octubre de 2019 marcó un antes y un después para los pacientes del SAHUM. Tres meses después que la administración del exgobernador del Zulia, Omar Prieto, entregó los trabajos de mantenimiento correctivo y preventivo del hospital, un desperfecto mecánico ocasinó el desplome de un ascensor desde el noveno piso. El desprendimiento provocó la muerte inmediata a una paciente renal que era trasladada en camilla, tras quedar atrapada en la puerta del ascensor.

José Luis Tello, paciente y defensor de los Derechos Humanos de los pacientes renales del universitario, dijo que desde entonces usan un ascensor. Pero el aparato solo llega hasta el sexto piso, destinado a pacientes con COVID-19. Tres veces a la semana deben subir tres pisos por las escaleras o nueve si el ascensor deja de funcionar.

Los compañeros que están en silla de ruegas son los más afectados porque es un esfuerzo subirlos hasta la unidad que está en el noveno piso, indicó.

Todo un calvario

La unidad de diálisis del hospital universitario de Maracaibo cuenta con 11 máquinas activas para 45 pacientes renales fijos, más 25 que están hospitalizados, divididos en tres turnos diarios tres veces a la semana. A la par de ello, registra una ausencia de personal de 40 %. Como consecuencia, durante los últimos seis años, los pacientes solo reciben tres horas de tratamiento en lugar de las cuatro recomendadas.

El único ascensor que funciona se dañó a principios de semana. Los familiares de los pacientes renales tardaron casi dos horas en subir a los pacientes a la unidad. Por lo que esta vez decidieron pedir una reunión con la directora del Sahum, Alfonsina Romero. Sin embargo, el director de atención médica, Eudo Sumalave, atendió la solicitud a lo que respondió que pronto tendrían operativo un ascensor hasta el sexto piso. Este martes fue reparado.

“Esto no es nuevo. En cada turno hay al menos seis pacientes en silla de ruedas, la mayoría ha quedado imposibilitado para caminar. Tenían prohibido subir escaleras y por esta situación su salud ha empeorado. Incluso se han caído, han tenido fracturas de columna y cadera”, criticó el representante de los pacientes renales.

“Uno de los casos más graves es el de Coromoto Gelvez, ella caminaba y ahora no porque la escalera le dañó la columna“, continuó Tello. Solo en 2021, además de Gelvez, otros cinco pacientes quedaron en silla de ruedas por esa situación, refirió.

Desinversión

El panorama se agrava cuando los pacientes no tienen familiares que los acompañen al tratamiento, porque de eso depende que puedan subir los nueve pisos si no hay ascensor o tres, si hay alguno funcionando.

pacientes renales en Maracaibo
Los familiares de los pacientes renales del HUM dicen que deben subirlos nueve pisos para que puedan cumplir su tratamiento tres veces a la semana / Foto: Cortesía

La torre de adultos del hospital Universitario tiene 14 ascensores. Cinco de ellos deberían llegar al noveno piso, tres para pacientes, uno para faena sucia y uno para personal. Cuatro deberían llegar al sexto piso por el área de auditorio y el resto a quirófanos. Pero la desinversión en el recinto y la falta de mantenimiento, solo mantienen uno operativo.

Esperan que se dañe uno para arreglar el otro. O subimos por el de pediatría o por el de COVID-19, nunca funcionan los dos al mismo tiempo”, dijo uno de los pacientes.

Oscar Piña de 56 años, tiene cuatro años recibiendo tratamiento para la diálisis en ese centro de salud, hace cuatro meses está en silla de ruedas.

“Las escaleras acaban a uno. Yo era un hombre activo y quedé así a raíz del esfuerzo que hice para subir tantos pisos, me agravó la descalcificación en los huesos y ahora no puedo caminar”, dijo.

Piña cuenta que su esposa, tiene que subirlo en peso hasta la unidad de diálisis tres veces a la semana y que eso también le ha ocasionado problemas de salud y cansancio extremo a su compañera.

A veces la ayudan otros familiares o los pacientes que están mejorcitos. Esto es inhumano porque se supone que si vamos a diálisis es porque queremos seguir viviendo, no para estar peor. Hasta a los muertos los bajan por la escaleras”, cuenta Piña.

Récord

2021 cerró con un saldo negativo para los pacientes renales del hospital universitario de Maracaibo. Según Piña, el ascensor se averió más de cinco veces. “Hasta la cuenta la pierde uno de tanto sufrimiento”, dijo.

Ese mismo año, 29 pacientes renales murieron en el universitario, dos de ellos se suicidaron lanzándose del noveno piso.

