A pesar de la cantidad de funcionarios que anunció en enero el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, Crónica.Uno constató solo 12 uniformados en “hora pico” en la Línea 1. En agosto se reportaron hasta 65 robos diarios en todo el sistema subterráneo, según Familia Metro. 

Caracas. Luz Medina —nombre ficticio por seguridad— iba camino a su universidad, en mayo de este año, desde la estación Plaza Venezuela del Metro de Caracas, cuando notó que un hombre la siguió hasta Zona Rental. Una vez en las escaleras, el sujeto intentó quitarle la laptop que llevaba en su bolso.

Entre gritos, la joven pudo huir de la situación, mientras que los operadores de la estación la ayudaron a pasar el trago amargo con un vaso de agua, sin dar con el delincuente.

Aunque el pasado 24 de enero el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, supervisó el despliegue de 1100 funcionarios, en las 48 estaciones del Metro de Caracas, ninguno de ellos apareció en el intento de robo a Medina.

Para el momento, el ministro indicó que bajo el marco del relanzamiento del Plan de la Patria, la Policía Nacional Bolivariana (PNB) custodiaría 28 estaciones, mientras que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lo haría con las 20 restantes, en dos turnos: diurno y nocturno.

Ochos meses después, son pocos los efectivos de seguridad que se dejan ver durante el día. En un recorrido realizado por Crónica.Uno, por la línea 1 del sistema, solo constató la presencia de 12 funcionarios en cuatro estaciones de las 22 que la componen: Caño Amarillo (5 PNB), Agua Salud (2 PNB), Colegio de Ingenieros (3 GNB) y Plaza Venezuela (2 GNB).

La mayoría de ellos se encontraban apostados en la salida de las estaciones, en grupo; al tiempo que en Caño Amarillo los efectivos realizaron un recorrido por los andenes.

De acuerdo con Alberto Vivas, coordinador general de la asociación civil Familia Metro, el problema con los planes es que solo se quedan en promesas, mientras que los delincuentes y vendedores informales se mantienen a la orden del día.

El plan que se lanzó en enero se cumplió el primer día, pero no se mantuvo. Igual roban celulares, no hay personal, no ves a los funcionarios. En agosto se reportaron 65 robos diarios dentro de todo el sistema y la perspectiva es que los números aumenten en noviembre y diciembre, relató.

El 24 de enero, el ministro Néstor Reverol supervisó el despliegue de 1100 funcionarios en las 48 estaciones que componen el Metro de Caracas

Por este tipo de hechos, Iris Martínez indicó no sentirse segura en el subterráneo cuando va a su trabajo desde Chacaíto, por lo que toma las previsiones de no guardar su celular en la cartera y solo salir con las tarjetas de débito.

Su temor aumentó cuando en junio vio a un hombre con pistola que persiguió a una muchacha para robarla, en Capitolio.

El hombre la venía persiguiendo desde afuera de la estación y vi a la muchacha corriendo hasta que se montó en el tren, gracias a Dios no pasó a mayores, porque justo se cerró la puerta y el señor no pudo hacer nada, dijo la señora desde colegio de Ingenieros.

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Durante el recorrido, los usuarios comentaron que aunque escucharon del plan en su momento, no han visto la presencia de los funcionarios, y las pocas veces que esto sucede, solo hablan entre ellos o por el celular.

Usuarios piden presencia permanente de funcionarios policiales

Igualmente, el ministro Reverol reafirmó la prohibición de venta informal dentro de las instalaciones del subterráneo, en enero pasado. No obstante, es poco —o nada— lo que se ha logrado en este tema.

Vendedores de golosinas, pedigüeños y hasta “predicadores” se dejan ver en los trenes. En ocasiones, hasta tres personas ofertan las mercancía al mismo tiempo en un vagón, por lo que se interrumpen los discursos para ofrecer los productos o incluso discutir por el territorio.

Para Vivas, muchas de estas personas laboran en complicidad con los delincuentes. Resulta que muchos de los vendedores que se logran atrapar tienen antecedentes penales, han sido procesados. Algunos colaboran para que los atracos se lleven a cabo, al marcar a una persona para perseguirlos luego”, comentó.

Este 5 de septiembre, Reverol informó a través de su cuenta personal de Twitter, que se reunió con el presidente del sistema, mayor general César Vegas y con autoridades de los cuerpos de seguridad para “reimpulsar el sistema de seguridad integral dentro y fuera de las estaciones”.

Por otro lado, agregó que se activará una oficina del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) dentro de las instalaciones para atender los delitos que se comentan.

De acuerdo con Alberto Vivas, de Familia Metro, muchos de los vendedores informales son cómplices de los robos que se cometen en el sistema

Sin embargo, la misma información la dio en enero, en coordinación con el entonces ministro de Transporte y Obras Públicas, Ricardo Molina. También se acordó colocar estaciones policiales de la PNB, las cuales no se observaron a lo largo del recorrido.

En febrero de 2016 también se lanzó un plan piloto de seguridad en la línea 1 del subterráneo, por parte del gobierno de Distrito Capital que contó con la participación de funcionarios de la PNB, Guardias Patrimoniales y brigadistas. Aún así, las denuncias por hurtos y robos continuaron.

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Repartición de territorios

A Maria Auxiliadora le tocó correr hace dos meses, mientras iba en pleno tren en movimiento de Chacaíto a Sabana Grande, mientras un presunto robo se cometía dentro de los vagones.

La gente empezó a correr en estampida y a gritar ‘están atracando’, así que quedamos acorralados al final del tren. Sería bueno que hubiera presencia permanente de funcionarios, pero dependiendo, porque a veces ellos son cómplices y quedamos en las mismas, soltó la señora.

Según Vivas, en el Metro hay varios grupos de delincuentes y rateros, que se dividen las las estaciones para robar, pero estos no pueden interferir en las zonas de los demás.

En la línea 3, hay una banda de niños entre 10 y 13 años que roban en esas estaciones. La línea 1, se la reparten un grupo de viejitos, que van de Chacaíto a Petare; el de mujeres, de La Hoyada a Sabana Grande y hay otra banda que opera desde Propatria hasta Capitolio, detalló el director de la asociación.

Ante el panorama de inseguirdad, que parece no tener fin, los usuarios prefieren utilizar el sistema lo menos posible y evitar llevar artículos de valor encima.

También piden presencia permanente de los funcionarios, que realicen recorridos por todas las instalaciones, incluso dentro de los vagones.

Fotos: Mariana Mendoza


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