Muchas de las condiciones electorales que históricamente ha pedido la oposición pueden garantizarse desde el CNE, pero otras salen del ámbito de funciones del órgano electoral y tocan otras instituciones del Estado venezolano.

Caracas. Los partidos del G4 (Voluntad Popular, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo)  están en una encrucijada, entre participar o no en las elecciones regionales y municipales del próximo 21 de noviembre. De acuerdo con las declaraciones de voceros de los partidos el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), han señalado que este paso no es suficiente y que hace falta alcanzar una serie de condiciones electorales, pero ¿qué tan factible es alcanzar estas condiciones para los venideros comicios?, y ¿qué tanto dependen exclusivamente del órgano comicial?

Depuración del Registro Electoral y la inscripción de nuevos votantes

Una de las principales peticiones que ha hecho la oposición venezolana, no solo el G4, se centra en la necesidad de depurar el Registro Electoral, el cual tiene una deuda importante no solo con la cantidad de nuevos posibles electores, que para el 2020 era de 1.953.123 usando la proyección poblacional del Instituto Nacional de Estadística como data, sino también con los venezolanos que migraron del país.

Para Nélida Sánchez, coordinadora nacional de contraloría electoral de la A. C. Súmate, el CNE cuenta con plena potestad para saldar todas las dudas en torno al Registro Electoral, algo que no se puede decir de todas las demás condiciones electorales.

Lo importante del Registro Electoral es la oportunidad que se brinden a todos los ciudadanos de poder inscribirse o actualizar sus datos. Mi colega en Súmate, Francisco Castro, estima en aproximadamente 7 millones el número de venezolanos que deben ser actualizados en el registro, algunos por ser nuevos votantes y otros porque cambiaron su lugar de residencia o se fueron del país, dijo.

Sánchez señala que un buen paso para que el CNE logre actualizar el Registro Electoral es desplegar una maquinaria verdaderamente amplia a escala nacional para la jornada especial de registro o actualización de datos, algo que, por ejemplo, se hizo en el año 2010 cuando la jornada se realizó en cuatro fases y con un máximo de 2200 máquinas desplegadas en el territorio nacional. Como comparación, para la última jornada especial, la realizada en el año 2020, se anunciaron solo 551 puntos durante un período de 14 días.

Informe del CNE de la jornada de registro electoral de 2010. Foto: captura de pantalla.

Se debe asegurar que para esta jornada se tengan el número de máquinas y de agentes adecuados, lo ideal sería tener puntos de inscripción y registro en cada parroquia del país y no a nivel municipal como se ha venido haciendo. Hay municipios pequeños en los que se puede hacer, pero hay otros en los que por su densidad poblacional debe ser de forma parroquial, expresó.

Sánchez también dijo que otro punto que demostraría que el CNE sí busca mejores condiciones electorales sería la agilización de los reclamos que las personas introducen en el órgano por cambio de residencia inconsulto, problemas de identidad, o cualquier otro problema que un elector potencial requiriera solventar.

La observación internacional como punta de lanza de condiciones electorales

Quizás la más solicitada de todas las condiciones electorales ha sido la observación internacional, esto como un mecanismo de dar garantías de que cualquier elección que se haga en el país cuente con los estándares mínimos. Para Sánchez, este punto depende exclusivamente de “la disposición que muestre el CNE”.

“En Venezuela la observación internacional se hizo hasta el año 2006, vinieron varias organizaciones como el Centro Carter, el problema es que algunas de estas organizaciones emitieron declaraciones que no fueron del agrado del gobierno y fueron consideradas como injerencistas”, explicó.

Sánchez contó que desde ese punto en adelante la observación internacional desapareció y fue cambiada por el acompañamiento internacional, siendo esta nueva alternativa mucho más limitada.

La diferencia es que para el acompañamiento las organizaciones vienen solo para el acto electoral y es el CNE el que les marca la agenda. En la observación es distinto, las organizaciones tienen más libertad y además esta comienza desde la propia convocatoria del proceso, lo que permite estar presente, por ejemplo, en las auditorías, explicó.

Como prueba de la debilidad del acompañamiento electoral, Sánchez recordó la visita del Centro de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela) a Venezuela en 2018, donde ella hizo un seguimiento y revisó su informe final. “Ellos decían que habían estado presentes de forma virtual en las auditorías, esto por streaming, imagínate, no podían preguntar nada ni interactuar con el proceso”, destacó.

La observación nacional no debe ser dejada a un lado

Si bien las condiciones electorales hacen énfasis en la observación internacional, para el politólogo y también experto electoral, Jesús Castellanos, la observación de organizaciones nacionales podría ser un buen respaldo a todo el proceso.

Castellanos señala que a pesar de que las elecciones son organizadas por el CNE, es el Ejecutivo Nacional –es decir el gobierno de Nicolás Maduro– el que debe realizar las invitaciones a organizaciones internacionales; por este motivo y por el tiempo que usualmente requiere organizar misiones de este tipo, la observación nacional podría ser un buen complemento o sustituto en caso de que alguna organización como la ONU o la Unión Europea no vengan al país.

Sin duda la observación internacional es muy importante, pero también debo recalcar el fortalecimiento cuantitativo y cualitativo de la observación nacional. A falta de una observación internacional, también debería estar presente la observación nacional desde el mismo momento de la convocatoria a elecciones, opinó Castellanos.

A su juicio, lo que verdaderamente se traduce en una garantía de confiabilidad no es solo el número de organizaciones, sino el tiempo que estas puedan estar activas haciendo seguimiento a todo el proceso. Esto es lo que, según él, hace que la observación nacional sea también una de las más importantes condiciones electorales.

“Para el año 2020 se acreditaron las organizaciones prácticamente a dos ,semanas de las elecciones. Lo ideal es que ya que se anunciaron auditorías al sistema automatizado de votación, no estén presentes solo los técnicos de los partidos sino también los de los observadores nacionales”, comentó.

Las condiciones que escapan del alcance del CNE

Si bien la mayoría de las condiciones electorales exigidas por la oposición para participar en unos comicios dependen de forma parcial o total del CNE, existen otras que corresponden a otras instituciones del Estado.

Una de estas condiciones electorales es la de los partidos políticos inhabilitados o intervenidos, y sobre esto Castellanos señaló que el único rol que tendrá el CNE al respecto (si decide tener algún rol en lo absoluto) sería el de mediador ante la institución del Estado responsable por esto: el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Las inhabilitaciones de partidos políticos ha sido algo recurrente y provienen directamente del TSJ a través de la Sala Constitucional y la Sala Electoral. Sobre este tema el CNE debería mediar para que estas medidas sean revertidas y los partidos recuperen su independencia, explicó.

Un caso similar se registró con las inhabilitaciones a personas para ejercer o aspirar a cargos públicos. El politólogo reiteró una vez más que acá el CNE solo puede mediar para tratar de solventar el conflicto, ya que escapa de su control y cae en la Contraloría.

“Si bien el consejo no tiene mayores capacidades para revertir esto, un paso adelante sería tramitar algo para revisar estas decisiones y dejar sin efecto mucho de lo que se hizo con los dirigentes de la oposición”, expresó.

Con un cronograma ya anunciado y unas elecciones programadas para el 21 de noviembre, el CNE ha señalado a través de declaraciones de sus rectores que estará trabajando para generar mayor confianza en el poder del voto por lo que es posible que se conozcan decisiones en las próximas semanas en torno a muchas de estas condiciones electorales que exige la oposición.


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