El director Tirso Silva dijo que no están operando porque no tienen reactivos. Pero que ya está recibiendo noticias del Viceministerio de Salud y, posiblemente, el lunes lleguen los insumos.
Caracas. Este viernes en horas de la mañana, cerca de 20 pacientes mostrando sus lesiones trancaron la calle al frente del hospital Vargas, en la parroquia Altagracia, en protesta por el retardo en las operaciones electivas.
Con muletas, yesos, en sillas de ruedas, con los clavos en los huesos de las piernas, con las vías tomadas, así salieron a la calle los pacientes para llamar la atención de las autoridades.
Yefre Coronel contó que tiene ocho meses hospitalizado con una fractura seria, un poco más arriba del tobillo, producto de un accidente con una moto.
Vive en La Guaira y durante todo este tiempo su reclusión en la sala 22 del hospital Vargas ha sido todo un calvario.
Sus familiares pagan pasaje a diario para poder verlo, llevarle comida y medicamentos.
Todo lo que necesita para su recuperación se lo piden, desde unos guantes hasta el antibiótico.
La misma situación sufren los otros 16 pacientes que lo acompañan en la sala. Lo mínimo que tienen son cuatro meses de estadía. Todos esperan por intervención quirúrgica.
Durante más de dos horas estuvieron trancando la vía. Siete efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana llegaron al sitio con fusil en mano, pero a eso de las 11:00 a. m. salió el director Tirso Silva, en compañía de otros tres galenos y del jefe de seguridad, para atender la protesta.
A las quejas respondió que ya había hablado con el viceministro de Salud y les ofreció que para el lunes llegarían los reactivos.
Según dejó ver, la falta de reactivos es la causa del retardo de las intervenciones. Desde diciembre de 2017 no tienen este insumo para procesar los diferentes tipos de sangre.
Sin embargo, los pacientes argumentaron que en el Vargas sí están haciendo operaciones, incluso en el área de Traumatología. Lo que aclaró Silva:
De Oftalmología, de Otorrino, de otras especializadas que no requieren transfusión, sí estamos haciendo. Pero de un tobillo, un codo, una rodilla no porque esos pacientes quizá necesitan sangre y no tenemos reactivos para saber si la que tenemos está contaminada con algún virus. Por eso no se están operando y ellos lo saben”, dijo el director, quien al no conseguir el respaldo de los familiares ingresó rápidamente al nosocomio, dejando a los pacientes con la duda sobre si serán atendidos o no.
Raúl Bermúdez, también hospitalizado, destacó que hay personas que llegan y “como pagan, las operan inmediatamente”.
Estas personas ya perdieron la cuenta de los gastos que les ha traído la hospitalización. Hasta el agua que consumen la compran. La comida que les llevan no es nutritiva, por ejemplo, en el desayuno les dan una arepa con vegetales y en el almuerzo arroz con repollo, dijeron. Los de la sala 22 se quejan del olor a podrido que sale de la morgue, están a solo pasos del baño —cuyo techo se cae a pedazos— de los zancudos y de los gatos.
En las mismas condiciones están 9 pacientes femeninas de la sala 16, la mayoría de la tercera edad. Hay una que tiene nueve meses esperando por operación del fémur.
Si no haya respuesta pronto, irán con sus dolencias al Ministerio de Salud y a la Defensoría del Pueblo.
Fotos y videos: Mabel Sarmiento Garmendia
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