La economía siguió por el precipicio en el primer semestre de 2015

escasez

La falta de acciones del Gobierno de Maduro durante los primeros seis meses de este año acentuó el deterioro que venía registrando la actividad económica desde 2013

Mayela Armas/@mayearmas

Caracas. “¡Dios proveerá!”, fue la frase que dijo el presidente de la República, Nicolás Maduro, en enero de este año y la cual marcaría el rumbo de la economía. Expresó que pese a la caída de los precios del petróleo se conseguirían “los recursos para mantener el ritmo del país” y realizar el programa de recuperación económica. En seis meses dicho plan no existió, con lo cual se mantuvo la falta de acciones que ha caracterizado la gestión del jefe de Estado desde hace dos años.

Aunque el Banco Central de Venezuela (BCV) ha ocultado las cifras sobre la gestión del semestre, analistas consultados señalaron que la economía mantuvo el resultado negativo. Hubo menos producción, mayor restricción en el acceso a los dólares, más ausencia de productos (alimentos, medicinas, entre otros) en los anaqueles, una escalada de precios y deterioro del salario.

Para Luis Vicente León, director de Datanálisis, “lo más sorprendente del semestre es lo que no se hizo. La economía venía de un deterioro y ahora la crisis se amplificó”.

Los puntos importantes:

1. La moneda sin valor. En un semestre el bolívar continuó perdiendo fuerza por el alza de los precios. El 2014 cerró con una inflación de 68,5% y en 2015 la espiral ha seguido. En un contexto de baja producción, el Banco Central continuó imprimiendo bolívares y esa mayor cantidad de dinero circulando generó más presiones en los precios. Firmas como Ecoanalítica calculan que en seis meses los precios se aceleraron 74,4%. Ante esa escalada, los aumentos de salarios se han vuelto sal y agua. El economista, Pedro Palma, indica que “la capacidad de compra del salario se deterioró”. Para los venezolanos el ingreso es insuficiente para comprar alimentos, medicinas y cubrir otros gastos.

2. Menos productos. En marzo de 2014 el presidente del BCV, Nelson Merentes, señaló que “el índice de escasez lo debe tener el Gobierno, no es un índice político. Nosotros le estamos suministrando al Ejecutivo la información correspondiente. No queremos que los índices se conviertan en índices políticos que favorezcan a unos y perjudiquen a otros”. Desde enero de ese año el indicador no se publica, pero la falta de productos en los anaqueles se ha agudizado. Datanálisis calculó que en mayo la escasez general fue de 58,4% y la de alimentos llegó a 60,7%, eso significa, que en 60 de cada 100 locales hubo ausencia de productos. En seis rubros prioritarios como azúcar, margarina, leche, harina de maíz, café y aceite de maíz la ausencia fue más crítica porque estuvo por encima de 80%.

3. Dos economías. En los primeros seis meses del año la economía se “dualizó”, asegura Luis Vicente León, director de Datánalisis, quien explica que actualmente existe una economía de productos regulados y otra economía con precios diferentes. El Gobierno mantiene un control de precios a una larga lista de rubros, pero la producción de esos artículos es costosa por lo cual se fabrican en poca cantidad. Y cuando aparecen en los establecimientos comerciales, las personas hacen kilométricas colas y entre los compradores están los bachaqueros, quienes revenden esos artículos a precios elevados. León apunta que “si haces la loca y compras un litro de leche a precio regulado eso es un regalo”, por ello, comenta que se ha generado un mercado negro y añade que “el Gobierno toma el bachaqueo como una excusa para explicar la escasez, pero ello es consecuencia de los controles. No tendrías bachaqueo si no tuvieras control de precios. No hay colas en Managua (Nicaragua), no hay colas en La Paz (Bolivia). Se habla de la guerra económica, pero muchas de las empresas que operan aquí están en otros países, y allá no les ha picado el gen de la guerra económica”.

4. Más problemas cambiarios. El economista Pedro Palma resume la política cambiaria del primer semestre como desastrosa. El Gobierno decidió seguir las entregas dólares bajo tres sistemas y solamente reemplazó el Sicad II por el Simadi. Por lo tanto, la asignación de billetes verdes se hacen a las tasas de 6,30 bolívares, 12,80 bolívares y 198 bolívares, pero estos esquemas no atendieron los requerimientos de las industrias por la baja de los ingresos. Palma señala que “las paridades de 6,30 bolívares y 12,80 bolívares son sobrevaluadas. Son tasas artificiales que sobrestimulan la demanda y permiten que sigan prácticas corruptas” y considera que “el Simadi es de pura referencia, no se transa nada”. La firma Ecoanalítica calcula que en mayo el recorte en la entrega de dólares fue de 72%. En ese contexto de distorsiones cambiarias, el precio del dólar paralelo se disparó.

5. Raspando la olla. En la primera mitad del año el precio del barril venezolano tuvo un promedio de 49,80 dólares, cuando en el mismo período de 2014 estaba en 96 dólares, por lo tanto, ese menor flujo de ingresos petroleros se reflejó en el saldo de las reservas internacionales, que son los ahorros de la República y que se usan para atender importaciones y pagos de deuda pública. Por los compromisos en el semestre, las reservas bajaron 5,8 millardos de dólares y al 30 de junio terminaron en 16,1 millardos de dólares, nivel que no se registraba desde junio de 2003. Pero la administración de Nicolás Maduro estuvo urgida de dólares y en el primer semestre raspó la olla al retirar parte de los ahorros que tenía en el Fondo Monetario Internacional (1,8 millardos de dólares) y aceptó el pago con descuento de la deuda que tenía República Dominicana con Petrocaribe por lo cual recibió 1,9 millardos de dólares. Adicionalmente, se endeudó. En este semestre volvió a pactar otro préstamo con China por 5 millardos de dólares para el Fondo Chino Venezolano y cuyo plazo para cancelar pasó de tres a cinco años. Palma apunta que el Gobierno ha tenido un poco de oxígeno, pero no es suficiente. 

Foto: Cristian Hernández


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