La presencia de vendedores ambulantes ha aumentado debido a la falta de seguridad en el transporte público, además de la corrupción y el soborno que existe entre los policías y trabajadores informales que buscan adueñarse de los espacios con la finalidad de obtener dinero, aunque con esto incumplan las leyes.

Caracas. De ocho a diez vendedores ambulantes puede contar un usuario que se monta en el metro en la estación La Hoyada y se baja en Petare. Hombres y mujeres pasan por los vagones vendiendo desde chucherías hasta productos de higiene y limpieza.

Galletas, chocolates, caramelos, hilos, agujas, esponjas y hasta afeitadoras o toallas sanitarias, son algunos de los artículos que ofrecen estas personas.

El déficit de personal en el Metro de Caracas, en especial de los encargados de vigilar el correcto uso del sistema en vagones y andenes, es uno de los factores que ha contribuido al auge de la venta informal en el subterráneo.

De acuerdo con la organización Familiametro, la cultura dentro del metro empezó a deteriorarse a raíz de las fallas en el sistema;  como la falta de personal,  retrasos, falta de higiene e inseguridad. Los niveles de seguridad no mejoran porque el gobierno no ha puesto en marcha un protocolo de peso que esté preparado para atacar el problema de vendedores e inseguridad. Esos llamados Cuadrante de Paz no han hecho el trabajo, lamentó Ricardo Sansone, expresidente de la referida asociación civil.

Los vendedores ambulantes que operan en el metro buscan la manera de adueñarse de las estaciones, o en su defecto, presuntamente, hay alguien que controla la mitad de la línea 1. Es decir, de Chacaíto a Palo Verde una persona decide quién puede vender y el tramo de Chacaíto a Propatria la decisión depende de otra persona. Así lo denunció la mamá de Juan Alberto Escalona Mora, 43 años, vendedor ambulante del subterráneo, quien fue herido el pasado 13 de agosto con un arma blanca por otro buhonero en la estación Miranda.

Hecho violento en estación Miranda 

Según la versión de los familiares, Escalona había recibido amenazas por varias personas. Lo obligaban a pagar una vacuna, como se llama Extorsión de una organización delictiva hace a comerciantes a cambio de permitirles trabajar. El convenio también los obliga regirse por las “leyes internas”, como obedecer a otros vendedores o hacer la venta en algunas estaciones asignadas por aquellos que controlan el tramo. Pero Escalona se negaba.

Sin embargo, aunque se desconoce el monto de la vacuna que le exigían pagar, los padres aseguraron que no hubo presencia de ningún tipo por parte de las autoridades cuando ocurrió el ataque.

Mi hijo se llevó un cuchillo porque ya había sido amenazado en días pasados. En el metro trabajan quiénes ellos quieren y uno lo hirió de gravedad. Él nunca me comentó como era el proceso para trabajar en el metro, pero me lo mataron”. 

El director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico, informó que los detenidos por el hecho fueron identificados como Jesús Alberto Castillo Alpon, de 21 años, apodado El Titi. Castillo operaba junto a Adrián Arturo Castillo Alpon, de 29 años, apodado El Guajiro. La detención se ejecutó en la carretera Petare – Santa Lucía, kilómetro 18, El Winche, sector Las Malvinas, en Filas de Mariche, municipio Sucre.

Personas de todas las edades

No solo jóvenes trabajan en la venta de cualquier tipo de mercancía en el subterráneo, también se observa a personas de la tercera edad, quienes ofrecen caramelos, o los llamados pedigüeños”, quienes también usan el medio de transporte como opción para obtener dinero contando sus historias de vida.

Persona de la tercera edad vendiendo en el metro. Foto: Crónica.Uno

Ocho de cada 10 trabajadores en el país están en el sector informal, una cifra que se incrementó 74 % durante los últimos cinco años, indicó el profesor Demetrio Marotta, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la UCAB, en un ensayo titulado La informalidad laboral en Venezuela: definiciones, medición y desafíos.

Estas ventas ambulantes son ilegales porque no pagan los impuestos correspondientes. Los vendedores ambulantes usan el transporte público como sitio de trabajo porque es un ambiente propicio para la informalidad, donde confluyen diversos problemas como la corrupción y el soborno a los cuerpos policiales, analizó el criminólogo, Javier Gorriño.

En el metro se relajaron las normas y con esto también las autoridades. La corrupción la quieren tapar señalando a factores salariales, pero no es del todo cierto”. Gorriño agregó que los vendedores sobornan a los policías para que los dejen trabajar. 

“En estos espacios existe todo tipo de ilegalidades, desde el pago de vacuna hasta el apoderamiento de las zonas. Ellos se meten dónde la seguridad puede fallar y poco a poco se van adueñado. Hay vendedores que se apoderan de un espacio y un vendedor del otro”, dijo. 

