En febrero le recetaron Harnovi. En Venezuela no se produce y tampoco el Gobierno importa esas pastillas. 25.000 dólares le costaba si las traía del exterior. Su cuerpo no aguantó, se descompensó por completo. 15 años tenía viviendo con esta enfermedad crónica.

Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento

Caracas. Jesús Leonett, de 55 años de edad, murió esperando unas medicinas para controlar la Hepatitis C. En febrero de este año su médico tratante le recetó Harvoni para controlar la severa inflamación del hígado. Nunca lo pudo tomar pues en el país no se produce y el Gobierno tampoco lo importa. En consecuencia su cuerpo fue deteriorándose, se descompensó por completo y sus órganos terminaron perdiendo la batalla.

Desde hace 15 años Leonett vivía con la enfermedad. Estuvo en constante tratamiento y chequeo médico. “Pero en febrero de este año el doctor le mandó Harvoni, pues los otros fármacos convencionales ya no le estaban haciendo nada. Le indicó eso por tres meses y lo dio de alta”, contó su prima-hermana  Marisela Núñez.

En ese momento comenzó el calvario de la familia. Buscaron por todos lados las pastillas de alto costo que antes las daba el Seguro Social. “Caminamos, preguntamos y llegamos a Locatel. Nos hicieron la facturación y nos dijeron que podíamos hacer la solicitud por el Centro de Comercio Exterior (Cencoex)”, contó.

Eso hicieron los allegados. Armaron los requisitos y llevaron la carpeta al organismo. Pero se las rebotaron porque la cotización tenía más de 72 horas de haberse expedido. De inmediato se movilizaron, buscaron otra y llevaron de nuevo los requisitos. El resultado fue el mismo. Esta vez porque el informe no estaba actualizado.

Cuando los familiares entregaron los documentos por tercera vez les dijeron que el señor estaba bloqueado en Cencoex. “En ese momento se nos puso el mundo negro. Ya no sabíamos qué hacer. Jesús estaba en San Félix, traerlo no era fácil y solo para hacer ese trámite. Regresamos a Locatel y nos dijeron que si teníamos una cuenta en dólares podíamos hacer una transferencia. Claro que no teníamos nada de eso”, dijo Núñez.

La búsqueda no se detuvo. Preguntaron a los amigos e indagaron por Internet. Encontraron a la Asociación Civil Hepatitis C Venezuela que casualmente había recibido en diciembre pasado un donativo por parte del Ministerio de Salud, pero no corrieron con suerte.

Desde ese instante no se resignaron a verlo desmejorar. “El doctor sí nos dijo que lo lleváramos a la casa y lo consintiéramos mucho porque sin esas pastillas iba a empeorar”, expresó.

Y así pasó, el señor Jesús pasaba un día en la casa con su familia, con sus dos hijos adolescentes y otro en el hospital para que lo reanimaran.

Como no tomó la medicina su cuerpo empezó a retener líquidos, se hincaba con frecuencia y la infección en su hígado se hizo crónica, lo que comprometió el resto de su organismo.

“Falleció esperando las medicinas. Él vivió 15 años con esa enfermedad, pero se puso crítico en estos últimos tres meses porque ya no le pudimos dar más el tratamiento”, manifestó con pesar.

escasez de medicinas
Obituario publicado por la asociación Hepatitis C Venezuela

Las pastillas cuestan 25.000 dólares. Una tableta según Núñez sale en 1.000 dólares. “Nosotros no teníamos el dinero para que se curara. Sabíamos que es una enfermedad grave de por vida, pero él tenía su control médico, lo que no tuvo al final fue el medicamento”, sentenció Marisela Núñez.

Hepatitis C en el país

El 19 de mayo se realizó el día Mundial de la Hepatitis C. Extraoficialmente se calcula que en Venezuela existen más de 280.000 pacientes con diferentes genotipos de Hepatitis. 52 que tiene el tipo C se agruparon en la Asociación Civil de Hepatitis C Venezuela, HCV, órgano que incluso tomó la calle para exigir medicamentos.

María Goncalvez, presidenta de HCV, dijo que han enviado más de 40 cartas y correos al Ministerio de Salud y al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Ivss, “porque ya no tenemos el coctel convencional de medicinas para mantener controlada la infección. Todavía no hemos logrado acceder a Carlos Rotondaro, presidente del Ivss. Lo que pedimos es medicamentos y que no nos dejen morir”, indicó.

Las personas que han hecho diligencias en el exterior para adquirirlo dicen que puede costar entre 84.000 y 135.000 dólares.

Foto referencial: Cheché Díaz


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