Expertos exigen al Gobierno resguardar las vidas de los niños en las protestas

Los especialistas precisaron que los niños, niñas y adolescentes se acercan a los puntos de las movilizaciones para obtener algún beneficio, como la comida.

Caracas. Un grupo de expertos que integran diversas organizaciones para la protección de niños, niñas y adolescentes exigió al Gobierno garantizar la vida de todos los jóvenes al ejercer su derecho como ciudadanos para protestar en las marchas.

Luis Zambrano, defensor de los Derechos Humanos de la Infancia, recalcó que lo primero que debe determinarse es que los niños, niñas y adolescentes son “sujetos plenos de derecho” que deben ser protegidos por el Estado.

Explicó que se ha perdido el concepto de la “universalidad”. Esto es, que los derechos humanos no se aplican de forma individual sino que atañen a todos los ciudadanos, de manera que el niño puede ejercer su derecho a opinar, disentir y hacer presencia públicamente.

“En la medida en que el Estado permita el derecho de la protesta, entonces los ciudadanos tendrían más acceso a sus derechos, a la seguridad social, a la defensa de sus propios derechos y garantías” (sic), aseveró.

Zambrano subrayó que la acción de protestar y manifestar es un derecho previsto en la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y del Adolescente (Lopnna), en su artículo 83, en las garantías de defender sus derechos a través de la manifestación pacífica de conformidad con la ley.

Leonardo Rodríguez, director ejecutivo de la Red de Casas Don Bosco, precisó que ante la coyuntura actual, los jóvenes que se están sumando a las protestas lo hacen para llamar la atención y obtener algún beneficio. “En el momento que surgen las manifestaciones ya se encontraban los niños en el sitio, ellos no se están adecuando a una iniciativa política”, agregó.

Asimismo, señaló que con las movilizaciones se visibilizaron los problemas de los niños venezolanos en situación de calle. “Hay mucha más gente en la calle en una manifestación, que se fijan más en la presencia de los niños, entonces es ahí donde estos intenta buscar un beneficio sea unos zapatos, comida, entre otros” (sic), detalló.

El representante de la Red de Casas Don Bosco enfatizó que los jóvenes que están en un escenario de protestas, se han desarrollado en un espacio que pone en riesgo sus vidas. “Los chamos están en el sitio donde se generan las protestas, y es el Estado el que debe garantizar sus derechos cuando son afectados por una represión”, resaltó.

Carlos Trapari, coordinador general de Cecodap, consideró que la protesta de los niños en la calle se ha criminalizado a priori sin evaluar las causas estructurales que llevan a los infantes a desertar  a las calles. El Estado individualiza los casos en vez de acatar el problema.

Trapari expresó que de existir manipulación o utilización de un niño, niña o adolescente por parte de un adulto es un delito que debe condenarse y tramitarse en el marco legal.

Insistió en que el derecho a la protesta no debe criminalizarse, debido a que el Estado incumple sus funciones de respetar, garantizar y asegurar el logro progresivo de los derechos de los jóvenes.

Además, mencionó los principales fallas del Gobierno en materia de protección de los niños: ausencia de data oficial sobre los jóvenes, de un Plan Nacional de la infancia y adolescencia, de políticas y programas de servicios, centralización e institucionalización en gestión pública, desinversión, crisis humanitaria, y politización del sistema de protección.

Susana Raffalli, nutricionista especializada en gestión de la seguridad alimentaria, alertó que entre las cifras de desnutrición en el país cada día aumentan los casos de niños más pequeños y con patologías más graves.

Siendo que la búsqueda de comida es uno de los factores que motivan la presencia de los pequeños en las calles, la especialista propuso como medida de prevención tratar de contener la alimentación desde las casas. “Hay que tratar de manejar los casos de desnutrición contenidos en las familias”. 

Además, cuestionó que el proceso de asistencia social, pese a apoyar a las personas que no consumen alimentos nutritivos en las calles, genera una acción de dependencia de las partes involucradas. “Dentro de cualquier propuesta hay que seguir la visibilidad y la interpelación a quienes tienen que ser garantes de la alimentación como ´proceso simbólico´, sagrado y biológico”, precisó.

Sostuvo que sin desvalorizar a las organizaciones sin fines de lucro que asisten a jóvenes en las calles, la mejor manera de contribuir a la “contingencia juvenil” es el abastecimiento de alimentos dentro del hogar. “Si en las casas hubiera comida, estos niños no estarían recibiendo comida en la calle”, sentenció.

Gloria Perdomo, exdirectora de la Fundación Luz y Vida en Petare,  exigió al Estado, a las familias, a la sociedad que con “propiedad absoluta” se garantice la protección integral de los niñas, niños y adolescentes.

“El Estado debería promover la incorporación progresiva de las niñas, niños y adolescentes a la ciudadanía activa, así como poner en funcionamiento un sistema rector nacional para restitución integral de los jóvenes”, agregó.

Señaló que el tema de la afectación del derecho a la educación es uno de los aspectos que vulnera el acceso educativo ante la exclusión de 874.000 niños en la matrícula escolar, la ausencia de las escuelas, inseguridad, problemas de convivencia y la precariedad en dotación de recursos.

Perdomo destacó que la protección de los niños es un derecho fundamental consagrado en el artículo 78 de la Constitución, donde el infante estará protegido por la legislación, órganos y tribunales especializados contenidos en la Carta Marga.

Por su parte, Oscar Misle, director de Cecodap, volcó su participación sobre los mensajes que los medios de comunicación difunden sobre los niños en las protestas. Recalcó que estos no deben victimizar al infante sino enunciar el hecho llamando a la protección de la parte involucrada.

Misle criticó que la imagen utilizada en los medios busca  generar “compasión” en las audiencias, en vez de promover el compromiso y conexión hacia el niño, niña y adolescentes.

“Los muchachos han tenido que hacerse visibles a través  de indumentarias y accesorios que le digan a la gente ¡aquí estoy! ¿Qué va a pasar cuando acaben las marchas y estos chamos dejen de ser los guerreros? ¿Tendrán ellos posibilidades, oportunidades, serán reconocidos?”, se preguntó.“Un niño en situación de calle sintetiza el abandono del estado y la violación de sus derechos”.

Foto: Cecodap


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