Antonio Lugo (PSUV) despidió a Ramón González, director de la radio El Cantar Revolucionario 98.3 FM, en Barbacoas, un día después de que, culminada la celebración de la palabra dominical a través de la emisora, el joven seminarista Anthony González denunciara la falta de ambulancias y de equipos e insumos en el CDI y el ambulatorio del municipio Urdaneta, en el sur de Aragua.
Maracay. “Querido pueblo de Urdaneta, hoy mi padre Ramón González, quien hasta hoy dirigía la emisora 98.3 El Cantar Revolucionario, fue despedido en las oficinas del alcalde de Barbacoas. El único pecado, falla o error de Ramón González fue no cerrarme los micrófonos cuando el día domingo culminaba la celebración de la palabra y le hacía un llamado al alcalde y demás autoridades para que se abocaran a solucionar el problema de las ambulancias y de dotar de medicamentos y equipos de bioseguridad tanto al CDI como el ambulatorio”.
A través de este comunicado publicado en su perfil de Facebook, el joven Anthony González, secretario general de AD en el municipio Urdaneta, en el sur de Aragua, reitera la denuncia que hizo a Crónica.Uno en cuanto al cierre de la emisora El Cantar Revolucionario 98.3 FM, al despido del director Ramón González, de tres operadores y una señora que realizaba labores de mantenimiento.
González explica que el pasado 4 de octubre llevó a cabo, en su condición de seminarista, la celebración de la palabra, transmitida por la emisora 98.3 FM, como todos los domingos.
“Antes –explica– de ofrecer la bendición, aproveché para hacerle un llamado respetuoso y contundente al alcalde de Barbacoas, ante la falta de ambulancias en el municipio y la carencia de insumos y equipos de bioseguridad en el CDI y el ambulatorio del municipio”.
Para ese momento, el presbítero César Antonio Márquez, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Barbacoas, tenía 24 horas esperando una ambulancia que lo trasladara hasta Camatagua, debido a una severa afección respiratoria.
El 5 de octubre, el propio alcalde, Antonio Lugo, no solo despidió al director y personal de la radio, sino que además ordenó el cierre de la emisora.
Gracias, papá, por no cerrar los micrófonos a la verdad. El llamado que le hice al alcalde Antonio Lugo y demás autoridades lo hice con respeto y diplomacia. Tengo de testigo a todo el pueblo que me escuchaba, nunca hablé de política, hablé de la verdad”, dice, cuando se refiere a Ramón González, director de la emisora por casi cuatro años.
Anthony González estudió en el Seminario Mayor María Madre de la Iglesia. Pero la enfermedad de su madre lo obligó a hacer un alto en sus estudios sacerdotales. No obstante, colabora y apoya al párroco de Barbacoas en las labores y actividades de la iglesia. También es secretario general de Acción Democrática en el municipio Urdaneta desde el 5 de agosto, y por eso cree que la medida de despido contra su padre y el cierre de la emisora fue una retaliación en su contra.
“Estoy claro –asegura– quién pidió la destitución de mi papá de la emisora. El llamado que hice fue a título personal, porque mis padres siempre han respetado los caminos que he tomado. Además, esta medida atenta contra el derecho de los ciudadanos a expresarse y a recibir información”.
Y es que la emisora El Cantar Revolucionario, que opera desde 2008, también era una tribuna no solo para la difusión de la música venezolana, sino también para la catequesis de la iglesia de Barbacoas y un espacio para que los educadores de secundaria impartan las clases, debido a la casi nula conectividad telefónica y de Internet que existe en el municipio.
Quiero denunciar, además, que las personas que compartieron mi publicación en Facebook y que de alguna manera se solidarizaron con nuestra denuncia y con el injusto despido de mi papá y del cierre de la emisora han sido amedrentados e, incluso, algunos de ellos empleados públicos, han sido amenazados con despidos”, sostiene Anthony González.
No obstante, el joven dirigente insiste en reclamar por parte del alcalde Lugo, que lleva tres períodos consecutivos, una gestión que atienda las necesidades del municipio Urdaneta y que pasan desde la escasez de gas doméstico, desde hace tres meses, a la escasez de medicamentos y equipos en el CDI y en el ambulatorio, la falta de ambulancias, entre otras calamidades.
“El padre César –explica– contrajo una bronquitis de tanto cocinar a leña, como el resto de la gente de Barbacoas, y mientras siete ambulancias inservibles están en un depósito, es la misma gente la que tiene que conseguir cómo trasladarse hasta un ambulatorio u hospital fuera del municipio, tal y como ocurrió finalmente con nuestro párroco.
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