Habilitan estadio y un pabellón de ferias como refugios para afectados por Lago de Valencia

En Paraparal, más de 300 familias decidieron refugiarse por sus propios medios en dos escuelas en donde no cuentan con los servicios básicos.

Maracay. Luego del anuncio ministerial de Néstor Reverol, en el que ordenaba a las alcaldías de Girardot y Linares Alcántara del estado Aragua, habilitar refugios para albergar a unas 250 familias en riesgo inminente ante el desbordamiento del Lago de Valencia, ambas municipalidades buscan afanosamente espacios para trasladar a los damnificados.

Cronica.Uno en Aragua recibió información extraoficial de funcionarios municipales y hasta de concejales sobre la habilitación del pabellón de ferias de San Jacinto y del estadio “Julio Bracho”, ubicados en Maracay, para darle refugio a las familias cuyas viviendas resultaron gravemente afectadas por las inundaciones de aguas residuales mezcladas con las aguas del lago en las últimas semanas, y quienes han perdido todos sus enseres.

De hecho, la sede del Centro para el desarrollo del niño y adolescente (Cedna), ubicado en la urbanización Las Acacias de Maracay, iba a ser desalojado por órdenes de las autoridades municipales a objeto de albergar a 16 familias. El pronto reclamo de la comunidad impidió que esta sede en donde funcionan varios servicios como farmacia, laboratorios, consultorio médico, entre otros, fuera convertido en un refugio para damnificados, de acuerdo con lo señalado por la señora Jacqueline Acosta, vocera del consejo comunal de Las Acacias.

Pretendían desocupar estas instalaciones que por años han sido sede de varios servicios sociales. Y aunque entendemos y nos solidarizamos con las familias afectadas por el lago, nuestra comunidad no va a permitir que se nos arrebaten estos espacios que por años han prestado ayuda a nuestros vecinos. Además, la sede del Cedna no tiene las condiciones mínimas para que vivan familias allí, dijo Acosta

En el caso del municipio Linares Alcántara, la situación no es distinta. En Paraparal, una de las comunidades más impactadas con el desbordamiento del lago, cientos de familias han tenido que abandonar sus inhabitables viviendas. Algunas buscaron amparo en familiares y amigos, otras —aproximadamente 300— por sus propios medios decidieron ocupar varias aulas de las escuelas “Creación Paraparal” y “Reina de Vásquez”, en donde permanecen sin ningún tipo de atención oficial y sin ningún tipo de servicio. De hecho, la propia comunidad ha organizado vendimias para llevarles comida y agua.

Mientras tanto, el inicio del año escolar en ambas instituciones se ha visto afectado ante la dificultad que representa la permanencia de damnificados en las instalaciones educativas de la zona.

Allí están desesperanzados ante las promesas reiteradas que, por cierto, no incluyen la asignación de viviendas dignas. Por el contrario, algunos afectados aseguran que las autoridades les han señalado que deberán retornar a sus viviendas una vez se ejecute el programa Barrio Nuevo, Barrio Tricolor.

Han ofrecido pintar las casas —comentó Franklin Gavidia, dirigente comunal de la zona— como si la pintura va a quitar la contaminación de las viviendas. Muchas familias están regresando a sus deterioradas viviendas, sin enseres, porque les han dicho que el Gobierno no tiene recursos para viviendas.

En 2012 cuando se produjo una emergencia similar por la crecida del Lago de Valencia, cientos de familias aragüeñas fueron llevadas a refugios con la promesa de que en pocos meses serían reubicadas en viviendas dignas. Cinco años después, muchas de esas familias aún siguen en instituciones civiles y militares o moteles, mientras que otras, cansadas de la indolencia y la desatención oficial, prefirieron regresar a sus inundados hogares o mudarse. En ese entonces, más de 8000 familias fueron llevadas a refugios.

A la fecha, instituciones como el INCE de la Intercomunal Maracay Turmero, continúan siendo refugio de algunas familias olvidadas por el gobierno regional y nacional. Otras todavía viven en instituciones militares como el Conscripto Militar en Maracay o el Cuartel Paéz.

Foto: Cortesía


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