El alcalde de Maracay, Rafael Morales, ofreció un balance de lo reconstruido y de las obras pendientes, tras el aluvión del pasado 17 de octubre de 2022.
Maracay. A seis meses del deslave de El Castaño, finalmente este medio obtuvo detalles oficiales de las afectaciones que dejó el aluvión el 17 de octubre. “El primer error fue la construcción en los márgenes del río y nosotros debemos hacer una reorganización en El Castaño. Allí existen viviendas, al menos unas 30 o 40 en situación de riesgo, construidas bajo la ilegalidad”, admite en una entrevista con Crónica.Uno el alcalde de Maracay, Rafael Morales.
Esa reorganización pasa –a decir del alcalde– por un plan especial diseñado incluso desde el año 2018, que establece construcciones de viviendas unifamiliares en El Castaño, en parcelas de 700 m2, y en Palmarito, área rodeada de la zona protectora del parque nacional Henri Pittier, de 1000 m2 con un retiro legal de 25 metros de cualquier margen o cauce de algún río.
Si aplicamos esta norma en construcciones con más de 30 años –explica– el 80 % de todo lo que está alrededor de la quebrada de Palmarito es ilegal, bien por omisión, desconocimiento o por desarrollo de la ciudad. En esa zona, la quebrada de Palmarito se utilizaba como adorno de patios traseros.
El balance de daños que dejó el deslave de El Castaño, incluye 220 viviendas con afectaciones severas, medianas y menores, de las cuales 18 en Palmarito con afectaciones graves y otras 12 con daños leves, 38 con pérdida total, otras 14 en el sector Ojo de Agua y 34 en Corozal, también con pérdidas totales, 12 con afectación leve en Palmarito y 17 que no sufrieron daños, pero que se encuentran en el margen del río.
En el sector El Potrero, el más afectado por su inminente cercanía con la montaña, hubo daños severos en casi 40 viviendas
El deslave arrasó con el 80 % del tendido eléctrico y destruyó totalmente el sistema de tuberías de aguas blancas, amén de las principales vías de acceso de estas urbanizaciones.
Comerciantes
Aunque el alcalde no precisó el número exacto de comerciantes afectados, la mayoría establecida en la avenida principal de El Castaño que conecta al norte con el resto de la ciudad, fueron exonerados del pago de cualquier tipo de tributos de manera indefinida, hasta que la zona se reconstruya totalmente.
Estas exoneraciones incluyen a los residentes de las urbanizaciones y comunidades perjudicadas por el aluvión.
Sin embargo, Yarelis Navarro, una pequeña comerciante que apenas tenía un mes de actividades en la zona, estima que son aproximadamente 11 negocios afectados en menor o mayor cuantía durante el deslave.
Navarro reconoce que recibió, aunque tres meses después, un modesto crédito bancario de 2500 dólares y la donación de unas neveras por parte de la alcaldía, con los que ha podido retomar su pequeño negocio de manera paulatina.
Los dueños de los locales no dejaron de cobrar el alquiler y tuvimos que pagar la renta, trabajando o no”, dice.
Responsabilidades
En su momento, el ambientalista Enrique García refirió que en El Castaño y en Palmarito existen construcciones a escasos dos metros del río.
“¿Qué sucederá cuando crezca su caudal y ocupe su espacio? Allí viven cientos de personas en unas construcciones que deben ser desalojadas aunque políticamente resulte incómodo. Debe hacerse porque lo importante es salvarles la vida”, advirtió.
El alcalde Morales no quiso achacar responsabilidades a quienes otorgaron los permisos, pues asegura que son de vieja data y escapan de su gestión. Lo que sí aclaró, es que esas viviendas, algunas de altísimo costo, no necesariamente tendrán una orden de demolición, pero sí trabajos de contención y de mitigación de riesgo para que sean sostenibles.
De hecho, existen construcciones como muros de gaviones, que con previa evaluación de ingeniería municipal, deberán respetar el cauce que quedó de manera natural.
El 17 de octubre de 2022, según el reporte pluviométrico del SAT-Inameh, hubo precipitaciones intensas durante siete horas que alcanzaron un total de 37 mm en la cabecera de El Castaño, sumadas a las lluvias torrenciales que cayeron de manera prolongada en los 15 días previos a los eventos.
Luiraima Salazar, geóloga, explicó que las características de estos movimientos a lo largo de las laderas del valle encajado de la quebrada de Palmarito, al norte de Maracay, se pueden describir como grandes deslizamientos de rocas, avalanchas o aludes compuestos de rocas, lodo, arena e, incluso, gases, que descienden a gran velocidad a lo largo del cauce.
Ese evento, llamado flujo de detritos, impidió una respuesta inmediata por parte de los habitantes de la zona, provocó incalculables pérdidas materiales y tres víctimas fatales.
“Se construyó donde no se debía. En Las Tejerías se asentó una población sin planificación y en El Castaño se construyeron viviendas sin los debidos estudios de suelo. En esta última, ya había evidencias de eventos naturales previos. Debió hacerse un ejercicio lógico y preguntarse cómo llegaron esos bloques de rocas a El Castaño antes de su urbanización”, explicó en su momento la geóloga Luiraima Salazar.
¿Qué se ha hecho en El Castaño?
El alcalde Morales explica una y otra vez, que la reconstrucción, implica trabajos de gran envergadura que se ejecutarán progresivamente.
Asegura que el balance actual, obtenido en una primera etapa, es positivo, sobre todo en aquellas obras estructurales que permitirán de manera permanente una mitigación de riesgos ante eventos naturales y durante el período de lluvias.
En lo que sí fue reiterativo, es en lo inviable de remover todo el sedimento y material rocoso que aún queda en la zona.
La electricidad fue restituida en un 100 %, se recuperó el suministro de agua en un 80 %, se reconstruyeron diques con tomas provisionales, se removieron 208.000 metros cúbicos de sedimento, árboles y rocas, se redimensionó el puente de Palmarito y se recuperaron las principales vías de acceso”, especificó Rafael Morales.
Aclaró que por ahora solo se han puesto capas de asfalto como paliativos, pues dentro de los planes, está previsto la pavimentación con asfalto de 5 cm que sea perdurable. También anunció la culminación del concreto armado en la llamada curva La Cumbre, en plena avenida principal y que ya presentaba graves fallas antes del deslave.
Tenemos el compromiso de recuperar en 100 % El Castaño y ahora entramos a la segunda fase para la estabilización y consolidación de los servicios públicos, y obras de mediano y largo plazo como aceras, brocales, asfaltado permanente”, detalla.
Las 14 familias de Ojo de Agua que aún se encuentran en refugios, esperan opciones habitacionales de la gran Misión Vivienda, mientras que el gobierno municipal evalúa lotes de terrenos para la reconstrucción de al menos las 18 casas de Palmarito con daños muy graves.
Nunca recuperarán las que tenían –dice el alcalde– pero estamos revisando opciones.
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