Familias damnificadas del 23 de Enero esperan desde hace un año en refugios por una solución habitacional

El 24 octubre de 2022, 12 viviendas del barrio Ladera II, en El Mirador, fueron desalojadas, luego de varias horas de lluvia. Poco tiempo después, comenzó el colapso de las estructuras. En total las autoridades contabilizaron 162 familias en riesgo. Hasta la fecha de esta publicación, muchas de esas familias siguen en refugios.

Caracas. Ana* no ha dejado de extrañar la casa en la que vivió por 12 años en El Mirador, parroquia 23 de Enero. Cada tanto, los recuerdos de su hogar, el que perdió en octubre de 2022, luego del colapso de varias casas en el barrio La Ladera II, vuelven a su memoria con el anhelo de querer volver, aunque ya no exista y ahora viva en refugio.

Un año después, las ruinas de su casa siguen en el mismo lugar y aún hay familias afectadas que siguen sin respuesta de las autoridades gubernamentales sobre alguna solución habitacional, por lo que muchos se mantienen en refugios improvisados, manejados por el gobierno. Los pocos escombros que han sido removidos, ha sido por parte de los mismos vecinos de la zona, cuyas casas no estaban en riesgo pero cuya estructura quedó perjudicada por el derrumbe las casas que estaban en la parte alta del cerro.

23 de Enero
Foto: Ivanna Laura

Ana, de 29 años de edad, recuerda lo acogedora que solía ser su casa. La vivienda tenía dos habitaciones, sala, cocina, baño y un porche. Todo recubierto en cerámica. Pero estaba construida sobre una zona de riesgo. Ese 24 de octubre de 2022, 12 viviendas del barrio Ladera II fueron desalojadas luego de varias horas de lluvia. Poco tiempo después comenzó el colapso de las viviendas.

Me hace falta mi hogar, yo adoraba mi casa; era mi refugio, mi tranquilidad, donde yo podía tener un día malo y al llegar a casa podía tener paz.

Ese 24 de octubre, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Remigio Ceballos, aseguró que aproximadamente 60 viviendas estaban en riesgo y que había 162 familias afectadas.

El caso de Pedro

Pedro* también perdió su vivienda en el derrumbe de hace un año. Él y su hija fueron trasladados a una carpa instalada durante los días de contingencia. Días después los ubicaron en un refugio improvisado dentro de un convento deshabitado, ubicado en el 23 de Enero.

Allí sólo están familias que perdieron viviendas en La Ladera II. Al principio eran unas 70 familias. El comedor se llenaba cuando iban a servir el almuerzo, aunque primero llamaban a comer a los niños y niñas y luego a los adultos. Ya somos como la mitad, dice Pedro. Según él, sí ha habido asignación de viviendas para algunas familias.

Foto: Tairy Gamboa

Cada habitación fue asignada para una familia. Si la familia era muy numerosa, la dividían en varias habitaciones. De igual forma, cada quien tiene roles asignados de limpieza y cocina. Para los niños y niñas hay transporte escolar que los lleva a las diferentes escuelas.

Conmigo estaba mi hija pequeña. Tuve que enviarla a Barquisimeto para que la cuide mi hija mayor, ya que no puedo tenerla en el refugio sola cuando me toca trabajar.

El desalojo

El día después del derrumbe de las primeras viviendas, las autoridades de la alcaldía de Libertador y Protección Civil contabilizaron más de 162 familias en riesgo en la zona y otras tantas viviendas fueron desalojadas. Al poco tiempo empezó el derrumbe programado del resto de casas en riesgo por parte de obreros de la alcaldía.

No era primera vez que sucedía algo así en El Mirador; en 2010, durante una vaguada, también hubo desalojo y posterior derrumbe de viviendas. Vecinos de la zona contaron que al poco tiempo, algunas familias regresaron a la zona y reconstruyeron sobre el terreno.

Ese 24 de octubre Ana tuvo que desalojar. Pasó la noche en una carpa cercana al barrio. Allí estuvo dos días. Luego le informaron que sería trasladada al refugió Argimiro Gabaldón, en Caño Amarillo, en donde aún vive junto con su hijo.

Foto: Tairy Gamboa
El refugio

El refugio solidario Argimiro Gabaldón funciona desde unos galpones, ubicados en Caño Amarillo, que pertenecen a la compañía Metro de Caracas. Desde afuera la entrada siempre está sola y por las aberturas de la reja se ve una recepción en dónde siempre está una persona.

