Los combates en la frontera de Apure, que se ha convertido en un enclave guerrillero, se han prolongado durante casi dos meses, sin que todavía exista claridad sobre su origen ni, especialmente, su desenlace. He aquí algunos datos para el análisis.
San Fernando de Apure. Van casi dos meses de enfrentamiento armado entre el grupo guerrillero disidente Frente Décimo Martín Villa de las Fuerzas Amadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la Operación Escudo Bolivariano de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en la parroquia Rafael Urdaneta del estado Apure.
Organizaciones de derechos humanos, como FundaRedes, Provea y la Fundación El Amparo, continúan reportando combates en las inmediaciones de La Victoria, y traslado de heridos en helicópteros desde esta frontera de Apure hasta el Hospital Militar de San Cristóbal, capital del estado Táchira.
Del número de enfrentamientos, ofensivas militares y ataques guerrilleros, así como de fallecidos, heridos y desaparecidos, existe poca información oficial precisa.
Y mientras escala la hostilidad entre los enfrentados, crece la tensión de la población de Urdaneta, una porción importante de ella aún desplazada hacia Colombia, para protegerse del combate.
Oficialmente, tampoco se conoce de resultados de la operación militar, ni contra quién combate, cuál es la finalidad, cuándo culmina y, sobre todo, cuándo la población recobrará su vida cotidiana.
¿Qué pasa en La Victoria y el resto de la parroquia Urdaneta del municipio Páez, estado Apure? Solo los involucrados lo saben. El resto de la población debe tratar de comprender lo ocurrido a la luz de cada acontecimiento que va surgiendo.
La Victoria no es guerrillera
Un general de la República recientemente expresó: “90% de los moradores de la parroquia Urdaneta son guerrilleros”, a lo que el historiador y exparlamentario apureño Oscar Alvarado respondió que la frase, “además de la dura carga de desprecio hacia una población laboriosa, es una ignorancia supina”.
Dotada de tierras excepcionales, La Victoria, fundada a mediados del siglo XX y elevada a parroquia en 1937, tiene una extensión territorial de 1975 kilómetros cuadrados, de los cuales aproximadamente 11.490 hectáreas son de tierras tipo I y II, consideradas de óptima calidad para la agricultura.
Es el punto intermedio del eje ribereño venezolano del Arauca: El Amparo-La Victoria y La Victoria-El Nula, y tiene 27.035 habitantes entre La Victoria, Santa Rosa del Sarare, Ciudad Sucre, El Balzal, La Osa, Santa Rita, La Capilla, La Rompía, El Ripial, La Soledad, Los Caracaros, Mata de Brecharia, Los Bancos, Brisas de Cutufí, Caño Regreso y otras comunidades.
Al ser parte de la reserva forestal San Camilo, tiene una extensa selva maderable y, además, es una importante zona productora de plátano, maíz, yuca, ñame, ocumo, ganado de doble propósito, pescado, granos, entre otros.
Zona cacaotera y petrolera
Antes de que apareciera, a finales de los 80, la plaga de la escoba bruja, hongo que mermó la producción a 200 kilos por hectárea, el cacao porcelano de La Victoria, el mejor del mundo, llegó a las tazas de chocolate de Japón, Europa y otros países.
En la década de 1970 a 1980 llegó a producir entre 1000 y 2000 kilogramos de cacao por hectárea, para más de 100.000 kilos de cacao por año, arrimados a la central cacaotera del Fondo Nacional del Cacao, ubicada en La Victoria.
Así mismo, en La Victoria y Guafita hay 118 pozos petroleros que, tras el inicio de su explotación, en 1984, llegaron a producir hasta 150.000 barriles diarios de petróleo liviano de los mejores del mundo.
Actualmente, por la depresión de la industria petrolera venezolana, la producción de Apure se ubica muy por debajo de los 80.000 barriles de petróleo diarios, de los cuales La Victoria aporta más de 13.000.
Presencia de la guerrilla en la frontera venezolana
Desde mediados de los 70, la frontera de Arauca con Apure históricamente ha sido repartida, para sus operaciones, entre el Frente Décimo de las FARC EP y el Frente Domingo Laín Sáenz del ELN.
En 2010, tras fuerte enfrentamiento que duró por lo menos cinco años por el control militar de la zona y de la renta por negocios ilícitos, la FARC EP y el ELN acordaron el reparto de las áreas geográficas de operaciones y control de negocios de cada uno.
El eje venezolano del río Arauca La Victoria-El Nula quedó bajo el dominio del ELN y fue usado inicialmente como aliviadero del hostigamiento militar colombiano y, posteriormente, como centro de actividades ilícitas para su sostenimiento, como el control del contrabando de combustible venezolano, vital para el procesamiento de estupefacientes y su guerra con el país vecino.
Por la escasa presencia del Estado venezolano en la orilla que le corresponde del río Arauca, el ELN también asume funciones de gobierno local en la seguridad ciudadana y control del orden público, al punto de regular hasta las relaciones matrimoniales del sector.
La vasta, desatendida, porosa y aventajada frontera para las operaciones ilícitas da para todo. Por eso, el ELN, sin ceder el control, amplifica sus líneas de negocio en alianza con la delincuencia común y las bandas criminales, llamadas por el Estado colombiano Bacrim, y por el venezolano, grupos de delincuencia organizada, Gedo.
Al tiempo que se consolida la operatividad irregular y por las mismas razones que le dan fuerza, la población organizada de La Victoria solicita al Consejo Legislativo del Estado Apure (CLEA) la elevación de la parroquia Urdaneta a municipio, con base en sus numerosos recursos naturales para autogestionar su autonomía administrativa. No obstante, la petición nunca ha sido escuchada ni avalada desde los centros de poder político, pese a que el municipio José Antonio Páez, donde se encuentra Urdaneta, fue capital del Distrito Alto Apure desde 2001 hasta 2017.
