A un año de romper la hegemonía que mantuvieron los gobiernos oficialistas en Anzoátegui, el gobernador de la entidad reveló en entrevista para Crónica.Uno lo que encontró tras su llegada al llamado Palacio de los Jardines. Barreto Sira afirmó que, prácticamente, se topó con una Gobernación desmantelada al punto que ni el parque automotor se salvó del acabose.

Puerto La Cruz. “Encontramos una ruina total”. Así resume Antonio Barreto Sira su primer año de gestión al frente de la Gobernación del estado Anzoátegui.

Durante la realización de la septuagésima quinta jornada del programa “Caravana de la Salud”, el gobernador de la entidad conversó con el equipo de Crónica.Uno sobre lo que encontró cuando llegó al llamado Palacio de los Jardines el pasado 23 de octubre de 2017, tras resultar vencedor en las elecciones a gobernadores convocadas por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) —calificada de ilegítima por organismos internacionales— un año después del vencimiento del período legal.

Su victoria frente a Aristóbulo Istúriz en los comicios celebrados a principios de octubre de 2017 rompió una hegemonía oficialista de 18 años, que comenzó con el mandato del periodista Alexis Rosas y finalizó con el gobierno interino de quien fuese alcalde de Puerto La Cruz y, luego, presidente del Consejo Legislativo de la entidad, Nelson Moreno.

 ¿Qué encontró tras su arribo a la Gobernación de Anzoátegui?

—Ha sido un año de gestión muy difícil, lo que encontramos fueron las ruinas del estado. Nosotros esperábamos encontrar, después de 18 años de gobierno oficialista, una gobernación robusta, con gerencia, pero hoy puedo decirle al pueblo anzoatiguense, con total transparencia, que lo que recibimos fueron ruinas. No dejaron nada, ni el parque automotor se salvó. Hasta el propio edificio de la Gobernación fue desmantelado. Comenzamos a ordenar la casa y nuestra gestión está siendo evaluada por la Contraloría General del estado. Ya se realizan las solicitudes de recursos como debe ser y estamos presentando una serie de líneas estratégicas para comenzar el rescate de hospitales de la zona norte con salas de parto, emergencias; además de atender las principales carreteras del estado para evitar las incidencias de accidentes y planes de atención social.

 La Caravana de la Salud es uno de los programas bandera de su gestión. ¿Cuál ha sido el alcance del mismo?

Desde que se implementó ya hemos atendido a más de 75.000 personas y realizado más de 200 cirugías. La idea es llevar medicina preventiva a todos los municipios del estado, pero, indudablemente, hay una crisis humanitaria y hospitalaria que no podemos ocultar. Muchos decían que nos íbamos a quemar por cohabitar con el Ministerio de Salud, pero no podíamos dejar de hacerlo porque es el ente rector y hoy podemos decir que hemos hecho la rehabilitación de quirófanos y salas de parto tanto en hospitales de las zonas sur y oeste que tenían años sin funcionar y, por ende, congestionaban el hospital Luis Razetti. No hemos podido atender todos los ambulatorios de la red de salud estadal, pero hacia allá vamos.

Al momento de usted asumir la Gobernación, en la entidad estaban en pleno desarrollo epidemias de paludismo y difteria. ¿Cómo está hoy el panorama en ambas enfermedades?

—Ese fue uno de los regalos que nos dejó la gestión anterior y si te digo la verdad, me sorprendió, porque no tenía conocimiento en la materia y ahora ya hasta identifico los tipos de paludismo con solo verlos. Al principio comprábamos 2000 tratamientos y hoy, gracias a la ayuda de organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud y el propio Ministerio de Salud —que permite el arribo de esos medicamentos— podemos decir que hemos controlado los brotes, aunque no es fácil erradicar el paludismo de la noche a la mañana sobre todo cuando se abandonaron todos los controles, como la fumigación. Tenemos activado un cerco preventivo en la zona sur del estado para las personas que vienen de trabajar en el Arco Minero, que es donde está el foco principal de la enfermedad. En nuestra sede de salud pública contamos con el personal y los medicamentos para atender los casos de paludismo y difteria.

