Sector comercial sigue amenazado por la falta de servicios públicos

En los últimos seis años Consecomercio reporta una pérdida de la actividad comercial que se ubica en 66 %. Este 2019 la falta de electricidad es uno de los grandes obstáculos que enfrentan los comerciantes para seguir con las santamarías abiertas. El gremio prevé que este año la inflación cierre en 9000 %.

Caracas. Un día sin servicio eléctrico equivale a una semana de trabajo perdida para un comerciante. Dos días sin luz equivalen a 15. Bajo esas amenazas trabaja el sector comercial en el país, con excepción del estado Zulia y la región andina, donde la falta de luz se prolonga por más tiempo. De 2013 a 2019 el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) registra una pérdida de la actividad comercial que se ubica en 66 %.

El presidente de la asociación, Felipe Capozzolo, advirtió este miércoles 18 de septiembre, durante una rueda de prensa, que “no se ha superado el problema eléctrico”. Agregó que mantienen conversaciones con los gobiernos locales para mejorar las condiciones, en ese sentido, dijo que el sector quiere tributar, pero en la misma medida contar con las garantías para trabajar.

Cada vez que el servicio eléctrico se interrumpe genera un impacto en el consumidor, asegura Capozzolo, quien explica que las prioridades cambian y se distorsionan los patrones de consumo de la población. “La gente no va a comprar un par de zapatos, sino más comida por temor a quedarse sin luz”, dice.

El vocero subraya que urge un cambio de política económica, pero también en los servicios públicos. Desde que en marzo se agudizó la falta de luz, los comerciantes han tenido que comprar plantas eléctricas y proveerse de servicios que antes eran proporcionados por el Estado. El gasto de estos equipos también se traslada a los costos de producción.

En lo que va de año en el estado Nueva Esparta se inauguraron 18 tiendas triple A, donde se consiguen artículos de lujo o de primera línea; sin embargo, cuenta Capozzolo, que en la avenida Santiago Mariño, donde se ubica uno de los bulevares más emblemáticos de la isla, de 200 comercios que existían ahora solo quedan ocho abiertos.

El gremio también reveló índices económicos. Afirman que en agosto la inflación fue de 65 %, mientras que la acumulada en lo que va de 2019 se ubica en 2600 %. La inflación interanual (agosto 2018-agosto 2019) es de 135.000 %. Consecomercio prevé que este año la inflación cierre en 9000 %.

“El comercio se está volviendo cada vez más elitesco. Algunos productos como equipos telefónicos aumentan en un mes 100 %. En el interior del país solo aquel que tiene capacidad para comprar una planta eléctrica puede abrir un negocio de retail, y ya no está pensando en la mercancía que va a ofrecer, sino en la capacidad que tiene para proveerse de sus propios servicios”, explica el representante gremial.

En el caso de los establecimientos que venden víveres estos no pueden mantenerse sin aplicar menos de 30 % en el margen de ganancias. Capozzolo señala que antes había este tipo de negocios y se manejaban con 7 %, 8 % o 10 %, de margen, pero explica que en la actualidad esto no es sostenible.

Por qué productos en dólares suben de precio

“Hay algunos lugares donde uno intenta pagar algo con $1 y te dicen: ‘No lo recibimos porque es muy poquito’. ¿Por qué un dólar no compra lo mismo en Venezuela que en otro país?”, se pregunta Capozzolo y añade que esto la población lo percibe como “inflación en dólares”.

Según el presidente de Consecomercio que la nación lleve tanto tiempo en hiperinflación (casi dos años), influye en los principales costos de producción y comercialización de los productos, así como la falta de servicios públicos.

“A paridad de calidad, nuestros costos de transformación industrial y de comercialización son más costosos que en cualquier otra parte. Lo mismo ocurre con la importación, somos menos eficientes hasta importando, porque no tenemos niveles de eficiencia y no hay condiciones para producir. Existe una sobrestimación de costos que, todo sumado, da productos que son más caros aquí que en cualquier otra parte”, explica.

Capozzolo añade que cualquier producto anaquel puede costar $1 en cualquier parte de América Latina, incluso en Europa llega a ser menos de $1, pero en Venezuela un producto anaquel va desde los $2 en adelante. Asimismo, añade que los bodegones, o minimarkets que proliferan en el país, parecen ser una nueva política de abastecimiento. “Lo importante es que generen facturas. Hay un régimen legal de aduana que ampara este tipo de negocios”, dice. Consecomercio calcula que entre 20 % y 30 % de la economía está dolarizada de facto.


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