Andrés Coba sostiene que el CNE redujo el número de diputados nominales porque el oficialismo es minoría

diputados nominales

El integrante de la Asociación Civil Queremos Elegir, promotora en los años 80 del voto nominal, advierte que el incremento del total de diputados de 167 a 277 no plantea una mejora organizativa ni funcional para la Asamblea Nacional. “El tipo de diputados que podemos elegir y la forma de elegirlos son cosas de profundo interés público porque lo que está en juego es el poder de decidir”, afirma Andrés Coba.

Caracas. De acuerdo con lo anunciado esta semana por la magistrada-rectora del Consejo Nacional Electoral Indira Alfonzo, este año los venezolanos pasarán de haber elegido de manera nominal a 68 % de los diputados a la Asamblea Nacional en 2015, a elegir por esa vía a menos de la mitad de la cámara (48 %) en diciembre próximo. Una reducción de 20 % de los diputados nominales.

Mientras tanto, el número de diputados lista fue aumentado por el directorio del CNE de 31 % a 52 %. Es decir, 21 % más diputados lista en la próxima legislatura que los que fueron elegidos por esa vía en 2015.

Este recorte en el número de diputados que la gente puede escoger en el tarjetón por su nombre, su apellido y a veces también su rostro, frente al aumento de los seleccionados unilateralmente por cada partido, buscaría asegurarle por todas las vías posibles al oficialismo el control de la próxima legislatura a través de la obtención de más de 50 % de las curules.

A esa conclusión llega Andrés Coba, miembro del consejo consultivo de Sinergia e integrante de la Asociación Civil Queremos Elegir, que a lo largo de los años 80 dio la batalla por la conquista del voto nominal, que acabó con la designación dedocrática de los gobernadores, creó la figura de los alcaldes y, a la larga, derivó en la posibilidad de que los venezolanos pudieran elegir por nombre y apellido a la mayoría de los miembros de los cuerpos deliberantes (Parlamento, consejos legislativos y cámaras municipales).

Crónica.Uno conversó con Coba sobre las implicaciones detrás del anuncio de Alfonzo y cómo este cambio en las proporciones de representantes nominales y lista a la Asamblea Nacional sigue alejando a Venezuela de la democracia y el equilibrio de poderes.

¿Cuál es la diferencia entre el voto nominal y el voto lista?

—El voto nominal es cuando los electores seleccionan a los candidatos por los cuales quieren votar por su nombre y apellido. Hay varias alternativas: voto uninominal, que es cuando un elector puede votar por un solo candidato; y voto plurinominal, cuando el elector puede elegir por nombre y apellido a dos o más candidatos de su preferencia. En Venezuela, para la elección de representantes a los cuerpos legislativos, tenemos circunscripciones uninominales y circunscripciones plurinominales. En el voto lista, en cambio, se vota por el partido y no por los candidatos, pues el partido decide entre sus militantes quiénes van a representarlo en el cuerpo legislativo que corresponda, llámese Asamblea Nacional, Consejo Legislativo Estadal o Concejo Municipal.

¿Por qué el voto nominal se considera una conquista política, una evolución del derecho al sufragio?

—Porque en Venezuela veníamos de votar por colores. Antes de la introducción del voto por nombre y apellido, los venezolanos votábamos por una tarjeta grande, donde elegíamos al presidente de la República, y una tarjeta pequeña, a través de la cual los partidos designaban a los integrantes de todos los cuerpos deliberantes. La cosa funcionaba así: quien resultaba electo presidente de la República designaba a dedo a los gobernadores. Mientras que con los votos obtenidos en la tarjeta pequeña los partidos nombraban a sus representantes en el Congreso, los consejos legislativos y los concejos municipales. Como no existía la figura del alcalde, los concejales designaban al presidente de la cámara y este fungía a su vez como alcalde. En Queremos Elegir comenzamos a hablar de elección por nombre y apellido, la capacidad de gestión y la rendición de cuentas en el ámbito de los concejos municipales. Luego lo acompañamos con la propuesta de la elección directa de gobernadores, la creación de la figura del alcalde y su elección directa también. Alcanzar esa elección nominal fue una conquista importante porque el elector ya sabía por quién iba a votar, a quién le estaba dando esa responsabilidad y a quién pedirle cuentas.