No hay seguridad

Hasta hace unas semanas en el Metro de Caracas no había seguridad policial ni del personal del sistema. Las casetas de información en ocasiones están vacías y no existe quien vigile los andenes. La falta de operadores también es otro factor que favorece a la inseguridad y el paso libre de buhoneros.

Para Ricardo Sansone la decadencia del Metro de Caracas, inició con el desmantelamiento de la Policía Metropolitana.

“Este problema de seguridad se inició cuando el expresidente Hugo Chávez disolvió la Policía Metropolitana,  que tenía la Brigada Especial Metro. Se escogía a los policías bajo un perfil específico para trabajar en el subterráneo. Había un grupo de seguridad para cada línea”, relató.

El extrabajor del metro explicó que el abandono del que es objeto el sistema desde hace más de 10 años ayudó a que la cultura sobre uso también menguara. De ahí que los usuarios perdieran el sentido de pertenencia. Se llegó a un punto dónde no existe orden ni ley, dijo.

La falta de cuerpos de seguridad la aprovechan los vendedores ambulantes , con su cantar de “por la calle del medio” o “comparte y disfruta, para realizar sus ventas, pero cuidándose las espaldas para no pagar vacunas o esconderse de los policías. 

Pero que haya cuerpos de seguridad en el sistema no es garantía de nada, pues algunos vendedores consultados por Crónica.Uno aseguraron que deben pagar a la policía entre 3 y 5 dólares para que los dejen trabajar o sino les quintan la mercancía y el dinero que hayan obtenido hasta el momento. “Tenemos que estar pilas de los pacos y de quienes se adueñan de la vía en las estaciones, nadie se come la luz”, contó un buhonero del subterráneo. 

Foto: Luis Morillo
Ventas en las camionetas

Pero el Metro de Caracas no es el único sistema de transporte público que ha sido tomado por los vendedores ambulantes. En la avenida Universidad, desde La Hoyada hasta San Martín, pueden subirse entre cuatro y seis vendedores de chucherías. Estos trabajadores informales ofrecen galletas, maní, chocolates y cualquier tipo de caramelos.

No obstante, contrario a lo que sucede en Metro de Caracas, para algunos conductores de camionetas esto no representa un problema de seguridad.

“El problema es que los pasajeros compran y dejan la basura en el piso o pegan los chicles en los puestos. Otro aspecto negativo es que obstaculizan el pasillo y los pasajeros que se montan se quejan de la situación porque no tiene por dónde pasar”alegó un transportista de la ruta San Martín – Caricuao. 

En algunas paradas de camionetas, los vendedores ambulantes se turnan para subirse a la unidad que tenga más personas. “Aquí no vende todo el mundo, tienen que ganarse el puesto, y algo importante es que no pueden tener la misma mercancía que los vendedores más antiguos, comentó uno de ellos. 

Los trabajadores informales en el centro de Caracas deben pagar a los policías al final del día para que los dejen trabajar. El pago es por el monto de un dólar en efectivo. Una mafia que, a juicio de Gorriño, se ha incrementado por las fallas en los cuerpos de seguridad. “Todo es factible en este submundo de corrupción e ilegalidades.

Vendedores ambulantes. Foto cortesía; Crónica.Uno
Plan de seguridad

Con el cambio de presidente del metro y a pocos días del asesinato de un vendedor dentro de una estación, el Ministerio de Interior, Justicia y Paz, anunció que el sábado, 20 de agosto, el Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (CPNB) puso en marcha un dispositivo para fortalecer la seguridad de los usuarios”. 

Sin embargo, no es la primera vez que se implementan estos planes de seguridad dentro del sistema. En 2017, el gobierno ordenó que brigadas de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se mantuvieran desplegados por todas las estaciones para bajar la inseguridad.

En septiembre de 2021, la Milicia Bolivariana también formó parte de este plan de seguridad. Estas personas estaban a cargo del control del paso en los torniquetes y de la vigilancia en andenes y mezzaninas de las estaciones.

Pero con la falta de operadores de estación, los milicianos también se ausentaron. De esta forma los espacios del sistema metro quedaron aún más desamparados.

Plan 2022

En agosto de este año el ministro Remigio Ceballos indicó en un comunicado que los los uniformados del CPNB realizarán permanentes recorridos por andenes y trenes de las diferentes estaciones del Metro de Caracas, supervisando y orientando a la ciudadanía a mantener las normas y medidas de bioseguridad”.

Este plan contará con 130 funcionarios adscritos a los departamentos de Orden Público, Comunal, Metro y las estaciones policiales de cada línea del sistema Metro de Caracas.

Este martes, 23 de agosto, Crónica.Uno pudo constatar que, por lo menos, en la estación La Hoyada, una de las más concurridas de la línea 1, no hay presencia policial. Así lucía la mezzanina de la mencionada estación la mañana de este martes.

Estación La Hoayada. Foto: Stefanny Fiffe


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