Migrantes de Maracaibo pierden sus casas a manos del hampa

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La comunidad Santa Fe dos, del municipio San Francisco, se ha convertido en un pueblo fantasma debido a la migración y el desvalijamiento de viviendas por el hampa. Al menos 10 hechos violentos se registran a diario. Los vecinos han optado por tumbar los esqueletos de las viviendas para evitar guaridas. El comando de la policía del Zulia que está en la entrada de esta comunidad ha detenido a seis personas por el desvalijamiento de las casas, pero como en su mayoría son menores de edad, la sanción es prestar servicio comunitario.

Maracaibo. La creciente diáspora de los venezolanos, no solo a otros países, sino a otros estados del territorio venezolano ha dejado un panorama desolador en varias comunidades de Maracaibo. Para los que se quedan es aún peor debido a que el hampa se aprovecha de la soledad de las viviendas para hacer de las suyas.

La comunidad María Isabel de Chávez, ubicada en el kilómetro 12 vía Perijá, parroquia Los Cortijos del municipio San Francisco, está dividida en cuatro zonas: Santa Fe uno, dos, tres y cuatro. Específicamente en el sector Santa Fe dos, sus habitantes viven con el Jesús en la boca debido a la cantidad de robos y desvalijamientos. La manzana tiene en total 326 viviendas entre casas y ranchos, de los cuales al menos 60 están vacías.

Marlene Guzmán vive ahí desde hace más de 10 años. Recuerda que al principio le pareció un barrio tranquilo, pero con el pasar de los años y la migración todo empeoró por el hampa.

La mayoría de mis vecinos se fueron a Colombia y Chile, dejaron las casas solas con sus cosas adentro. Uno de vez en cuando le echaba un ojo y no pasaba nada, pero ahora no se puede. Desde las 2:00 de tarde llega al barrio un grupito de seis muchachos, jovencitos y hacen lo que les da la gana”, dijo la mujer que fue víctima de robo.

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Un grupo de jóvenes menores de edad se ha dedicado a desvalijar las viviendas de la comunidad Santa Fe dos perteneciente al barrio María Isabel de Chávez.  Foto: Mariela Nava.

De acuerdo con Guzmán, los delincuentes acechan a los pocos habitantes que quedan en la comunidad para robar cuando estos salen a trabajar.

“Como ya no les queda mucho que llevarse de las casas abandonadas, ahora vienen por nosotros. Se llevan hasta la comida”, denunció.

Las polvorientas calles del barrio solo tienen estructuras desnudas. Los que decidieron migrar hoy no tienen casa porque los delincuentes se han llevado puertas, ventanas, salas sanitarias, pisos de losa y hasta el techo. Los vecinos de Santa Fe dos decidieron este año tumbar las paredes de las viviendas que quedan, y destruir por completo las estructuras de los ranchos para evitar guaridas para el hampa.

Tuvimos que hacerlo porque se esconden ahí a cazar al que pasa para robarlo, consumir drogas y cosas peores. A veces llamamos a los dueños que están fuera para avisarles que vamos a tumbar lo que les dejaron, muchos dicen que van a volver pero qué va, el problema es para el que se queda, para la comunidad”.

Sin dolientes

Maritza Chávez vive en carne propia la realidad. Hace dos meses tuvo que tumbar la casa de su hija que partió a Colombia en noviembre de 2019.

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Los vecinos del sector aseguran que los vecinos que decidieron salir del país y dejar sus viviendas al cuidado de terceros se quedaron sin nada producto de la delincuencia.  Foto: Mariela Nava.

“Comenzaron llevándose los electrodomésticos que dejó, el microondas, la plancha y un radio. Su padre y yo aseguramos las ventanas con hierro y soldadura, pero no bastó. Un día conseguí la casa sin ventanas, y adentro no quedaba nada, después se llevaron el zinc del techo hasta que finalmente se llevaron la puerta. Lloré mucho, pero decimos tumbarla. Es difícil porque es el sacrifico de muchos años, mi hija se quedó sin casa”, dijo la mujer.

En la entrada de la comunidad hay un destacamento de la policía del estado, sin embargo, no hay patrullaje policial.

