La discriminación basada en género afecta a niños y hombres en el Zulia

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Los estereotipos sociales del machismo afectan la salud mental de los niños y hombres de generación en generación. Las costumbres patriarcales que caracterizan al hombre como rudo, fuerte y carente en la expresión de sus emociones, envuelven a las familias en un círculo vicioso. En el Zulia varias organizaciones han comenzado a trabajar para derribar estos paradigmas y fomentar una masculinidad sana, libre y sin discriminación de género.

Maracaibo. “En mi casa los hombres teníamos que proveer y solo las niñas tenían permitido ayudar a mamá. Los hombres somos fuertes y no andamos con sentimentalismos”. Juan fue criado con rudeza, desde que tiene uso de razón recuerda que en casa le prohibían llorar, hacer oficios del hogar e incluso vestirse con prendas de colores asociadas a lo femenino.

La desigualdad de género es un tema poco digerido en el Zulia. En el caso de los niños, jóvenes y adultos las costumbres patriarcales y los modelos sociales para la crianza de los varones siguen vigentes como un círculo vicioso que se repite de generación en generación, provocando alteraciones en la conducta y salud que derivan en depresiones constantes y daños en la salud mental.

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La psicóloga Fabiola Rojas destacó que el arte no tiene nada que ver son ser hombre o mujer. Foto: Mariela Nava.

Ese patrón de conducta condicionó la actitud de Juan hacia su hijo, Carlos, de ocho años de edad. Durante la cuarentena, el niño se sintió motivado a realizar actividades extracurriculares y según cuenta su madre, Carlota, el pequeño decidió hacer teatro.

“Jamás imaginé que mi hijo tuviera tanto talento, así que yo lo acompañaba todas las tardes a escondidas de su papá para que practicara, hasta que llegó el día de la obra. Un vecino le comentó a mi esposo que nuestro hijo estaba actuando y eso detonó en lo peor”, dijo Carlota.

Enfurecido, el padre le prohibió a Carlos seguir en la escuela, a pesar de que su madre e incluso los instructores intercedieron por el niño. Su argumento fue: “Los hombres no hacen eso, los hombres juegan beisbol o fútbol, el teatro es para las mujeres”, relató su madre. Acto seguido, Juan inscribió a Carlos en una academia de beisbol, pero el niño no rindió, así que su castigo fue tenerlo en casa “vigilado”, confesó la madre.

Para el Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés), la igualdad de género significa que mujeres, hombres, niñas y niños gocen por igual de los mismos derechos, recursos, oportunidades y protecciones.

“Las normas de género afectan a los niños y los hombres porque ejercen influencia en la forma como viven y actúan y en cómo esta información se transfiere de una generación a la otra. Es crucial reconocer y proteger los derechos de niñas, adolescentes y mujeres para transformar los patrones de conducta y redefinir las relaciones de género”.

En Venezuela la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes reza en su artículo 5: “Las relaciones familiares se deben fundamentar en la igualdad de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. En consecuencia, las familias son responsables de forma prioritaria, inmediata e indeclinable, de asegurar a los niños, niñas y adolescentes el ejercicio y disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías”.

La psicóloga de la Fundación Rehabilitarte, Fabiola Rojas, fue tajante en ese aspecto: “El arte no tiene nada que ver con ser hombre o mujer, lo que sucede es que las actividades artísticas, como la danza y el teatro, son actividades sensibles y delicadas que chocan directamente con el paradigma del hombre tosco, brusco y rudo. En el proceso, muchas familias están dispuestas a que sus hijos pierdan todos los beneficios que trae el arte para que entren en el estereotipo del hombre”.

Una barrera en casa

Ya ha pasado un mes desde que Juan le prohibió a su hijo hacer teatro. “Tengo un hijo triste y a veces violento. Tampoco quiere salir a jugar con sus amiguitos porque le hacen burla por la obra de teatro, y su papá no lo deja ni llorar, pero yo a veces lo escucho”, contó Carlota a Crónica.Uno.

Rojas explica que los padres le ponen barreras a sus hijos cuando comienzan a construir los cimientos del machismo.

Estas imposiciones resultan en un mensaje equivocado que es: ´Tú haces las cosas porque yo las digo´. Ahí comienza a formarse un adulto sin capacidad de decisión y cuyas acciones principales no van a ser de su agrado o su disfrute, sino lo que diga el entorno”, dijo.

El patrón machista se repite

Alberto es un joven de 13 años de edad, hace un año cambió los libros por una docena de bolsas de verdura que vende caminando en el oeste de Maracaibo. Cuenta que su padre lo obligó a asumir la responsabilidad de ayudar a mantener a su familia.

Esta semana vi a mis compañeros graduándose, me dio pena y me escondí. Pero papá dice que las mujeres son las que estudian, los hombres trabajan”, contó.

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La ONG Azul Positivo recomienda vivir la masculinidad dela forma más libre y saludable. Foto: Mariela Nava.

Fabiola Rojas reconoció que este patrón se repite en muchas familias zulianas. “A los varones les toca salir a trabajar según la noción patriarcal. A partir de ese momento se repiten los patrones y se trunca la infancia a la fuerza. Estamos hablando de un niño que está solo y maltratado”, dijo.

Nuevas masculinidades

Para Johan León, director general de la ONG Azul Positivo, lo primero es entender que la sexualidad humana es amplia y es un abanico que no tiene límites en cuanto a la posibilidad de combinaciones.

