Ferieros del Táchira hacen milagros para llevar verduras a San Fernando de Apure

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Los gochos que venden verduras en Apure arreglan puentes, construyen vías y pagan vacunas en las alcabalas para garantizar el suministro en la capital del estado llanero.

San Fernando. Las lluvias derribaron el puente de La Quinta –en la vía que lleva a El Cobre, Táchira– de donde Marcos Cáceres, uno de los tantos ferieros andinos, transporta semanalmente 80.000 kilos de verduras para San Fernando, la capital de Apure.

Él junto con 70 viajeros más pagaron la logística para que Puente Cagua, ente gubernamental, repusiera la construcción vial en 22 días. Entre tanto cruzaron el río con los sacos al hombro, pero no paralizaron su trabajo.

“Con nuestras gandolas trasladamos el puente y colaboramos con la comida, posada y mano de obra del personal del Ministerio de Transporte”, narra el feriero tachirense.

Cáceres añade que hace pocos días, para reparar un desbarrancamiento en la troncal 7, entre Sabina y Santa Ana del Táchira, también tuvieron que rodar la carretera y comprar una casa a una anciana en situación de riesgo que se encontraba en la vía.

Son parte de las vicisitudes que enfrenta el propietario de El Termoking Apure, principal proveedor de verduras y frutas de San Fernando. En menos de 10 años han instalado al menos 20 ferias en el municipio capitalino y sus alrededores.

La sanfernandina Sara Ojeda considera que la presencia de los ferieros beneficia a la población porque sus verduras complementan y mejoran la dieta autóctona de topochos, auyama y yuca.

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Ferieros andinos han instalado más de 20 establecimientos en San Fernando en menos de 10 años.

Sin embargo, complementar la dieta apureña es cada vez más cuesta arriba para mercaderes andinos, afirma Renata Bracho, propietaria junto con su esposo de Ferias Greisi, en el bulevar de San Fernando.

La naturaleza no es el único problema en el recorrido de 1000 kilómetros y 15 horas a través de El Cobre, La Grita, La Fría, Lobatera, Michelena, Colón, Copa de Oro, San Cristóbal y La Pedrera de Táchira, así como Guasdualito, Elorza, Mantecal, Achaguas, Biruaca y San Fernando de Apure.

“Tenemos una cuota fija en las 15 alcabalas de la Guardia Nacional y móviles de la Policía. En la tercera o cuarta se quedan dos sacos de verdura, en el resto un surtido y si tienen un evento aparte, tenemos que darles”, revela Bracho.

Cuando hay desabastecimiento de combustible también la tienen difícil, relata Orlando Prieto, educador apureño y trabajador de Ferias y Hortalizas Santo Cristo de la Grita, en la avenida Caracas.

En pandemia no se conseguía en ninguna parte y se tenía que comprar bachaqueado. Ahora, damos verduras para algunas instituciones a cambio de combustible y con eso seguimos trabajando”, comenta.

“La moneda nos está asesinando”

Las ventas han bajado más de 60 % debido a los precios, cada vez mayores por el incremento progresivo del dólar en las últimas semanas, asegura Prieto.

“La moneda nos está asesinando, antes, llevaban un kilo de cada cosa, ahora, un kilo entre todo. Por ejemplo, 15 bolívares de aliño, es una ramita de cebollín, cilantro, una cabeza de ajo y tres ajíes”, precisa.

“Quisiéramos tener un mejor precio, pero es muy difícil. Nosotros cobramos a tasa BCV, pero pagamos a dólar paralelo y en pesos colombianos; lo que hacemos por el punto al siguiente día vale menos. Hemos perdido como 6000 dólares con la inflación de estos últimos días”, añade Bracho.

Las lluvias en Táchira aún no cesan y esto retrasa la producción y puede generar escasez, advierte Cáceres, cuya familia también produce en El Cobre.

El cilantro, lechuga, brócoli, cebolla no se la llevan bien con la lluvia y son muy delicadas, pero si no las tengo las busco en otro lado o importadas, trataré de mantener el surtido”, asegura el gocho.

Continuarán en Apure

Los gochos verduleros que trabajan en San Fernando coinciden en que, cada vez, es más difícil mantener el negocio por los emergentes problemas y las reducidas ganancias, aun así, no han considerado irse.

“A pesar de las dificultades, poquito a poquito hemos surgido, ahí vamos luchando y no tenemos nada de qué quejarnos de Apure”, recalca Bracho.

“Ya casi soy apureño”, dice Cáceres. “Nosotros obligamos a bajar los precios, por ejemplo, aquí vendemos más barato porque producimos el 30 %”.

A Prieto tampoco le gustaría que los gochos se fueran. “Ellos nos dan empleo, si no fuera por mi trabajo aquí cómo viviría con el sueldo de 20 dólares como educador, menos de un dólar diario”.

Sin embargo, Luis Olivares, habitante de la parroquia El Recreo, pide a Crónica.Uno: “Diga que tienen el plátano muy caro en esas ferias, a 24 bolívares, en el mercado está a 10 bolívares”.


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