¿El anuncio de que este 2020 se elegirán menos diputados nominales y más diputados lista puede considerarse una involución del derecho al voto?

—No hay sistema electoral perfecto, pero fíjate en esto: cuando Chávez propuso la constituyente sabiendo que tenía el respaldo mayoritario del país, hizo una elección absolutamente nominal. Todos los constituyentes fueron elegidos por su nombre y apellido. Lo hizo así porque sabía que iba a captar la mayoría de los votos y porque sabía que no habría representación de los otros sectores políticos ni partidos. En la medida en que los grupos dominantes perciben que tienen menos apoyo, buscan más proporcionalidad y menos nominalidad. Lo que va a pasar con este aumento de los diputados lista con respecto a los nominales es que los partidos van a poder meter en la Asamblea Nacional más personas por la lista que los que la ciudadanía podrá escoger por nombre y apellido. Es decir, la lista partidista tendrá más peso que el voto del elector por su candidato. Más que una evolución o involución, lo que percibo es que la mayoría que domina el CNE, la fuerza política que ellos representan, sabe que están perdiendo fuerza y que no tienen candidatos que arrastren gente. Entonces buscan un mecanismo para asegurarse el meter más diputados. Lo mismo ocurre con el incremento del número de diputados. Eso es inconstitucional, porque la base del cociente electoral está establecida en la Constitución de manera expresa, no necesita aclaratoria ni interpretación y cualquier cambio en ese cociente amerita una reforma o una enmienda constitucional cuando menos.

Pero la magistrada-rectora Indira Alfonzo dijo esta semana que ese aumento a 277 diputados generará más proporcionalidad. ¿Eso es cierto?

—No. No es cierto. Lo que podemos es derivar en eso que Hermánn Escarrá llamó una ‘asamblea tumultuaria’. La cantidad no es sinónimo de calidad. El número de diputados no es lo que determina que un cuerpo deliberante cumpla con sus funciones de eficiencia, control de los otros poderes, representación, etcétera. Yo mejoraría la calidad de la representación antes que la cantidad. Además, ese discurso se contrapone al que nos vendieron en 1999 de que era necesario eliminar la Cámara del Senado porque era mucha gente. ¿Ahora aumentan el número de diputados? Además, el aumento del número de diputados tampoco significa ninguna garantía de control adicional sobre las decisiones de la Asamblea, porque, a diferencia del antiguo Congreso donde diputados y senadores tenían cualidades distintas y el Senado podía controlar o regular a la Cámara de Diputados, aquí son más diputados con la misma cualidad. Esta reforma no plantea una mejora organizativa ni funcional ni de nada, sino aumentar el número por aumentarlo.

Estas decisiones del CNE de reducir el número de diputados nominales y meter más diputados lista ¿de qué manera impacta a la gente? ¿Por qué debería ser importante para las personas elegir a sus diputados con nombre y apellido?

—Estos lodos son los polvos del pasado. En el pasado muchos venezolanos se desentendieron de lo electoral porque consideraban la política como cosa de corruptos, y le perdieron el interés. Luego vino una hiperpolitización de la gente, pero más emocional que cerebral, más del corazón, de la pasión que de la motivación de construir. Como sociedad, tenemos que evaluar cómo el habernos desentendido de la política nos ha perjudicado y nos ha traído hasta aquí. En este país vimos a una presidenta del TSJ, Luisa Estella Morales, despotricando de la separación de poderes y nadie dijo nada. El país ha tenido que protestar enérgicamente contra pronunciamientos como ese viniendo de un funcionario de esa envergadura. El tipo de diputados que podemos elegir y la forma de elegirlo son cosas de profundo interés público, porque lo que esta en juego es nuestra soberanía, el poder de decidir, que exista Estado de Derecho, justicia. Porque nos desentendimos y dijimos que eran temas de los políticos, llegamos a estos lodos que tienen embarrado a todo el país. El llamado es a que no podemos desentendernos, hay que presionar para tratar de volver al equilibrio con pesos y contrapesos y una división de poderes que garantice la democracia.


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