Cuando hablamos de sexualidad tenemos básicamente tres grandes rasgos: el biológico, que es la genitalidad si es hembra o macho; la orientación sexual, hacia quien me siento atraído, puede ser hacia mi mismo sexo, ambos sexos o el sexo contrario; y la identidad de género que es un aspecto netamente construido socialmente, es decir, cómo se identifica la persona con lo construido socialmente”.

Las limitaciones que genera la concepción de la sexualidad resultan en daños emocionales debido a las características que se imponen sobre los géneros básicos, hombre o mujer. Es decir, que socialmente se asume que debe haber una coincidencia entre lo biológico y lo social, este el origen de los estereotipos de género.

“Las masculinidades saludables, masculinidades consientes o nuevas masculinidades, parten de la necesidad de hacer una exploración de cómo viven los hombres la masculinidad, con la premisa de que esta puede ser tan amplia como la cantidad de hombres que hay en el mundo. Los hombres deben vivir su masculinidad de la manera que más les convenga, más abierta y positiva sin hacerle daño a nadie”, dijo León.

Explicó que existe la masculinidad toxica, cuando el hombre construye su masculinidad a través de la negación. “Me refiero a los estereotipos de: los hombres no lloran, los hombres no usan estos colores, los hombres ‘no…’, basándose en lo represivo, guardando sus emociones, midiendo sus capacidades con sus iguales y disminuyendo sus necesidades”.

Establecer  la masculinidad en los estereotipos sociales puede generar problemas de salud. “Los hombres tienen mayor índice de infartos, episodios de violencia callejera. Es una población ampliamente más privada de libertad por diferentes delitos y con mayor incidencia de accidentes cerebrovasculares, quiere decir que cuando hay represión, el cuerpo y la conducta pasan factura”, alertó el director general de la ONG zuliana.

En Maracaibo, Azul Positivo ha comenzado a generar cambios. Algunos hombres marabinos han iniciado su camino de análisis personal sobre lo que realmente quieren ser y cómo quieren vivir su masculinidad lejos de lo que la sociedad les impone, y eso se traslada a la crianza de sus hijos.

Vemos cambios dirigidos hacia la equidad de género. Muchos padres, sobre todo de la generación más reciente, van a las guarderías por sus hijos con una paternidad presente, están dispuestos a compartir con otros padres y expresan sus emociones. Eso es lo que estamos viendo ahorita”, dijo León.

Reforzó la importancia de educar al hombre contra la violencia de género. “Si solo educamos desde la perspectiva de la mujer y no educamos al hombre para que no sea violento y que no se exprese a través de la violencia, no estamos haciendo nada”.

Los padres temen que sus hijos sean diferentes

La orientación sexual de los niños es una de las primeras preocupaciones que tienen los padres, explicó Johan León. Sin embargo, es importante entender que la práctica de una actividad, tarea o hobby no tiene incidencia alguna. “La orientación sexual es algo que viene de paquete, es igual a nacer zurdo o con los ojos de verdes, es una cuestión natural. Tenemos que quitar esa etiqueta de que la vestimenta o la práctica de alguna actividad puntual va a cambiar la orientación sexual, eso no es así, eso no tiene sentido”, recalcó.

En el caso de los niños y adolescentes que están en proceso de identificarse con lo que son, lo que quieren ser y lo que les gusta, no es sano ni recomendable que los padres impidan este proceso.

Invitamos a la reflexión porque cada caso es único y obviamente no hay una receta. Lamentablemente, algunos jóvenes y adolescentes para hacer lo que les gusta tienen que emanciparse y eso los pone en una situación de alta vulnerabilidad. Los padres deben dejarlos explorar, tomando en cuenta los factores de riesgo y dándoles recomendaciones para reducirlos”, dijo León.

Jóvenes deprimidos en casa

León reforzó: “Es frecuente ver episodios de depresión, es altamente peligrosa en la adolescencia porque los muchachos pueden atentar contra su vida o tomar decisiones extremadamente riesgosas para ellos y para su entorno por sentirse frustrados, por no sentirse escuchados y porque sienten que les están truncando sus sueños”.

El llamado de la ONG es a los padres, para que estén atentos a las manifestaciones de tristeza, desesperanza o frustración en sus hijos, que pueden verse reflejados en el rendimiento escolar y comportamiento en el hogar.

“Los padres deben entender que si su hijo tiene otra orientación sexual no lo van a poder cambiar, lo que sí pueden es frustrar lo que sienten y más temprano que tarde se van manifestar. Intentar cambiar esta situación es cometer un grave error, incluso un atropello hacia los derechos de esa persona, porque es importante entender que todos somos libres y tenemos igualdad de derechos”.

La psicóloga Fabiola Rojas dijo que los padres deben tener en cuenta que son el modelo a seguir de sus hijos. “Para educar a un niño o niña el ejemplo debe venir de sus cuidadores o padres y el primer paso es que los adultos aprendan a reconocer sus emociones y a lidiar con ellas de forma sana para que los niños lo apliquen en su vida”.

En el caso del Zulia organizaciones como Rehabilitarte, Azul Positivo, Mulier, entre otras, trabajan incansablemente en las comunidades para derribar el paradigma del machismo.

El machismo nunca estuvo bien. Todo el maltrato del pasado nos ha traído a lo que tenemos ahorita como sociedad, tenemos que hacer retrospección y tender la mano en materia de salud mental. El sistema que teníamos falló, entonces o seguimos, o buscamos uno nuevo”, insistió la psicóloga.

Rojas reveló que durante su asistencia a comunidades vulnerables es evidente que “en Maracaibo hay gente deseosa de ayuda, que quiere mejorar y que recibe con los brazos abiertos la información que les llevamos”.


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