La edificación, al menos por fuera, se ve corroída por la humedad. Estos espacios son estructuras viejas que fueron remodeladas en noviembre de 2022 por la alcaldía de Libertador. De acuerdo con una publicación de AVN, los trabajos de acondicionamiento abarcaron 3000 metros cuadrados de instalación de techos nuevos, pintura y arreglos en general.

Dentro del refugio no se pueden recibir visitas, las mujeres no pueden vestir ropa corta, no se puede llegar después de las 10:00 p. m. Los horarios de comida son sagrados, quien no esté presente la hora de servir la comida se queda sin el plato, ya queno se le guarda comida a nadie.

Foto: Tairy Gamboa

En el refugio Argimiro Gabaldón viven unas 100 familias. Cada quien tiene roles asignados para la limpieza de los baños, fregar y limpiar en general, aunque igual cuentan con personal de limpieza y cocina por parte de la alcaldía. También cuenta con personal de seguridad y cámaras. El director de este refugio es el concejal Luis Isturiz.

Las divisiones de cada cubículo, en donde vive cada grupo familiar, están hechas con parabanes. Hay gente de todo tipo, con diferentes costumbres y formas de convivir. Por mi estado de salud, más rápido tengo que salir de aquí, dijo Ana.

Qué pasa con la asignación de viviendas

Desde que Ana llegó al refugio, la única respuesta que ha recibido por parte de la Fundación de Acción Social de la Alcaldía de Caracas (Fasac), sobre la asignación de una vivienda, es que “no cuentan con apartamentos” de la llamada Gran Misión Vivienda Venezuela.

El método que les ofrecen es que cada familia busque por su cuenta una vivienda que esté en venta. Luego deben tramitar la compra por la Fasac y luego esperar que se concrete la compra. Dicho así, todo parece ser muy sencillo, pero al menos para Ana no ha sido así.

En el año que lleva en el refugio, Ana ha intentado la compra de varias casas. Según cada núcleo familiar, Fasac asigna cierta cantidad de dinero, en el caso de Ana su tope es tan solo 5500 dólares.

Foto: Tairy Gamboa

Las casas que ha encontrado Ana por ese monto, al menos en Caracas, están ubicadas en zonas remotas y en lo alto de los cerros. Mientras que, una vivienda en la parroquia 23 de Enero, donde Ana solía vivir, puede costar, unos 12.000 dólares.

Sin embargo, a pesar de los pocos recursos que ofrece el gobierno a los damnificados, Ana está decidida en mudarse del refugio. La última vez que ella intentó gestionar la compra de una vivienda Fasac tardó en dar respuesta y la casa fue vendida a otro comprador

Se tardan para dar respuesta, la gente se cansa de esperar y venden, y cuando te llaman, ya el vendedor ha vendido. Entonces le toca a uno volver a empezar el proceso de nuevo.

Lo que le han dicho a Pedro

En el caso de Pedro, lo que sabe es que durante los primeros meses, en Fasac le dijeron que la asignación para familias numerosas era de 15 mil dólares; medianas, 10.000 dólares y pequeñas, 8000 dólares. “Después bajaron esos montos”. Eso es en el caso de los que quieran permanecer en Caracas.

En mi caso, yo pedí vivienda en Maracay (Aragua). Ellos mismos me dijeron que iban a buscar poniéndose en contacto con la Gobernación de ese estado, y eso es lo que estoy esperando, una casa o un apartamento.

Foto: Tairy Gamboa
Ley de refugios dignos

En el año 2011 fue promulgada la Ley Especial de Refugios Dignos, con la cual el gobierno se compromete con las familias que permanecen en los refugios a la procura de una nueva vivienda, en caso de riesgo vital o pérdida irreparable de la misma.

En 2010 hubo una vaguada que dejó a 38.000 familias sin vivienda en Caracas, según datos oficiales. También para ese entonces, el gobierno del expresidente Hugo Chávez anunció la construcción de 286.180 viviendas, adicionales a otras 95.912 que comenzaron a construir en abril de ese mismo año.

Desde 2010 hasta 2017, en el municipio Libertador había siete albergues en los que había 775 familias, como se reseñó en un reportaje publicado por Crónica.Uno en 2018. A lo largo de estos 23 años de gobierno chavista, las autoridades han habilitado oficinas gubernamentales, ministerios, expropió galpones y hoteles, entre otras edificaciones, para el refugio de familias damnificadas.

*Ana y Pedro son nombres ficticios por petición de los entrevistados.


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