En al menos 11 comunidades del municipio Paz Castillo, en los Valles del Tuy, los camiones cisternas cobran entre dos y tres dólares por cada pipote de 200 litros. Durante el día los vehículos recorren la carretera Petare-Santa Lucía porque la compra de agua se ha vuelto el negocio más rentable. Situación que se agudizó por la falta de bombeo de agua potable por parte de Hidrocapital.
Caracas. Ya son siete años sin el servicio de agua potable en al menos 11 comunidades del municipio Paz Castillo, del estado Miranda, zona limítrofe con la parroquia Filas de Mariche, en el municipio Sucre. Sus vecinos han sobrevivido todos estos años a través de la compra de agua a los camiones cisternas que recorren el municipio diariamente.
En la zona, los servicios de los camiones cisternas tienen costos de dos y tres dólares por cada pipote de 200 litros, Desde la mañana hasta la tarde, por la carretera Petare-Santa Lucía los cisternas recorren la vía y la compra de agua se ha vuelto el negocio más rentable debido a la falta de bombeo de agua potable por parte de Hidrocapital.
El agua fue una promesa del actual gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, durante su campaña electoral para la reelección al cargo durante las elecciones regionales y municipales de 2021. El 14 de octubre de ese año, días antes de que iniciara la campaña, Rodríguez publicó en sus redes sociales: “Quiero que nuestro equipo tenga muy clara esta tarea, el reto no es que el agua llegue una vez a la semana a las comunidades, ese no es, el verdadero reto es que el agua llegue a los hogares todos los días, por tubería y de la mayor calidad posible”. Pero hasta la fecha, y luego de haber resultado ganador, esa promesa no se ha cumplido en todo el estado Miranda.
Paz Castillo, que pertenece a la subregión de Valles del Tuy, es el municipio más pobre del estado Miranda. En 2021 la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) reveló que 99 % de más de 110.000 habitantes que tiene este municipio (según el Instituto Nacional de Estadísticas, censo 2014), viven por debajo de la línea de pobreza. El informe además registró que 80 % lo hace en condiciones de pobreza extrema.
El suministro de agua potable en Venezuela es competencia del Estado. Las fallas en este servicio, y en el de la electricidad, gas y de telefonía, todos competencia estatal, se evidencian día a día en el panorama social venezolano. Durante el 2021 el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) registró 4853 protestas relacionadas con reclamos por derechos económicos, sociales, culturales y ambientales; una de las características de estas protestas era la exigencia de calidad en el servicio de agua potable.
Agua cara
Hace una semana Soraida Castro, vecina de la comunidad, compró dos tobos por seis dólares o 14 bolívares al cambio. El monto equivale a un aproximado de 11 % del sueldo mínimo, establecido recientemente en 130 bolívares. El agua que ese día compró Castro era de color amarillo. Tan amarillo que ni hervirla desapareció los residuos con los que venía los 400 litros de agua.
Castro es jubilada y pensionada. Lo que gana solo alcanza para costear alimentos, medicinas y el agua. Pero hay días en que si compra el agua no puede comprar la medicina. Esa última vez que Castro compró agua el conductor de la cisterna le advirtió que pronto aumentaría el costo de los 200 litros de agua a cinco dólares.
Ni la alcaldía ni Hidrocapital responde
Desde hace un mes, como iniciativa de la comunidad, los vecinos se organizaron para reparar una tubería de aguas blancas que distribuye el agua hacia los caseríos de la zona. Los habitantes relataron a Crónica.Uno que la versión de Hidrocapital era que el agua no podía ser bombeada a sus comunidades debido al estado de la tubería, la cual se encontraba perforada por tanta oxidación.
Esta tubería está ubicada bajo un botadero de basura y al lado de una tubería de aguas negras. Entre todos los vecinos lograron que la Alcaldía del municipio Paz Castillo e Hidrocapital les donaran los insumos. Gracias a esta donación los mismos vecinos, con ayuda de algunos trabajadores de Hidrocapital, hicieron el trabajo de reparación.
Luego del arreglo, la empresa bombeó agua a la zona pero el tubo se reventó casi de inmediato y no llegó más a las casas. Entre marzo del año pasado y marzo de este año, los vecinos calculan que solo en dos oportunidades ha llegado el agua a las zonas que están desde La Lagunita y hasta Los Mangos.
Nosotros notificamos a Hidrocapital y a la alcaldía que el tubo estaba roto. La respuesta de Hidrocapital fue que no podían mandar el agua porque el tubo estaba roto. Ahora nos dicen que hay unas válvulas que están dañadas, que tenemos que esperar a que nos llegue por un ciclo (racionamiento) de 21 días. Pero ni con ciclo ni sin ciclo nos ha llegado el agua”, explicó Nidia Díaz, vecina de la zona.
Todas las comunidades que están a los costados de la carretera vieja Petare-Santa Lucía son vulnerables. Sin embargo, los vecinos hicieron énfasis en que en la comunidad de Los Mangos, ubicada en el kilometro 22 de la carretera, las casas no tienen instalaciones de tuberías de agua potable y servidas. Esto pese a que son comunidades con más de 20 años de haber sido formadas en los linderos de la carretera.
Aquí nadie puede seguir pagando tres o cinco dólares por pipote de agua. Pero en esa comunidad las personas están en peores condiciones porque es la más lejana”, añadió Díaz.
El agua es un derecho indispensable
El acceso a agua potable es un derecho humano indispensable. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó en 2021 que en varias regiones en Venezuela “existía la necesidad urgente de asegurar servicios adecuados de agua”. Esto debido a que la falta de acceso a este servicio afectaba a gran parte de la población, principalmente en el interior del país.
El Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) publicó en marzo de este año una medición sobre la valoración del servicio de agua en 12 ciudades del país. En comparación con los resultados de febrero la organización observó una leve mejora. No obstante, la inconstancia en el suministro sigue siendo el mayor problema que presenta el servicio.
Según los resultados de la medición del OVSP, en Caracas la valoración negativa del servicio fue de 62,1 %. Lo que la posicionó como la octava ciudad con la peor percepción del servicio. Mientras que Porlamar es la ciudad con la peor calidad de servicio de agua potable, registrando 84,2 % de valoración negativa.
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