Actualmente, según reportan lugareños, el ELN no solo está en Urdaneta sino en todo el municipio Páez, y participa no solamente del secuestro, la extorsión, el abigeato y el reclutamiento de menores para sus filas, sino también en narcotráfico, contrabando de materiales estratégicos, extracción minera y, más recientemente, en la trata de personas debido a la crisis migratoria venezolana, en connivencia con las Bacrim o Gedo y funcionarios corruptos del orden público.
Estas mismas fuentes aseguran que desde el año 2017 el disidente Frente Décimo Martín Villa de las FARC, actualmente enfrentado con la FANB en La Victoria, debido a su afinidad con el ELN por no alinearse a la pacificación colombiana en 2016, participa de las ganancias ilícitas en los 300 kilómetros del río Arauca que comparte el estado Apure con el departamento de Arauca.
Nexos con el gobierno
Una periodista apureña que, junto con otros colegas de Apure, Táchira y Arauca, cubrió una rueda de prensa del Frente Domingo Laín Sáenz del ELN en Puerto Contreras, Colombia, en 2003, narró que en esa ocasión los voceros del grupo guerrillero establecieron su relación con el entonces presidente venezolano Hugo Chávez.
“Fue una rueda de prensa para informar los acuerdos de una convención guerrillera en la que, además de dejar clara su admiración por Chávez y su odio por Uribe, también dijeron que, a petición del presidente venezolano, suspendieron sus operaciones por un año en la frontera de Apure a comienzos del 2000 y formaron militarmente a los miembros de la guerrilla venezolana Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL) como una milicia campesina para la defensa de la revolución”.
La periodista recordó que también los elenos se desligaron de un atentado fallido, del que fueron señalados en aquella ocasión, al puente internacional José Antonio Páez, que une las poblaciones de El Amparo y Arauca y del cual responsabilizaron a los jefes militares de la zona para la época. Asimismo, de los secuestros y extorsiones ocurridos durante la suspensión de sus operaciones por un año en el linde venezolano y de lo cual señalaron como autores a las FBL.
Además de la afinidad ideológica manifestada abierta y públicamente entre el ELN y el gobierno revolucionario, el propio presidente Chávez realizó diligencias ante la ONU para retirarle el mote de “terrorista” a la organización irregular.
¿Puede estar en esta afinidad la respuesta a por qué el ELN, que ejerce el control de la frontera de Apure-Arauca, no respalda a su socio de operaciones el disidente Décimo Frente FARC EP Martín Villa en su enfrentamiento con el ejército venezolano?
Algunos activistas de derechos humanos y periodistas especialistas en la fuente sostienen que la poda del gobierno en La Victoria es conveniente e, incluso, estaría pautada entre el ELN y Caracas, tras el incómodo empoderamiento y la expansión del grupo guerrillero disidente FARC, abiertamente opuesto a la revolución bolivariana.
Mientras que otros aseguran que este grupo disidente de las FARC, de aproximadamente 300 hombres de los 1500 que comanda Gentil Duarte, cuyo verdadero nombre es Miguel Botache Santillana, tanto en el sur y el oriente de Colombia como el occidente de Venezuela, en realidad mantiene una pugna interna con la también disidente agrupación de las FARC Segunda Marquetalia de Iván Márquez y Jesús Santrich por territorio de narcotráfico, y que la alianza entre estos últimos y Caracas sería la causa de la operación militar en Urdaneta.
“Gentil Duarte sobrepasó nivel de tolerancia del gobierno venezolano”
Esta afirmación corresponde a Gabriel Ángel, asesor político del Bloque Oriental de las FARC y promotor activo de las negociaciones de paz de Colombia, que culminaron con la firma del acuerdo definitivo en noviembre de 2016.
El columnista del portal Las 2 Orillas aseguró que la escasa y escueta información sobre los sucesos recientes de Apure “defraudan la intención de comprender qué es lo que está sucediendo”.
El guerrillero pacificado sostiene que, dado el desplazamiento de más de 5000 personas, “no queda la menor duda de que allá está pasando algo muy grave y extraño, que implica consecuencias desastrosas para la población de la zona”.
Las opiniones de Ángel no concuerdan con las tesis periodísticas acerca de que Maduro estaría desplazando a Gentil Duarte para entregar el control de la zona a Iván Márquez.
De acuerdo con él, hay que sospechar que detrás de estas aseveraciones de la gran prensa están los eternos comprometidos con la intervención militar de Venezuela, quienes se alegran con estos hechos.
Para el también columnista de “La pluma de Gabriel Ángel” en el portal de las FARC (partido político), se trata de una reacción militar de envergadura que “al parecer ocurre cuando quiera que se sobrepasan ciertos límites por parte de los disidentes”, y que “es de presumir que algo así venía creciendo, hasta vencer el nivel de tolerancia reservado para ellos”.
Recordó, además, a quienes se muestran desconcertados por el ataque militar basados en la afinidad de Maduro con la disidencia guerrillera, que no es la primera arremetida del gobierno contra disidentes.
Hace unos meses el Ejército venezolano dio de baja al Loco Iván y varios de sus hombres que se habían introducido Orinoco abajo”, recalcó.
Ángel afirmó que no alcanza a imaginar qué hay detrás de las acciones militares “del pendenciero de Maduro”, como él llama al gobernante venezolano, pero sí dijo que tiene claro qué hay detrás de la conducta de Gentil Duarte e Iván Márquez: “Los extremos irremediablemente se parecen y juntan. A la demencial inclinación por la violencia y las soluciones de fuerza de los unos, se suma la ceguera irracional de los otros”.
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