Liceístas de la Escuela Técnica Mac Gregor de Coche aplazan materias por dedicarse al trabajo

Escuela Técnica de Coche

Docentes de la Escuela Técnica Gregorio Mac Gregor, en la parroquia Coche, aseguran que las actividades de superación pedagógica son insuficientes para adquirir las competencias de un año académico.

Caracas. En la Escuela Técnica Gregorio Mac Gregor, en la parroquia Coche, al suroeste de Caracas, la mayoría de los estudiantes reprueban las materias por no asistir a las clases presenciales. Según la docente María Flores, gran parte de estos alumnos faltan para poder trabajar, a pesar de que son menores de edad.

Están trabajando porque dicen que tienen que ayudar a sus padres, aclaró Flores.

La profesora contó que los alumnos desarrollan estos trabajos en el sector comercial, como vendedores en el Mercado de Coche o en tiendas de vestimenta. 

El segundo y tercer piso de la escuela técnica están clausurados por la humedad en el techo. El plantel no cuenta con condiciones físicas óptimas para alojar a todos los estudiantes. Por eso, los docentes continúan publicando actividades en la web, como lo hicieron en el período de educación a distancia, y usan el tiempo en el salón para aclarar dudas. 

Foto: Isabella Reimi

El proceso de enseñanza es similar al de un aula invertida, que requiere que el estudiante investigue de los contenidos dictados.

A veces se les dificulta un poquito responder las guías porque no entienden. Claro, no tienen una explicación veraz, entonces no pueden resolver de manera efectiva, resaltó.

Flores denunció que, por este motivo, los jefes de las zonas escolares del circuito han solicitado a los maestros que impartan un contenido “más ligero”. 

Pese a esta solicitud oficial, hay profesores que todavía se resisten a bajar las exigencias. Por ejemplo, 95 % de los estudiantes de un docente reprobaron la materia.

Una vez que aplazan, con las actividades de recuperación buscan sintetizar el contenido de un año en tres clases de dos horas.

Nosotros realizamos una pre-clase para que ellos practiquen unos ejercicios y se les coloque una evaluación.

Foto: Isabella Reimi
Educación privada Vs. educación 

Según explicó la profesora Flores, quien da clases de Matemática y Física, hay algunos problemas con la habilidad numérica que estudiantes arrastran de año en año por la insistencia del Estado de aprobar a los alumnos, aunque no hayan adquirido las competencias.

Los resultados de las pruebas del Sistema de Conocimientos en Línea de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB)  han dejado en evidencia las deficiencias formativas de la educación media venezolana, desde su lanzamiento en 2019. En el reporte de noviembre de 2020 las calificaciones de matemáticas promediaron desde 10,42 puntos, en primer año, a 7,11 en quinto año

Flores también es profesora de un instituto privado y puede comparar los contrastes con la educación pública. Explicó que los estudiantes de las escuelas privadas tienen suficientes recursos para adquirir materiales pedagógicos y completar las actividades asignadas. En cambio, las actividades de los liceos públicos se tienen que adaptar a la situación económica de sus estudiantes, e incluso existe hostigamiento por la deficiencia económica.

“Los estudiantes del público trabajan con las uñas. Si un representante no tiene para comprar el papel bond, nos vemos en la obligación de aceptar la actividad así sea en una hojita de cuaderno rayada”, confiesa.

Foto: Isabella Reimi

Entre esas diferencias entre los dos ámbitos educativos está la imposibilidad de los padres de adquirir textos veraces para sus hijos, sobre esto la docente comenta que la colección bicentenario que reparte el Ministerio de Educación tiene fallas.

Sin embargo, la profesora admitió que el mayor reto de la educación durante la pandemia fue el manejo de las frustraciones.

“Hay un estudiante acá que no tiene las competencias; mucho menos tiene los materiales para trabajar ¿Cómo lo motivas? Es casi que imposible.”

Flores no desea dejar la educación técnica pública porque considera que los estudiantes tienen más afecto hacia los docentes que en las instituciones privadas, donde sienten que se paga un servicio.

Las reparaciones no ayudan al muchacho 

Ángel Escobar, profesor de física y matemática, tampoco está de acuerdo con la metodología que impone el Ministerio de Educación para la revisión. Escobar insistió en que una clase de dos horas es un tiempo muy corto para una actividad remedial.

Es imposible desarrollar un objetivo en ese tiempo o que el muchacho capte, alegó.

Aunque el estudiante haya faltado todo el año a las clases presenciales y no haya desarrollado la guía de tareas, todavía puede optar por una evaluación remedial. El profesor Escobar atiende a seis alumnos en esta jornada de reparación.

Los que vinieron a revisión son aquellos estudiantes que solo asistieron o una o ninguna vez y no entregaron los trabajos. Los que trabajaron, hicieron la tarea, entregaron aunque sea un trabajito o vinieron a ver la clase todos ellos pasaron, explicó.

Foto: Isabella Reimi

La circular 6696 del Ministerio de Educación establece que para aprobar una materia el alumno debe asistir a tres clases, o “actividades de superación pedagógica”, y aprobar tres formas de evaluación. Si nuevamente reprueba procede un segundo “momento” de enseñanza y exámenes. 

No estamos ayudando al muchacho. Estamos poniéndole trabas más bien porque estamos pasando muchachos de grado sin ningún tipo de conocimiento, concluyó.

Temen que la educación técnica desaparezca

Para Alexander Carreño, director de la Escuela Técnica Gregorio Mac Gregor, el problema crítico es la falta de docentes para las especialidades

La materia de Electrónica solo tiene dos profesores, en Mecánica queda uno y en Electricidad también queda uno y “está que se jubila”. Para Carreño, lo adecuado es que se cuent cone con al menos cuatro docentes por sección, que dominen las herramientas y máquinas de trabajo. 

No obstante, reconoce que el salario es el principal obstáculo. Un tornero o un fresador no va a venir acá por 200 bolívares, aseguró.

Carreño recordó a un docente técnico que trabajó para la institución en años recientes. Duró un mes vio el cobro y se fue. No insistí porque una pieza en la calle, por 20 minutos de trabajo, se puede cobrar hasta en 50 dólares.

Foto: Isabella Reimi

El miedo del director es que las escuelas técnicas desaparezcan por negligencia estatal. Para él, la amenaza se hace inminente en la medida en que se elimina el componente práctico de materias como Química y Física.

Este año la institución convirtió un laboratorio de Química en un aula de clases teóricas. La decisión también estuvo motivada por la contingencia generada con el cierre del tercer piso. 

Para acondicionar los 800 metros cuadrados del área clausurada se necesitan 17.000 dólares, de acuerdo con las averiguaciones de la directiva.

El próximo año escolar esperan recibir 1500 alumnos, pero seguirán turnando la asistencia hasta que reciban el apoyo económico del estado para la reparación. 

En la Escuela Técnica Gregorio Mac Gregor mantienen las instalaciones iluminadas y pintadas gracias al trabajo de su comunidad escolar. Los estudiantes de la especialidad de electricidad han cambiado los bombillos y el director compró 14 galones de pintura con los “ingresos propios”.

En lugar de los 12 cuadernos para las materias venden una guía integral por lapso que cuesta 4 dólares. Además, este ingreso sirve para ayudar a costear el transporte de los docentes.

Foto: Isabella Reimi

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