A la deriva el Instituto Oceanográfico de Venezuela por la acción del hampa

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Como una tormenta ciclónica delincuentes arrasaron con las instalaciones del único Instituto Oceanográfico de América Latina y del Caribe, asentado en los espacios del Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente. Con ello, también ha destrozado 60 años de investigación.

Cumaná.- El ataque delincuencial sistemático y progresivo que sufre el Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente, ubicado en Cumaná, como la peor de las tormentas, alcanzó al Instituto Oceanográfico de Venezuela.

Antes ya han sufrido el embate de la violenta y agresiva acción del hampa el edificio de Ciencias, la Dirección de Cultura, el Auditorio, la Dirección de Bienestar Estudiantil, Imprenta Universitaria y el Centro de Sismología.

Desde sus inicios la Universidad de Oriente exhibe orgullosa como carta de presentación al Instituto Oceanográfico de Venezuela, IOV, centro de investigación con el cual la Casa más Alta del oriente venezolano inició sus actividades científicas el 12 de octubre de 1959. 

Posteriormente, la UDO comenzó el 12 de febrero de 1960 sus actividades académicas en el IOV mediante los cursos básicos.

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El IOV ha recibido reconocimientos internacionales. Foto: Mónica Salazar.

Hasta la fecha han transcurrido 60 años de producción científica y académica, en los cuales el instituto ha formado generaciones de investigadores y docentes de comprobada calidad. 

Ha recibido reconocimientos internacionales destacados que avalan el nivel de prestigio de este centro de investigación, por ser referencia mundial en el estudio de las Ciencias Marinas.

La acción hamponil vandalizó todo el edificio sede del centro de investigación. 100% de su estructura fue saqueada, desde salones, departamentos, laboratorios, hasta las bibliotecas, entre otros. 

La arremetida fue de una dimensión tal que la recuperación del Instituto Oceanográfico de Venezuela, a juicio de los propios investigadores y docentes, requerirá de ingentes recursos y voluntad para su reactivación.

De acuerdo con datos de los investigadores e impresiones del jefe de servicios generales, Mario Navarro, para recuperar la estructura del IOV se necesitarían más de 600 millones de dólares.

Mientras que los investigadores advierten que la recuperación de materiales e instrumentos para la docencia e investigación tienen un valor incalculable, dado el índice de hiperinflación que se registra en el país.

Para la directora del IOV, Mayré Jiménez, es triste y lamentable que delincuentes hayan devastado y desmantelado toda esta institución, pionera en los estudios de Ciencias Marinas en la región bajo la mirada indiferente de autoridades gubernamentales y de seguridad del Estado.

Destacó que estas instancias no han dado respuestas a las solicitudes que han requerido las autoridades universitarias en relación con los servicios de seguridad que requieren en el campus universitario.

Un instituto de alto valor

Como marco referencial, la profesora Jiménez afirmó que este instituto es el único que existe en Venezuela con estudios de quinto nivel con una matrícula para el momento de casi 30 estudiantes.

Son miles los profesionales que de este centro han egresado y para fortuna de la región –destaca la directora del IOV desde 2007– además de ofrecer el posgrado en Ciencias Marinas, es el único que desde 1990 oferta el doctorado en esta especialidad. Certifica a profesionales de toda América Latina, además de España, México, Panamá y Puerto Rico.

Jiménez contó que este ha sido un centro de investigación que ha contribuido al desarrollo de la nación y en especial al progreso del oriente venezolano, gracias a la visión de sus fundadores y los directores que, con su experiencia, tomaron el timón de este Instituto Oceanográfico y lo llevaron a puerto seguro con alto compromiso e identidad.

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En la estación hidrobiológica Turpialito, se cultivan algas marinas, moluscos, peces y ostras perleras. Foto: Mónica Salazar.

Destacó que entre ellos se encuentran los reconocidos oceanógrafos Luis Manuel Peñalver, Tayzo Okuda, Ramón Margalef, Fernando Cervigón y Pedro Roa Morales. “Todos hoy lamentarían este atentado contra la Ciencia y la Academia”, aseguró.

Sin embargo, ante la adversidad se impone el prestigio de este centro de investigación: “Desde aquí se ha prestado asesoría pertinente al Estado en los estudios ambientalistas de los proyectos gasíferos en las costas venezolanas”.

La directora del IOV agregó que cumplir con esa responsabilidad requirió de la participación de todas las universidades. Cada una con sus proyectos, pero tuvieron que contratar a los especialista del IOV porque solo el instituto cuenta con los especialistas en las áreas de ictioplancton, poliquetos, y oceanógrafos físicos y químicos, estos últimos únicos en el país. 

“Las campañas de investigación se hicieron a bordo del buque Guaiquerí II, embarcación y plataforma científica del instituto, con toda la adecuación necesaria que lo convierte en un laboratorio marítimo para todos esos estudios oceanográficos. Hoy se pierde y está siendo desvalijado en la Marina Pública de Cumaná”, aseguró.

Proyecto con NatGeo

Un  dato importante que reveló la directora es que el Instituto Oceanográfico cuenta con una estación hidrobiológica, Turpialito, a orillas del golfo de Cariaco, donde se cultivan algas marinas, moluscos, peces y ostras perleras.

Desde el IOV también se hacen los estudios de calidad de agua de las playas de Sucre y Anzoátegui para determinar cuáles son las aptas para los bañistas en épocas de Carnaval y Semana Santa.

A pesar de lo que representa esta tragedia de la acción criminal contra el instituto pudo cumplir con un proyecto internacional de microplástico del canal estadounidense Nat Geo. Este proyecto fue presentado por Luis Medina, magíster del IOV, que dirigió la investigación hacia el área de influencia del río Manzanares, afluente que atraviesa Cumaná, y se cumplieron los objetivos de la primera etapa del proyecto, con el cual se busca establecer un protocolo único de muestreo para América Latina de la presencia de microplásticos en playas de la región y su impacto en la biodiversidad marina.

Los llamados de auxilio por parte de las autoridades de la UDO han caído en saco roto y es responsabilidad del Estado rescatar este instituto. Por esta razón, la prioridad debe ser activar un mecanismo que brinde y garantice seguridad en el Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente.


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