Pese a su evidente falta de ritmo, la capitana de la selección venezolana marcó la diferencia en la victoria por la mínima de las chamas contra Uruguay. El combinado criollo no produjo lo que se esperaba y fue algo inefectivo en su debut en la Copa América.

Caracas. La Vinotinto femenina hizo la tarea contra Uruguay. Sumó tres puntos y ahora tendrá una jornada de descanso para preparar el próximo duelo y corregir.

Y vaya que el debut requiere correcciones, más allá de que nadie puede poner en duda que, en líneas generales, la selección venezolana fue mejor que las charrúas en la apertura del Grupo B de la Copa América, que se celebra en suelo colombiano.

Las dirigidas por la italiana Pamela Conti sufrieron más de lo que se esperaba ante la Celeste, una selección a la que siempre Venezuela ha derrotado en el certamen (tres victorias en tres partidos) y que supera ampliamente en la clasificación FIFA de mujeres al ubicarse en el puesto 52, 19 casillas por encima de sus pares uruguayas.

Quizás, a la Vinotinto la traicionaron los acostumbrados nervios del primer partido o le pegó el calor de las 4 de la tarde que se hizo sentir en el estadio Centenario de Armenia, pero solo una genialidad de Deyna Castellanos, un tiro libre magistral desde el borde del área al minuto 78, destrabó un compromiso, en el que las venezolanas no se vieron cómodas ni con muchas variantes para superar el cerrojo defensivo rival.

No tuvo mucha producción en el ataque el combinado criollo, en especial en el primer tiempo, en el que apenas se aproximó con real peligro sobre el arco de Sofía Olivera, si bien tampoco trabajó en exceso para contener los esporádicos avances de Uruguay.

El juego directo con pases largos de las centrales Yenifer Giménez y Verónica Herrera fue el recurso que emplearon repetidamente las venezolanas para conectarse con el tridente ofensivo de Castellanos, Oriana Altuve e Ysaura Viso, pero no tuvo mucho éxito.

En el segundo tiempo, los balonazos a las delanteras se mantuvieron, pero el ingreso de Mariana Speckmaier permitió que se utilizaran más las bandas, un arma que distingue a la Vinotinto, pero que se torna inefectiva cuando hay pocos espacios y no hay mucha precisión en los envíos.

Con Speckmaier en el césped, Viso casi marca, pero Olivera le negó el tanto. Castellanos, por su parte, tuvo dos ocasiones clarísimas que, cuando tiene ritmo, no suele fallar.

La capitana perdió varios balones, pero ajustó la puntería al cobrar el tiro libre, arriba a la mano izquierda de Olivera, un golazo de jerarquía que valió tres puntos.

Ya la Vinotinto se sacó el debut. Ahora tiene que ir a más partido a partido. El próximo es el viernes contra Perú.

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