El aumento de trabajadores informales en los espacios del bulevar de Sabana Grande se ha hecho evidente entre los años 2019 y 2021. La diferencia la hizo el decreto de cuarentena emitido en marzo de 2020 por el gobierno de Nicolás Maduro, luego del reporte en Venezuela de los primeros casos de COVID-19.

Caracas. José Antonio vende camisas, gorras y shorts en Sabana Grande. Tiene 17 años de edad, y es el primer empleo de su vida. Desde hace nueve meses está allí junto a su hermano mayor, quien es el dueño del negocio de venta de ropa para hombres. “Estamos aquí por necesidad”, contestó José Antonio en medio de las constantes preguntas de potenciales clientes que se acercaban a su tarantín improvisado en medio del bulevar más famoso de Caracas.

— Pana, ¿en cuánto las gorras?
—10 dólares, papi.

Foto: Luis Morillo

Muchos preguntan los precios, pero pocos compran, aseguró José Antonio sobre cómo es el volumen de ventas actualmente en Sabana Grande, un espacio público del que hace más de diez años fueron desalojados todos los trabajadores informales que ocupan todo el kilómetro y medio de recorrido que tiene el bulevar, el cual comienza en Plaza Venezuela, en el municipio Libertador, y termina en Chacaíto, en la frontera con el municipio Chacao.

En el año 2011, el bulevar fue reinaugurado luego de estar al menos cuatro años en rehabilitación. Este proyecto estuvo a cargo de Pdvsa La Estancia, dirección cultural de la empresa estatal petrolera. Muchos de los buhoneros fueron reubicados en el Centro de la Economía Comunal Manuelita Sáenz, una especie de centro comercial, también ubicado en Sabana Grande, inaugurado en 2012 durante el último gobierno de Hugo Chávez.

Foto: Luis Morillo

Esto apenas nos da para comer y para invertir en más mercancía, completó el joven, quien acaba de culminar el bachillerato, por lo que José forma parte del 35 % de la población de entre 15 a 29 años que solo trabaja y no estudia en el país. Venezuela en la actualidad tiene un salario mínimo de apenas siete bolívares, lo que representa poco más de un dólar, según la tasa más reciente.

Elisa Urbaneja fue una de las comerciantes informales reubicadas dentro del Manuelita Sáenz. Allí aún tiene su local, sin embargo, desde hace dos años aproximadamente prefirió volver a trabajar en la calle. “Es difícil trabajar desde aquí, pero allá no entra nadie”, aseguró Elisa sobre su motivación para volver a la informalidad con su venta de ropa para mujer, la cual, la mayoría, es confeccionada por ella misma.

Lo que más se lleva son los tops y los joggers. Pero en realidad las ventas están muy bajas, hay veces que pasamos uno o dos días sin vender nada. Cuando más se vende es durante los fines de semana, añadió Elisa.

bulevar de Sabana Grande
Foto: Luis Morillo

Trabajar en pleno bulevar no es gratis. Elisa tiene que pagar 10 dólares a funcionarios de la Policía de Caracas o de la Policía Nacional Bolivariana para que le permitan poner su mercancía sobre un pequeño trozo de tela. “Ellos todas las semanas pasan pidiendo colaboración”, expresó Elisa, quien también aseguró que entre los comerciantes informales de la zona acordaron evitar que roben a los transeúntes del bulevar.

Nosotros evitamos que los ladrones anden por esta zona porque nos espantan a los pocos clientes que tenemos, añadió Elisa.

A diferencia de Elisa, Belkys Salazar, encargada de un local de arreglos de zapatos dentro del Manuelita Saenz, prefiere mantener la venta dentro del centro comercial. Nosotros mismos buscamos la manera de atraer a los clientes: ofrecemos delivery, hacemos publicidad a través de las redes sociales. También tenemos una clientela fija que ya nos conoce y sabe dónde nos ubicamos, expresó Belkys, quien también reconoció que es poca la afluencia de personas que ingresan a las instalaciones, donde la mayoría de los locales lucen cerrados.

Foto: Luis Morillo

El aumento de trabajadores informales en los espacios del bulevar de Sabana Grande se ha hecho evidente entre los años 2019 y 2021. La diferencia la hizo el decreto de cuarentena emitido en marzo de 2020 por el gobierno de Nicolás Maduro, luego del reporte en Venezuela de los primeros casos de COVID-19. Para ese momento funcionarios policiales no permitían que las tiendas de la zona estuvieran abiertas ni tampoco el paso de peatones por el bulevar. Durante estos últimos meses la economía informal también ha tomado los espacios de otras zonas del Distrito Capital como La Hoyada y Catia.

El porcentaje de informalidad laboral pasó de 31 % en 2014 a 45 % entre 2019 y 2020. En ese mismo periodo de años el PIB muestra una reducción acumulada de 74 %, según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida elaborada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB).

Foto: Luis Morillo

Por todo el bulevar hay comerciantes informales de todo tipo: vendedores de ropa, zapatos, juguetes, accesorios, comida, artesanías y más. A eso de las 11:00 a. m. es cuando ya la mayoría de las tiendas están abiertas y también empiezan a llegar los transeúntes, por lo que Sabana Grande pasa gran parte del día lleno de personas transitando o trabajando por la zona.

A pesar de esto, en la actualidad, el bulevar no cuenta con cestos para depositar la basura, y los pocos que hay pertenecen a los establecimientos comerciales o a los puestos informales. Esto ha generado que luzca lleno de desechos regados a lo largo del recorrido. Incluso, varias de sus calles aledañas se han convertido en vertederos improvisados, donde abundan las moscas y los malos olores.

bulevar de Sabana Grande
Foto: Luis Morillo

Los amplios contenedores verdes instalados desde antes de la rehabilitación del bulevar por la gestión de Jorge Rodríguez, desde hace tiempo desaparecieron, y ni Pdvsa La Estancia ni la Alcaldía de Libertador se han ocupado de instalar nuevos.

Esto cada vez está más sucio y descuidado. Es poco lo que queda de la recuperación del bulevar de hace años. Por aquí muy poco pasan barriendo, y cuando lo hacen, dejan la basura acumulada en las esquinas, expresó Daniel Contreras, habitante de la parroquia El Recreo y quien transita diariamente por el bulevar de Sabana Grande.


Participa en la conversación