La gente en Petare dice que cumplirá con un derecho constitucional este 20-M

Para cambiar, para acabar con la crisis social y económica, para que haya más oportunidades. Esas son algunas de las razones que exponen para votar los ciudadanos que la mañana de este jueves 17 transitaban por la redoma de Petare y por los alrededores del Metro.

Caracas. Con la canción “Por estas calles” de fondo, del cantautor Yordano, Juan Serrano (51) y Carlos Coello (31), habitantes de Petare, hablaban de política. El primero, un revolucionario hasta los tuétanos; el segundo, un opositor, que se quejaba de la escasez, de las colas, del poco poder adquisitivo, de la corrupción y de las oportunidades para crecer y desarrollarse en el país.

Ambos, en su tertulia de más de 20 minutos, solo coincidieron en una sola cosa: van a votar el 20 de mayo.

Petare es otro mundo  

La redoma de Petare y sus alrededores tiene un movimiento parecido al de una zona fronteriza. Hay gente variopinta, comercio informal a granel, paradas del transporte público y terminales terrestres sin control. La música a todo volumen suena sin cesar, ocurren robos en las narices de los policías y también  asesinatos. Por citar un ejemplo, entre mayo y julio de 2017 Petare fue la jurisdicción que alcanzó la mayor cantidad de homicidios en toda Caracas: 124 en 92 días, cifras recolectadas por Monitor de Víctimas.

En esa parroquia hay “bachaqueo” sin tapujos, se maneja efectivo en cantidades impensables y con billetes del nuevo cono monetario.

Literalmente, de todo pasa en la redoma de Petare y en las zonas aledañas al Metro, en donde cada quien anda en lo suyo. Eso sí, con la mirada fija en el otro, pues todos se cuidan las espaldas. “Esto es un mundo diferente, es otra cosa”, comentó la señora Hilda, vendedora ambulante.

En medio de todo ese escenario, que se queda corto ante la realidad, y mientras la bulla se apoderaba de mis tímpanos, lancé la pregunta: ¿Usted va a votar este domingo?

“Claro que sí. Este es un país democrático, estoy convencido de que eso es lo mejor. Somos presidencialistas. Aquí un conflicto armado no va a solucionar esto, es el voto. El pueblo es el que decide, con conciencia, el destino del país. Hay que leer mucho, para saber y entender lo que está sucediendo. Cuando estaba en el liceo siempre compraba dos periódicos y leía las secciones de política, y muchos de esos análisis los estoy viendo en esta época. Por eso digo, que la gente tiene que tener convicción y defender lo que dice la Constitución, como lo es el voto”.

Juan Serrano hablaba sin pausa de sus argumentos políticos para asistir al evento pautado por el Consejo Nacional electoral para el domingo 20 de mayo. Siempre destacó que es un derecho constitucional y que no lo va a desaprovechar. Y aunque en ocasiones dejó colar palabras sobre la crisis, la escasez de alimentos y el poco poder adquisitivo, sentenció que en Venezuela las elecciones son un espacio para la participación, por lo que se debe hacer un uso legítimo de ellas.

Mientras Serrano trataba de que su idea no se perdiera en medio de la agitada rutina de la redoma, Carlos Coello se quedó atento a la conversación y lo interrumpió justo para decir que él también va a votar.

Con énfasis en sus palabras, y reafirmándolas con el movimiento duro de sus manos, comentó que está cansado de ver a las abuelitas haciendo colas para comprar comida, que no quiere seguir dependiendo de la caja del Clap y que quiere un cambio para el país.

“Por eso voy a salir este domingo a votar. Para que vengan los que se fueron y comencemos a reconstruir el país”, completó.

Lo bueno de estas dos apreciaciones, que coincidieron en tiempo y espacio, es que denotaron tolerancia cuando cada uno expuso sus razones e intenciones del voto. Juan y Carlos, incluso, se dieron las manos, como señal de ser vecinos, ciudadanos y venezolanos.

Dilema despejado

Votar o no votar. Hace dos semanas ese era el dilema de Diana Díaz, habitante de La Urbina, a tan solo tres cuadras de la redoma de Petare. “Todos los días del mundo uso el Metro para ir y venir del trabajo. Luego camino hasta mi casa. Es una rutina un poco difícil o, mejor dicho, bastante, para ser sincera. En ese trayecto no vi que se desarrollara la campaña electoral. Sin embargo, yo decidí no ser parte de los abstencionistas y voy a participar. Por quién voy a votar, es mi decisión. Pero ya estoy convencida”.

Diana respondió rápido y evitó más preguntas, no dio cancha para la reflexión, como Juan y Carlos.

Tampoco se extendió en argumentos Lucy Bastidas, también residente. Solo asintió con la cabeza, con un movimiento afirmativo.

Camino al terminal terrestre de Petare, hablé con dos muchachas con uniforme del Inces, quienes también manifestaron su intención de salir a votar. En medio de risas, se miraron y una dijo: “yo sí, ¿y tú?”. La otra le respondió: “También”.

Ambas guardaron silencio cuando les pregunté si recibían alguna bonificación del Gobierno, si tenían el carnet de la Patria. Para esa interrogante no hubo ni una mueca que simulara una sonrisa.

Los entrevistados solo hicieron referencia a las elecciones presidenciales. No hablaron del Consejo Legislativo, que también será elegido el 20-M.

Se dice que Petare es el barrio más grande de Latinoamérica. Según datos del INE 2011, en esta parroquia vivían 799.237 habitantes, de los cuales más de 300.000 están dentro del padrón electoral.

Foto referencial. Angeliana Escalona


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