44 personas que murieron por el coronavirus tenían enfermedades previas, en su mayoría hipertensión y diabetes, asegura el gobierno de Maduro. La tasa de letalidad a partir de los 60 años supera 4 %, aunque la mitad de los contagiados tienen entre 0 y 39 años de edad. A escala nacional la letalidad es de 0,95 %, mientras que en Distrito Capital es de 1,90 % y en Zulia es 1,50 %.

Caracas. Al menos 51,25 % de los fallecidos por COVID-19 reportados por el gobierno de Nicolás Maduro hasta el 9 de julio se produjeron en Distrito Capital y Zulia, 41 muertes para ser exactos. El ritmo de decesos empezó a acelerarse a partir del 26 de mayo y ya son 69 desde entonces.

Tomando en cuenta los 80 fallecidos que han reportado las autoridades hasta el 9 de julio, la tasa de letalidad en el país es de 0,95 %, esto es la proporción de muertes en relación con la cantidad de personas contagiadas. Hace un mes ese índice era de 0,84 %.

Sin embargo, la ONG Médicos Unidos, el Colegio de Médicos del estado Zulia y la Comisión de Expertos de la Salud han alertado sobre supuestos subregistros de muertos por la enfermedad y profesionales de la salud que no son incluidos en el reporte oficial.

El diputado a la Asamblea Nacional José Manuel Olivares señaló el 8 de julio en sus redes sociales que, hasta ese día, en Venezuela había hasta 59 fallecidos más, que para entonces elevarían la cifra a 130 (1,62 % de letalidad, dentro del rango estimado de 1 % a 4 % por la OMS).

Tomando como punto de partida las 80 muertes que ha reportado el Gobierno hasta el 9 de julio, y los pocos detalles que se han ofrecido al respecto, pues sigue sin haber un boletín epidemiológico del SARS-CoV2, aquí se muestran algunos datos que arrojan las cifras.

Zulia y sus ramificaciones

27 personas del estado Zulia perdieron la vida como consecuencia de la COVID-19, lo que representa un tercio (33,75 %) del total de muertos en el país por esta causa. Sin embargo, esa entidad concentra 21,39 % de los casos con 1791 contagios, la cifra más alta del país.

El colapso en la entidad occidental es evidente. El 6 de julio, el gobernador Omar Prieto, quien también contrajo el virus,  incluyó a la biblioteca pública del estado en una lista en la que se encuentran hoteles, universidades, el Palacio de Eventos e instalaciones deportivas que sirven como espacios disponibles para atender pacientes contagiados ante el aumento de casos y el colapso de los hospitales.

A la falta de agua y electricidad que padece el Zulia, se le suma la escasez de insumos y personal en los centros sanitarios. El Colegio de Médicos de la entidad declaró “alerta roja” en el sector a finales de junio ante el insuficiente número de camas para cuidados intensivos y equipos de protección. Para entonces la entidad contaba con 578 casos de COVID-19.

De los 27 fallecidos en Zulia, al menos nueve eran comerciantes del mercado Las Pulgas y dos personas más estaban vinculadas a ese foco. Además, dos personas en el estado Trujillo y una en Lara murieron al estar vinculadas a ese foco.

Caracas en segundo lugar

En el Distrito Capital se han registrado 14 fallecidos por COVID-19, según cifras oficiales, y la proporción con el número de casos es más dispar. La entidad tiene 8,76 % del total nacional de personas contagiadas, pero 17,5 % de los fallecidos.

La falta de agua y equipos de protección son algunas de las fallas que reportan día a día los gremios de enfermeras, médicos y personal del sector salud. En 10 de 14 centros asistenciales de la capital la reutilización de tapabocas es la norma, según Monitor Salud, pues los trabajadores no son dotados constantemente de los insumos que requieren.

El diputado Olivares señaló en un encuentro con la prensa que el colapso del sistema sanitario en Caracas por la COVID-19 es inminente, pero será menos acelerado porque cuenta con más infraestructura que otras entidades. Indica que, hasta el 8 de julio, 40 % de las unidades de cuidados intensivos en el territorio nacional estaban ocupadas.

Hipertensión y diabetes son los antecedentes más comunes

Otro elemento que destaca es que hay al menos 44 fallecidos por COVID-19 que tenían enfermedades de base y gran parte de ellos padecían de dos o más afecciones previas.

Sin embargo, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) confirma que, hasta el 25 de junio, solo hay suficientes evidencias de que quienes padecen las siguientes afecciones, entre otras, tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa de la COVID-19:

  • Enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC).
  • Obesidad (índice de masa corporal de 30 en adelante).
  • Afecciones cardíacas graves, como insuficiencia cardíaca, enfermedad de la arteria coronaria o miocardiopatías.
  • Diabetes mellitus tipo 2.

De las cifras ofrecidas por el Gobierno, tres fallecidos sufrían EPOC y dos de ellos también tenían otra enfermedad; seis padecían obesidad (todos asociados con otra afección); tres tenían afecciones cardíacas graves y tres padecían diabetes tipo 2 (uno era hipertenso).

A su vez, el CDC advierte que, de acuerdo con lo que se conoce hasta el momento, las personas con las siguientes afecciones, entre otras, podrían tener un mayor riesgo de enfermarse gravemente por el virus:

  • Asma (moderada o grave).
  • Hipertensión o presión arterial alta.
  • Diabetes mellitus tipo 1.

De todas estas enfermedades, la más común entre los fallecidos de Venezuela, según el Gobierno, es la hipertensión arterial, que era antecedente de al menos 23 personas, 19 de ellas con enfermedades adicionales.

Cinco personas que sufrían solamente diabetes fallecieron entre marzo y el 9 de julio de este año por COVID-19; seis eran diabéticas y padecían obesidad; nueve también sufrían hipertensión arterial y una era diabética, hipertensa y asmática.

El asma, por su parte, la padecían cinco de los 80 fallecidos hasta la fecha, y solo uno de ellos no tenía una enfermedad adicional.

Por grupo etáreo

Solo cuatro fallecidos por COVID-19, hasta ahora, tenían edades comprendidas entre 0 y 39 años; sin embargo, 4681 ciudadanos de ese rango de edad han resultado contagiados por la enfermedad, 3376 de ellos entre 20 y 39 años.

Ocho personas de entre 40 y 49 años también perdieron la vida por la epidemia, para un índice de letalidad de 0,73 %; 22 entre 50 y 59 años (letalidad de 2,79 %); 18 entre 60 y 69 años (4,33 %) y siete adultos mayores de entre 70 y 79 años (4,76 %).

Por último, seis ciudadanos con edades comprendidas entre 80 y 89 años han fallecido en cuatro meses de epidemia, y en ese rango de edades el índice de letalidad es de 14,28 %, el más alto de todos.


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