A los habitantes de los sectores Turiacas y Cabeza de Toro les prometieron una casa en otro sector hace 21 años por la falta de condiciones de habitabilidad.

Maracaibo. Los vecinos de los sectores Turiacas y Cabeza de Toro, parroquia Venezuela del municipio Lagunillas, madrugaron ayer y pasaron la noche en las afueras de la residencia del gobernador del Zulia. Reclaman una reubicación prometida hace 21 años, desde que la empresa Desarrollo Urbano de la Costa Oriental del Lago (Ducolsa) nació para resolver la situación de las familias afectadas por la subsidencia petrolera.

Son 84 familias de Turiacas y 15 de Cabeza de Toro que esperan por una respuesta de la autoridad regional. Afirman que viven en condiciones “infrahumanas” por motivo de la extracción petrolera que hace vida en el sector. Están a 11 metros bajo el nivel del mar. Las carencias de los servicios más básicos como agua, luz, alimentos, centros de salud y escuelas forman parte de su cotidianidad. “Estamos a merced del hampa y animales ponzoñosos. El alumbrado son “mechurrios”. Eso parece como la guerra de Vietnam, entre escombros y ruinas”, afirma Arnet Contreras, vocero de la comunidad.

Se ven obligados a comprar cisternas de agua. “Pero no todos tenemos 1.500 bolívares para eso”, agregó una vecina que se unía al grupo. Tampoco reciben el abastecimiento de alimentos desde hace un año, una situación que complica la “extrema pobreza” que viven, reportan.

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Aunque en el año 1995 inició un proyecto en el que daban un lapso de 15 años para el desplazamiento, aún quedan personas excluidas. El año pasado, por órdenes del presidente Nicolás Maduro, se intervino la empresa Ducolsa por parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), pues presuntamente hubo un desvío de 4.120 viviendas, desde ese momento el progreso ha sido casi nulo, explica Contreras.

En ese mismo periodo, Francisco Arias Cárdenas, gobernador del estado, dictaminó un barrido completo de los sectores afectados, pero fue el 30 de noviembre del año pasado cuando reubicaron a la última familia al urbanismo Fabricio Ojeda. La casa de Contreras fue demolida, con la condición de reparar el daño, por órdenes de Taurico Márquez, gerente de Ducolsa, denuncia. Ahora vive “arrimado”.

Luego de más de 24 horas apostados a las afueras de la residencia, sosteniendo carteles que exigían un derecho de palabra con el mismo Arias Cárdenas y no con intermediarios, lograron firmar un acta de convenio con Víctor Padrón, director en Zulia del Instituto Nacional de Vivienda (Inavi) en el que se comprometía a entablar una mesa de diálogo con los vecinos.

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