19 viviendas quedaron destruidas. Las mismas fueron marcadas y censadas por parte del instituto de prevención para avanzar hacia la fase de demolición y evitar poner en riesgo a los transeúntes de la zona.
San Cristóbal. Sin Sueño. Es así cómo viven más de 45 familias en el sector El Pueblito, municipio Capacho Viejo del Táchira, ante el temor a que sus viviendas colapsen debido a los deslizamientos de tierra en la zona derivados de tres nacientes de agua.
Las fuertes lluvias de hace varios días, aumentaron el caudal de estos manantiales que arrasaron con 19 hogares, en menos de 12 horas, dejando en la calle a hombres, mujeres, y niños, quienes tuvieron que huir del sitio ante el miedo que la estructura les cayera encima.
La vista en la vereda Antonio José de Sucre cambió por completo, el deslave ocurrido el pasado 11 de agosto dejó un panorama desolador, donde aquellos que tenían más de cuatro décadas residiendo en la zona, tuvieron que partir a casas de sus familiares en búsqueda de refugio, sin mirar atrás.
Sin embargo, aún queda gente. En los alrededores hay otras veredas llenas de casas que si bien no sufrieron afectaciones, sus habitantes no duermen pues oyen crujir el terreno a cada momento, cuyo sonido se hace más fuerte en las noches.
“No ha llovido más, gracias a Dios”, expresó María Alba Ramírez, una ama de casa quien aún se siente perpleja ante lo ocurrido, pues sus vecinos “de toda la vida” se quedaron sin un techo donde dormir.
Aquí pareciera que hubiese pasado un terremoto, porque ni en otros lados donde llueve las cosas se ponen así. Es increíble como el agua se llevó casas, carreteras, y hasta los postes de luz”, dijo.
La calle que usaba para transitar hacia la pasarela donde tomaba el transporte público quedó completamente destruida, ahora para movilizarse debe realizar un trayecto más largo por otra zona.
Esto mismo debe hacerlo Carmen Morales, quien afirmó vivir en El Pueblito desde hace más de 60 años. En una casa con tres habitaciones crió a sus hijos sin ningún percance, por lo cual se extraña que ocurra esta tragedia, ya que anteriormente las nacientes no se desbordaron.
“Yo tengo toda la vida viviendo aquí y jamás había pasado algo, es por ello que estamos asustados que la emergencia se extienda, y nos toque a nosotros”, acotó.
Morales fue testigo de cómo las casas se empezaron a caer una tras otra. Sintió como se partían como si fueran galletas, en medio de una inclemente lluvia que se negaba a cesar en la madrugada del 11 de agosto.
Además de las casas, una cancha, y la capilla Nuestra Señora de Guadalupe, se derrumbaron. En lo que queda de las estructuras algunas personas han optado por quitar algunos materiales como, láminas de acerolit, tubos, y cualquier cosa que sirva para un nuevo hogar.
Tal es el caso de José Gregorio Pérez, quien tenía 45 años viviendo en el sector. Explicó que su casa no se cayó cuando comenzó la emergencia, sino cuatro días después. Lo mismo le ocurrió a la de su madre, y hermana.
La casa comenzó con una grieta, yo me percaté en la noche, pero ya en la mañana tenía más de cinco centímetros, al siguiente día fue peor. Las paredes comenzaron agrietarse mucho más, por lo que nos tocó recoger rápidamente los corotos para salir antes que se nos viniera encima”, acotó.
En tres días la estructura se cayó, quedando damnificado junto a su hijo. Por fortuna un familiar que está en el exterior le prestó su vivienda para estar con sus seres queridos mientras consigue otro lugar para mudarse.
“La casa de mis vecinos se cayó en menos tiempo. la carretera colapsó en menos de un día. Lo peor es que cada día empeora, pues la estructura se ve en un punto hoy, y mañana amanece mucho más abajo, pues la tierra está arrastrando poco a poco todo lo que hay”, agregó.
Movimiento activos
Actualmente se contabilizan 19 viviendas en pérdida total y 45 en peligro potencial, pues tres vertientes de agua mantienen el movimiento activo de masas en el sector, causando el efecto empuje que desde la parte superior propició el colapso de las estructuras.
Yesnardo Canal, director de Protección Civil Táchira, consideró que es primordial efectuar las correcciones para el manejo de las aguas, pues no sólo está afectado El Pueblito sino que también, Colinas del Tope en el que se registran 59 viviendas en riesgo potencial, ya que dicho empuje deja como consecuencia viviendas con elementos estructurales fracturados.
Las viviendas ya censadas fueron marcadas por parte del instituto de prevención para avanzar hacia la fase de demolición y evitar poner en riesgo a los transeúntes de la zona.
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