Venezuela, la niña zuliana que lleva el teatro y la danza en la sangre

Venezuela

Las artes escénicas son las que mueven el corazón de la niña que desde el oeste de Maracaibo, y con apenas 12 años de edad, ya tiene su propio grupo de bailarinas, cuatro piezas de teatro y se prepara para estudiar Psicología y Filosofía en unos años.

Maracaibo. Dice que desde que nació, su madre, Roxana Portillo, le inyectó un amor infinito por las artes escénicas. Venezuela Ríos, de 12 años de edad, es una adolescente multidisciplinaria: hace teatro, danza contemporánea y ahora tiene su propio espacio en la Cancha de Paz del sector Cuatricentenario, al oeste de Maracaibo, donde da sus propias clases de pop.

Orgullosa, así dice sentirse no solo de su particular nombre que hace honor al país, sino de las batallas que le ha tocado enfrentar por ser una niña que sale de lo común.

Es inteligente, lee a borbollones y cumple con sus responsabilidades en casa y en la escuela. Se levanta a las 5:00 a. m. todos los días y a las 2:00 p. m. ya está lista para ir del brazo de su madre a zambullirse en el mundo del arte, que es lo que más le gusta.

Todo lo que soy y para lo que me estoy formando se lo debo a mi madre porque desde que nací ella me transmitió esta pasión por el arte. Con tres años de edad ya estaba en una academia de baile y nunca he parado. Tengo cuatro obras de teatro y un monólogo que se llama ¡Yo soy Venezuela! con el que me di a conocer. Definitivamente ésta, para mí, es la mejor manera de llevar mi vida”, dijo la adolescente en compañía de su madre.

Una comunidad más cultural

Ese es el sueño de Venezuela, que cada niño, niña, joven y adulto se integren más a la cultura porque, como ella lo explica, se deben aprovechar los espacios que hay en la parroquia para la formación y rescate de la cultura de la región y el país.

Venezuela
Venezuela está concentrada por ahora en hacer crecer su grupo de danza coreana y lograr una fusión perfecta con la danza contemporánea y el teatro/Mariela Nava

Venezuela integra el grupo de danza-teatro de la escuela ExploArte que dirige su madre y dentro de él ayuda a otros niños a controlar la respiración, vocalización y otras técnicas que poco a poco han ido formando a más de 15 personas entre adultos y jóvenes.

Dice que lo más satisfactorio es ver cómo luego pueden llevar sus obras a comunidades vulnerables, donde son portavoces de alegría y entretenimiento sano.

Pero además, está convencida de que el trabajo pule los talentos. “Yo no nací con talento, esto lo he ido construyendo, desarrollando, porque yo considero que todos somos capaces si trabajamos duro”, resaltó.

La responsabilidad de enseñar

Venezuela comenzó el 2023 con pie de plomo, un día le propuso a su madre abrir su propio espacio para impartir clases de K-pop y J-pop (una danza que combina el baile urbano con variantes como el hip-hop siguiendo el ritmo de la música popular coreana), y la dirección de la Cancha de Paz no dudó en darle el visto bueno.

Hoy es la responsable de montar sus propias coreografías y transmitir sus conocimientos a las cuatro alumnas que tiene, por ahora.

Esta es una responsabilidad que asumo con amor y que fusiono con las demás actividades que hago. En líneas generales, siento que voy por buen camino y espero formarme también como psicóloga y filósofa”, concluyó Venezuela antes de comenzar el calentamiento para su clase del día.

Los pies en la tierra

“Se nos hincha el pecho de orgullo por ella, pero también tratamos de que no pierda la humildad y la modestia”, dijo Roxana Portillo, actriz y directora de ExploArte. Y lo dice también en nombre del padre, Michel, quien es un apoyo fundamental para el desarrollo de Venezuela.

Él es quien nos acompaña, nos lleva a las presentaciones y comparte con nosotras tantas alegrías. No falta a ninguna presentación de su hija y puedo decir que el orgullo le brota por los poros cada vez que la ve en escena”, agregó la madre.

Para ambas, el teatro y la danza es más que una pasión, es una responsabilidad que se asume sin miramientos y que empuja a hacer cosas maravillosas, sobre todo en la sociedad actual. “El arte está uniendo a los jóvenes y eso hoy en día es muy importante”, dijo.

Familia de Venezuela
Roxana y Michel sueñan que su hija sea una mujer feliz y con los pies en la tierra/Cortesía Roxana Portillo

Pero también aclaró que ser la madre de Venezuela es una tarea que todos los días exige un aprendizaje. “Le cuesta hacer amigos porque la ven diferente y ese es un costo muy alto para una niña de su edad, así que todos los días luchamos con eso”.

Para los padres, que Venezuela se sienta y sea libre es su prioridad, por eso le repiten casi a diario el mismo consejo: “El éxito de tu vida depende de las buenas decisiones que tomes porque el límite lo pones tú. Nosotros solo queremos que sea feliz”, dijo la actriz.

Venezuela es sin duda un ejemplo de dedicación, disciplina y amor por lo que se hace y está convencida de que mantener los pies en la tierra la mantendrán segura y encaminada hacia lo que quiere. Para ella, lo más importante es hacer brillar al país que le dio su nombre: Venezuela.

Lea también:

Youth Lab, un laboratorio de innovación ciudadana que aterrizó en Carabobo para estimular el pensamiento


Participa en la conversación