¿Está conforme Barreto Sira con la cantidad de recursos que asigna el Ejecutivo Central a la Gobernación del estado?

—Lo primero que te puedo decir es que el Gobierno se equivocó con la famosa reconversión monetaria. Fue un desastre y nosotros solicitamos que se agilice esta materia porque los pocos recursos que llegan para el estado se vuelven sal y agua.

La prestación en el servicio de agua potable y el transporte público se han convertido en dos grandes dolores de cabeza para los ciudadanos de Anzoátegui. ¿Ha entablado usted conversaciones con el Gobierno sobre estos temas y, de ser así, qué respuesta recibió?

—Durante la gestión pasada se creó una empresa de transporte llamada Transanzoátegui y una vez que nosotros llegamos a la Gobernación nos la quitaron y la pasaron al Ministerio del Transporte. Esa empresa es la que maneja los llamados BTR o Buses de Transito Rápido. ¿Cuál es el resultado? Un cementerio de buses apiñados en el complejo deportivo Luis Ramos. Yo conversé tanto con el ministro anterior como con el actual planteándoles la problemática del transporte en Anzoátegui y no ha habido respuesta alguna. Les pedí que nos dieran 10 de esos autobuses para nosotros repararlos y ponerlos al servicio de la colectividad y nada. Había rutas para los trabajadores del hospital Razetti y otros centros asistenciales del estado y más bien las eliminaron.

En cuanto al agua, hay una orden del Gobierno a Hidrocaribe, que es la de aislar a la Gobernación; sin embargo, nosotros hemos asumido el problema y hemos rehabilitado varios pozos y acueductos en zonas del centro, sur y oeste del estado. En la población de Guanape construimos un acueducto. Estamos dando soluciones a este problema.

  ¿Y con respecto a las constantes fallas en la zona norte y el vetusto canal de Caratal?

—Nosotros hemos hablado con las autoridades de Hidrocaribe y les dijimos que estamos a la orden para realizar mejoras en este importante sistema, pero como te dije, hay una orden de no trabajar con nosotros y uno no entiende cómo es esto, porque el presidente Nicolás Maduro dice un día que debemos trabajar unidos, pero después se emiten ordenes de aislar al que quiere trabajar.

Desde hace más de 100 días trabajadores públicos y privados realizan protestas en rechazo a la eliminación de los contratos colectivos y al aumento salarial de Bs. S. 1800 decretado por el Gobierno y lo acusan a usted de permanecer silente y no acompañarlos al frente de los reclamos por ellos realizados. ¿Qué le dice a usted a esos trabajadores?

—Nosotros hemos acompañado a los trabajadores en todo momento. Por aquí han pasado gobernadores que fueron ministros de Educación y altos cargos en la directiva del PSUV y nunca hicieron nada por los empleados del magisterio, por ejemplo. A principios de año nosotros logramos la homologación de los salarios tanto del personal de salud como del magisterio estadal, equiparándolos con sus pares nacionales, pero todos esos logros con los que ellos soñaban y lograron fueron borrados de un plumazo con la reconversión monetaria impulsada por el presidente Nicolás Maduro. Nosotros hemos hablado con los gremios y les decimos que los defendemos y acompañamos en sus luchas y que ellos deben defender en la calle sus derechos, pero esto no depende del gobierno regional.

¿Qué será de Anzoátegui en 2019?

—Nosotros esperamos que sea un año mejor. Somos optimistas y trabajamos para seguir impulsando este estado. Hay un gabinete económico que está trabajando para que la entidad pueda conseguir recursos propios y comience a despertar, pero las líneas maestras en cuanto a materia económica las dicta el Gobierno y mientras no se estabilice la moneda y se corrija el rumbo, todos los planes se nos vendrán abajo.


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