La cantidad de gente que se ve en Catia recuerda a muchos la época decembrina

“Hasta el tapabocas está pasando de moda. Muchas personas salen sin esa protección, se acuerdan es cuando están entrando al Metro. He visto que algunos se quitan las medias y se las ponen como guantes para que los dejen entrar. Es que hasta eso está flexible, ya ni piden el salvoconducto, solo una carta de trabajo”, contó el vecino Ángel Cacique.

Caracas. Pareciera que dijeron partida y todos salieron. La situación con la cantidad de gente que se ve en Catia, parroquia Sucre, municipio Libertador, no mejora, cada día hay más personas en las calles. Ya la COVID-19 no mete miedo, más cuenta tener el estómago lleno, buscar el gas y el agua, dicen algunos vecinos.

A principios de abril de este año se implementó el pase de movilidad, para reforzar la cuarentena aplicada desde el 16 de marzo a propósito de la llegada de la COVID-19.

La Policía Nacional Bolivariana, PNB, también los consejos comunales y los jefes de cuadra del partido oficialista pusieron barricadas en las intersecciones de las avenidas y en las entradas de las comunidades. Pero, al día de hoy, las medidas ya no surten efectos.

gente que se ve en Catia
Foto: Ángel Cacique Cronista Popular
¿Se aflojó la cuerda?

Eso comenzó el 7 de abril, cuando la Alcaldía de Caracas se disponía a implementar un programa de desinfección de los tres mercados que hay en la zona y de los CDI. 

El plan de movilidad específicamente imponía paradas especiales para los 10 ejes territoriales: lunes eje 1; martes ejes 8, 9 y 10; miércoles toda la parroquia; jueves ejes 5, 6, 7; viernes eje 2; sábado ejes 3 y 4 y domingo: toda la parroquia.

Cada eje podía salir cuatro veces por semana, y eso iba a afectar el transporte público y a quienes trabajan en otras parroquias. 

Luego, el gobernante Nicolás Maduro se ideó la flexibilización de la cuarentena a finales de abril, y se aflojó la cuerda que tensaba el plan y la cantidad de gente que se ve en Catia ahora es similar a la que recuerdan algunos vecinos de la temporada decembrina.

“Pero se intensificaron los problemas de los servicios y la gente tuvo que salir, principalmente por el gas. Además, no es un secreto que en Catia es más barata la comida, incluso si pagas en dólares. Se consigue un cartón de huevos pequeños en 480.000 bolívares”, dijo Ángel Cacique, habitante de Altavista.

gente que se ve en Catia
Foto: Ángel Cacique Cronista Popular

En vista del desbordamiento de personas en las calles, el miércoles los cuerpos de seguridad tomaron algunas zonas y mandaron a recogerse. Los comercios cerraron más temprano, y los bachaqueros, que agarraron cancha las últimas semanas, desaparecieron ante la presencia del orden público.

Catia no escapa al virus. De acuerdo con las cifras oficiales. El 31 de mayo los voceros del gobierno informaron de 51 casos nuevos, para sumar más de 1500. Uno de ellos, un hombre de 41 años, enfermero, residenciado en Catia. Ya se habla de casi 10 casos.

También al transporte público le metieron “control”, pero solo en los alrededores de la Plaza Catia, donde los policías impedían que las camionetas salieran full de pasajeros.

Con bachaqueros sin agua y sin gas

En Catia, en las calles Argentina, Colombia y México, el grito “cambio productos de la caja por plátanos y verduras” se apoderó de nuevo del ambiente, a propósito del plan 5×10 de flexibilización de la cuarentena vigente desde el 1° de junio (que cambió luego a 7×7).

Kadary Rondón, habitante de Los Frailes, dijo que con  la aparición de la gasolina la gente que se ve en Catia es algo desbordado, se volcaron a las calles y han flexibilizado la protección: “Incluso los fines de semana hacen fiestas hasta altas horas de la noche”.

Foto: Ángel Cacique Cronista Popular

A su juicio, lo del carnet de movilidad y los puntos de control vecinal no funcionó: “Solo hay alcabalas en el puente de Los Flores, entrada de La Guaira, La Silsa y Telecuba, y los motorizados no son controlados, tienen pase libre”.

Otro motivo que tienen los vecinos para salir de la cuarentena es el agua. En muchas zonas no está llegando y por eso los habitantes salen a “cazar” las cisternas que pasan por la avenida Sucre y que no suben, por ejemplo, a Macayapa o hacia Altavista.

Igual problema tienen con el gas, los camiones surtidores no pasan todos los días. Llegan uno o dos y hay comunidades que pasan de las cuatrocientas familias, por lo tanto, los que no pueden abastecerse del gas comunal se ven obligados a ruletear con sus bombonas por otras zonas de la parroquia.

“Hasta el tapabocas está pasando de moda. Muchas personas salen sin esa protección, se acuerdan es cuando están entrando al Metro de Caracas. He visto que algunos se quitan las medias y se las ponen como guantes para que los dejen entrar. Es que hasta eso está flexible, ya ni piden el salvoconducto, con que presenten una carta de trabajo dejan a los usuarios pasar”, contó Cacique.

Por El Amparo, contó Efraín Díaz, residente, tampoco hay conciencia del uso de las mascarillas: “La gente por aquí como que ya no le tiene miedo al virus. Salen como si nada”. 

Igual situación, dijo José Luis Espita, se ve en Los Magallanes. “La gente anda como perro por su casa”, comentó de modo coloquial, cuando se refirió a la cantidad de gente que se  ve en Catia.

Foto: Ángel Cacique Cronista Popular

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