Cada vez que roban ponemos la denuncia, pero ellos no hacen nada, tampoco el consejo comunal. Incluso sabemos que van al centro de San Francisco, al Samán, a vender nuestras cosas y tampoco nos hacen caso. Aquí solo nos cuida Dios y nosotros mismos porque la ley brilla por su ausencia”, criticó Chávez.

Los vecinos denunciaron a Crónica.Uno que a diario se cometen entre 7 y 10 robos a particulares y viviendas habitadas o no. “Nosotros nos vinimos de otro sector por lo mismo hace un año, pero aquí ya nos robaron también, se llevaron la ropa, la comida, solo me dejaron el colchón. Salí a trabajar y mis hijos estaban en la escuelita, cuando llegué estaba todo revuelto. Me senté a llorar”, contó Patricia, una vecina.

El barrio María Isabel de Chávez es comparado por sus habitantes con un pueblo fantasma. Sin agua, recolección de basura, red de aguas servidas y racionamientos de luz de hasta tres horas al día. Esto último fue el detonante para el aumento de la diáspora desde el apagón general en 2019.

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Al menos 60 viviendas han sido vandalizadas en la zona. Mientras que la policía solo puede hacer recorridos a pie por falta de unidades móviles. Foto: Mariela Nava.
No hay capacidad de respuesta

De acuerdo con un oficial del comando de la Policía Regional del estado Zulia del barrio María Isabel de Chávez, entre marzo y abril se registraron 30 hechos delictivos en el barrio, de los cuales solo dos tuvieron respuesta inmediata.

Estamos al tanto de las casas vacías que hay en la comunidad pero nosotros lo único que podemos hacer es recorrer a pie las calles porque no tenemos unidades móviles en este momento”, dijo el uniformado.

Hasta la fecha, 12 puntos de venta de droga han sido desarticulados por el cuerpo policial con un total de cuatro personas procesadas. Mientras que por desvalijamiento de viviendas han detenido a seis personas. “La mayoría de los que cometen estos hechos de vandalismo son menores de edad, por eso los sancionamos con servicio comunitario dentro de la misma zona o pasan a formar parte de una brigada juvenil que tenemos funcionando hace más de cuatro meses, estamos haciendo todo lo posible”, concluyó el oficial.

La recomendación es vender

Bruno Angelini, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Maracaibo, si bien sostuvo que estos actos son únicamente debido al hampa, recomendó a los zulianos tener en cuenta las consecuencias de dejar su inmueble al cuidado de terceras personas o sin vigilancia cuando deciden emigrar.

Lo más preciado que una familia tiene es su bien inmueble, lo mejor es que a la hora de salir del país lo venda para evitar consecuencias lamentables”.

La Cámara Inmobiliaria está levantando una estadística al respecto. “Es un trabajo complicado, porque es muy cambiante”, dijo Angelini.

Este panorama se repite en los cuatro puntos cardinales de la ciudad, sobre todo donde abundan edificios como la zona norte de Maracaibo. Aunque sus dueños migrantes se sienten más seguros, no están exentos de ataques del hampa.

Elías Román se fue a Argentina a principios de 2020. “El apuro de la pandemia me hizo arrancar para acá sin poder vender casi nada. Dejé el apartamento con la mayoría de mis pertenencias, hace 15 días me llamó la jefa del condominio para decirme que abrieron en la noche y se llevaron todo. Perdí 30 años de trabajo en unos minutos”, lamentó el ingeniero petrolero.

En diciembre de 2020 la ONU calculó que 5,4 millones de personas habían dejado Venezuela hasta noviembre de ese mismo año. Los cálculos para finales de 2021 apuntan que 6,2 millones de venezolanos se conviertan en migrantes y refugiados.

Mientras esto ocurre y la pandemia sigue sin ponerle un freno a la migración, los vecinos del sector Santa Fe exigen al gobierno regional seguridad frente al hampa. “Estamos abandonados por el gobierno, necesitamos tener al menos seguridad para mejorar nuestra condición de vida, que saquen a los delincuentes de los barrios porque esto no es solamente aquí sino en las comunidades vecinas. Los muchachos que se van levantando y ven esta situación ya quieren robar para subsistir”, dijo Armando González, un vecino.


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