Para salvar la vida de los niños del J. M. es necesario que el Estado asigne un presupuesto especial

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Cecodap y Prepara Familia, además de solicitar la asignación de este presupuesto, piden rendición de cuentas por parte de las autoridades y que se active el comité de compras del hospital, para hacer contraloría de lo que se adquiere. La medida dictada por la CIDH ampara a aproximadamente 1.000 pacientes del centro de salud.

Caracas. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha ampliado a 13 servicios más la medida cautelar que protegía a los niños del servicio de Nefrología del hospital de niños J. M. de los Ríos. Para que esta resolución resulte efectiva, Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap, sostiene que es necesario que el Estado asigne un presupuesto especial al centro de salud.

“Tiene que haber una asignación privilegiada y preferente de recursos que permita un total funcionamiento en condiciones de calidad de todos los servicios. Pero este presupuesto debe ser elaborado participativamente con los aportes del Estado, la sociedad médica, las sociedades científicas y todos aquellos grupos de familiares que hacen vida en el hospital”.

La situación de la institución es de tal gravedad, como que de no hacer una gran inversión, se podrían perder más vidas.

Trapani dijo que desde 2017 hasta la fecha, solo en el servicio de Nefrología, han fallecido 32 niños, niñas y adolescentes. Pero el número de pérdidas humanas es mayor, solo que no existe información oficial de ningún tipo sobre la realidad del centro asistencial. “No se publica información, no se sabe cuántos pacientes han fallecido, no se sabe qué se compra”.

Rendición de cuentas

Además de solicitar el presupuesto especial, también piden rendición de cuentas, una auditoría del banco de sangre para garantizar las calidad de las transfusiones y activación del comité de compras para que haya transparencia en el uso de los recursos que llegan al hospital. “Desde hace muchos años no se dice cuánto es el presupuesto del hospital”.

Trapani no descartó la posibilidad de solicitar a la CIDH la ampliación de la medida a los 34 servicios que conforman los tres departamentos del hospital de niños. La actual ampliación de la medida cautelar abarca tanto a pacientes con patologías crónicas y no crónicas.

En agosto de 2018 la CIDH dictó la medida cautelar N° 1039-17 en favor de los niños del servicio de Nefrología. Desde entonces, explicó Trapani, la atención del Estado ha sido esporádica, no constante.

“No nos vamos a desanimar porque la acción del Estado vaya de poca a nula”, dijo al tiempo que hizo un llamado a todos los actores sociales a activarse, a denunciar lo que está ocurriendo y a exigir al Estado el cumplimiento de sus obligaciones. “El alcance de la medida dependerá del empoderamiento de la sociedad ante la problemática”.

Que una patología crónica no sea una condena a muerte

Para Yudith Bront, de Prepara Familia, el alcance de la medida es significativo porque busca proteger a centenares de niños, “no solo a los hospitalizados, sino los que están fuera del hospital pero que también requieren tratamiento. No permitamos que una patología crónica se convierta en una condena a muerte”.

Bront hizo un repaso de las condiciones en las que se encuentra el hospital. Reiteró la falta de antibióticos, de insumos médicos, de equipos para Rayos X, de una alimentación balanceada.

Dijo que hasta ahora, por vía de la Cruz Roja, el J. M. de Los Ríos no ha recibido ninguna dotación.

Anaís Febles, madre de la niña Helen Carrasco, de ocho años de edad, hizo un llamado a la autoridades para que atiendan la crisis que atraviesa el hospital. “Deben abocarse a investigar dónde está ese foco de infección que perjudica a los pacientes; deben reactivar los trasplantes; ¿qué va a pasar con nuestros hijos cuando ya no tengan donde colocarles un catéter?”.

“Mi hijo fue un gran guerrero”

Vicky Fernández, madre de Andrés Fernández, adolescente fallecido el pasado 19 de agosto en el servicio de Nefrología, visiblemente dolida, ratificó el deterioro que existe en el centro de salud. Su hijo fue uno de los jóvenes que solicitó ante la CIDH la medida cautelar en favor de los pacientes.

“En 2018 lo hospitalizaron con múltiples bacterias y no había medicamentos para poder curarlo. Por medio de fundaciones se logró comprar el tratamiento por fuera. En Venezuela no había cómo estudiar la sangre; el día que fallece mi hijo no había cómo hacer una hematología; no había un ventilador para ventilarlo”, recordó.

“En realidad mi hijo fue un gran guerrero, batalló mucho; 14 años dializándose. Las últimas palabras que me dijo fueron: ‘Mamá, ya no quiero más, déjame descansar, estoy cansado”.


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