Antes de la pandemia 30% de los comercios estaba en riesgo por la recesión económica

Consecomercio asegura que 90 % de los locales se mantienen cerrados por las medidas de confinamiento. Asimismo, advierten que un importante número de comercios atraviesa dificultades para pagar la nómina o los gastos. “Prácticamente 90 % de la población vive del día y más del 90 % de los comercios son familiares”.

Caracas. Antes de que la emergencia por COVID-19 tocara Venezuela, distintos sectores ya estaban en amenaza por la recesión económica que arrastra el país desde 2013. El sector comercial es uno de ellos. El Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) asegura que previo a la pandemia 30 % de los afiliados estaba en riesgo. Ahora se enfrentan a dos meses de confinamiento, nuevos controles de precios y a la falta de gasolina.

El 30 de abril el Ministerio de Comercio publicó un listado con 27 artículos que entraban en esta nueva jornada de fiscalización, medida que no había sido empleada desde 2018. Hasta el 13 de mayo la lista había sido actualizada en tres ocasiones, en la segunda los aumentos de precios fueron de entre 3 % y 100 %.

“Los controles no colaboran para que se desarrolle de manera fluida la actividad en los comercios y para que haya más disponibilidad de productos. Al final los controles son controles y los resultados son perniciosos, a pesar de que se apliquen con la creencia ideológica de que son buenos”, advierte Felipe Capozzolo, presidente de Consecomercio, en entrevista a Crónica.Uno.

Señala Capozzolo que 30 % de los comercios ya estaba comprometido por la crisis económica previo a la llegada del coronavirus. Ecoanalítica calculaba en enero que el Producto Interno Bruto de la nación se contrajera 10 % este año; sin embargo, por la llegada del COVID-19 las proyecciones son más negativas y la cifra preliminar se ubica en 20 %.

Trabajadores y comercios que se dediquen a las áreas de la salud, comida o medicinas tienen permiso para trabajar, mientras dure la cuarentena, establecida desde el 17 de marzo en todo el país. No obstante, algunos se enfrentan a obstáculos por parte de las autoridades. Recientemente la Cámara Venezolana de la Industria Farmacéutica denunció que empleados de farmacias tuvieron problemas al regresar a sus casas.

Consecomercio asegura que 90 % de los locales se mantienen cerrados por las medidas de confinamiento. Asimismo, advierten que un importante número de establecimientos atraviesa dificultades para pagar la nómina o los gastos.

Prácticamente 90 % de la población vive del día y más del 90 % de los comercios son familiares, son pequeños y también son un reflejo del empobrecimiento de la población, dice Capozzolo.

Un comunicado del Ministerio de Comercio del 7 de abril informó que supermercados, bodegas de víveres, abastos, charcuterías, carnicerías y panaderías, entre otros que expendan alimentos perecederos y no perecederos debían establecer una jornada especial de atención al público desde las 8:00 a. m. hasta las 6:00 p. m. El sector farmacéutico desde las 8:00 a. m. hasta las 6:00 p. m., así como turnos o guardias programadas para tener disponibles medicamentos las 24 horas del día. Mercados municipales o populares en todo el país de 8:00 a. m. hasta las 2:00 p. m. Los expendios de agua potable de 8:00 a. m. a 6:00 p.m.

Luego de dos meses de confinamiento, el sector considera que existe una necesidad urgente de volver a retomar actividades. Por un lado para levantar el flujo de caja y mantener las operaciones y, por el otro, señalan que está la demanda de los usuarios para suplir las necesidades, como por ejemplo reparar la avería de algún equipo.

La escasez de gasolina

Desde finales de marzo la falta de gasolina empeoró en todo el país. Las colas en Caracas igualaron las que se hacen desde hace años en el interior, donde la gente pasa hasta tres días para surtirsede  en estados como Táchira o Zulia. La situación ha generado un mercado negro. Un litro de combustible puede llegar a costar entre 1 y 3 dólares. Capozzolo explica que esta situación afecta “todos los procesos de la vida cotidiana en Venezuela con o sin pandemia”.

“Esto merma la capacidad productiva de las empresas y la distribución, lo que se traduce en menos cantidades disponibles y por ley de oferta y demanda aumenta el costo de los productos, lo que se traduce en más malestar para la población. Este es un país que opera estructuralmente con gasolina”, subraya.


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