Las fallas del servicio se reportan desde hace más de 10 años y se agravaron a partir de 2004 cuando Numa Rojas fue alcalde y se promovieron invasiones en Maturín y aún esas barriadas no se integran a urbanismos consolidados.

Maturín. Desde este lunes varios sectores del casco central de Maturín reportaron fallas en cuanto al servicio de agua. De acuerdo con lo informado por una fuente interna de Aguas de Monagas se pudo conocer que la falla obedece al bajo caudal del río, como consecuencia de la sequía en la entidad.

Según comenta la fuente de la hidrológica los niveles del río se encuentran muy bajos por lo que realizar los procesos de captación de agua en la planta potabilizadora se dificultan, lo que genera poco bombeo.

Aunque atribuyen este problema a la sequía que se registra en la entidad, de manera oficial ninguna autoridad se ha pronunciado en cuanto al tema pese a que el 80 % de la población se surte del afluente. Sin embargo, gran parte de los ciudadanos han reportado fallas en el servicio.

Los problemas de agua en el casco central de la ciudad y zonas aledañas datan desde hace más de 10 años, la intermitencia de este servicio se ha vuelto tan cotidiana que ya las protestas no se generan con tanta frecuencia. Poco a poco en los diferentes sectores manifiestan que se ha acostumbrado a vivir de esta manera ante la falta de respuesta de las autoridades competentes.En el sector Las Palmeras, desde hace tres años aproximadamente, tienen fallas en cuanto a este servicio, por lo que para surtirse de agua deben caminar hasta la avenida Juncal.

Nosotros todos los días en la noche caminamos hasta la Juncal, porque el vigilante de una empresa nos regala agua, hacemos como nueve viajes de dos botellones. Lo lamentable de esta situación es que vivimos en las narices de la residencia de la gobernadora y es triste que estemos pasando por esta situación, comenta Eva Rodríguez.

La lluvia en oportunidades representa una bendición y otra manera de llenar los recipientes. Para Rodríguez, de 58 años de edad, cargar diariamente botellones de agua a su casa le genera más allá de frustración, malestares físicos como dolores en la columna y en los brazos. Destaca que en oportunidades pierde días de trabajo porque este problema.

“A veces pierdo mediodía de trabajo porque el agua llega de repente, y no llega con presión, entonces llenar un tambor tarda como tres horas más o menos y en oportunidades ni se llena completo porque se vuelve a ir el agua. Por eso cuando la tenemos aprovechamos de llenar aunque sea medio tamborcito”

En lo que se denomina “la zona alta” que abarca gran parte de la parroquia Los Godos, el problema de agua tiene casi dos décadas. Para los vecinos, el agua por tubería representa un mito.

Aquí el problema del agua es de años. Desde que tengo uso de razón hemos cargado agua para llenar pipotes. Incluso durante un tiempo, comprábamos agua a los cisternas, cuando se podía porque ahorita eso es imposible”, comenta Ricardo Meneses, habitante del sector Guaritos III

Los maturineses comentan que para 2004 cuando llegó al poder Numa Rojas, quien fue alcalde del municipio hasta 2008, comenzaron las constantes fallas del servicio de agua, sobre todo en las zonas altas de la ciudad. Esto obedece a que durante el periodo de gobierno de Rojas fueron promovidas las invasiones en Maturín, lo que ocasionó que se crearan nuevas barriadas que 11 años después aún no pertenecen a urbanismos consolidados.

Cuando el gobierno de Numa, aquí invadieron alrededor varios sectores que tenían terrenos vacíos y, por supuesto, esas invasiones no tenían servicios básicos, por lo que improvisaron tomas de agua a través de la conexiones principales y esto le fue restando presión al servicio en los urbanismos, explica Arístides Gascón habitante de la zona centro.

Las fallas constantes del servicio de agua no son tema nuevo para los maturineses, en gran parte de los sectores los vecinos han ido incluyendo dentro de su rutina diaria improvisar tomas de agua y cargar tobos hasta sus casas.

“Ya nosotros ni siquiera protestamos, porque es que nunca nos dan respuesta y hemos pasado cartas a Aguas de Monagas, a la gobernación, alcaldía. Hemos hecho de todo, pero eso es un caso perdido”, precisa Maryorie Evariste.


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