Antes teníamos un psicólogo en piso y lo quitaron. Esos compañeros se suicidaron porque las toxinas dañan el cerebro y se alteran. No aceptaban la diálisis y terminaron así”, afirma conmovido José Luis Tello.

Cada vez que Carolina Polanco, de 39 años, lleva a su mamá Margelys Marín a diálisis y no hay ascensor, un frío le recorre el cuerpo. Sabe que ese día será duro para ambas.

Ésta es una situación que además de afectar al paciente, desgasta al familiar. Yo tengo un tumor en el ovario y no puedo levantar peso, a veces mi hermano me ayuda a llevar a mamá y nos turnamos, porque de verdad es difícil para todos. Es triste conseguir a pacientes en el segundo, en el tercer piso ahogándose porque no pueden más, solos, porque no tienen familia. Aquí todos nos ayudamos, porque estamos a la buena de Dios”, dijo Carolina habitante del municipio Mara.

A la buena de Dios

Margelys es paciente renal desde hace seis años, hace seis meses está en silla de ruedas, tiene deformación de tórax y columna. Aunque su hija es consciente de que los pacientes renales sufren diversas patologías que desgastan sus huesos, asegura que desde que su mamá comenzó a usar escaleras para llegar a su tratamiento en el universitario, su salud empeoró.

“Está en silla de ruedas porque desde que comenzamos a usar las escaleras se desmejoró mucho. Su cuerpo comenzó a deformarse. Ser paciente renal es una vida muy triste, me duele que mi madre esté sometida a tanto esfuerzo. Esto es para el que lo viva”, dijo Carolina.

Para julio de 2019, el exgobernador Omar Prieto, coordinó la reparación de dos ascensores del área de diálisis del hospital y dijo que para la fecha los pacientes renales tenían más de un año subiendo por las escaleras a su consulta.

El 30 de junio de 2020, Prieto informó en rueda de prensa que los trabajos de adecuación y rehabilitación del hospital avanzaban rápidamente. Pero los ascensores de los pacientes renales seguían dañados.

Luego, el 5 de mayo de 2021 ordenó mejorar la infraestructura del Hospital. En su programa de radio Omar a las 7, reconoció que el centro de salud estaba “colapsado por años de desinversión”. Dijo: “Tenemos una situación compleja con los ascensores”.

Omar Prieto nos prometió que iba a arreglar el ascensor y nunca cumplió. Dijo que iban a traer unos aparatos de China y todo fue mentira”, criticó la maestra.

Sin gasolina, toca caminar

En teoría, los pacientes renales de Maracaibo siguen teniendo a su disposición la estación de servicio Carro Chocado, para surtir 30 litros de combustible tres veces por semana y de esta manera asegurar su traslado a los centros de salud donde cumplen tratamiento. Pero el deber ser está lejos de la realidad, porque durante 2021, el despacho se acortó a una vez al mes.

Tello sostuvo que a la fecha tienen un mes que no gozan del beneficio.

La última vez que surtimos fue el 24 de diciembre, nos dieron 25 litros. Cuando fuimos en enero nos dijeron que la gestión del gobernador saliente dejó una deuda con la estación de servicio y que estaba suspendido el despacho”, contó.

Uno de los representantes de los pacientes renales de Maracaibo en la estación de servicio confirmó a Crónica.Uno, que la gestión saliente de la gobernación del Zulia dejó una deuda millonaria a la estación de servicio Carro Chocado con PDVSA, por lo que la estatal suspendió el despacho.

“Desde diciembre no despachan a esta bomba porque la gobernación dejó una deuda. Los dueños de la bomba hicieron una carta compromiso con PDVSA Caracas y se hicieron cargo de la deuda para poder recibir el despacho. Porque PDVSA lo había suspendido. Ahora van a surtir cuatro veces por semana martes, miércoles, jueves y viernes. Dependiendo de cómo se comporte la bomba, PDVSA irá subiendo el litraje de 10 mil a 14 o 18 mil litros. Los pacientes renales ya estamos metidos en el cronograma, dijo el representante quien prefirió el anonimato.

Carolina criticó que en Maracaibo los compañeros de su madre tengan que caminar por horas para poder llegar al universitario. Dijo que en Mara la situación es diferente.

Allá el alcalde surte 30 litros de gasolina un día antes de las diálisis a los pacientes, tres veces a la semana. Gracias a eso podemos traer a mamá, pero los pacientes de aquí tienen que caminar porque pasan hasta 20 días sin gasolina”, dijo.

Para ella no importa el color del partido que ayude a los pacientes renales a mejorar su situación, lo que importa es la voluntad de hacer las cosas bien. “El estado está obligado a garantizar la salud y estamos lejos de eso”.


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