Seis meses del primer ataque contra la 30 Brigada del Ejército de Colombia ocurrió un nuevo atentado que no dejó víctimas fatales ni heridos. La violencia en el vecino país no solo amenaza la paz de esa nación, sino que también acrecienta la sensación de inseguridad que viven los habitantes de la zona fronteriza no solo del Táchira, sino también de Apure dado que son víctimas de la guerra de guerrillas de los grupos irregulares, así como también la del Estado que en su lucha contra lo que han denominado Tancol, realizan detenciones arbitrarias de campesinos.
San Cristóbal. Seis meses después del primer ataque perpetrado contra la 30 Brigada del Ejército en Cúcuta, capital del Norte de Santander, este lunes en horas de la madrugada, se registró un nuevo atentado, el cual no dejó víctimas ni heridos.
Un total de tres artefactos explosivos fueron dejados en el Cantón Militar de San Jorge, de este componente, específicamente en un cerro llamado Núcleo 86 y otros en el Cantón, tal y como informó el Ejército de Colombia en un comunicado.
Afortunadamente, este ataque no dejó víctimas fatales, heridos o daños materiales. Destacaron los uniformados que estas acciones son atribuidas al Ejército de Liberación Nacional, ELN.
Durante la mañana de este lunes, equipos pertenecientes a la brigada antiexplosivos, desactivaron cuatro cargas más en la misma zona donde fueron abandonadas las tres primeras, por lo que en diversos puntos de la ciudad fronteriza con Venezuela se oyeron detonaciones, las cuales estaban controladas.
Se adjudicaron el ataque
Por su parte, el Frente Urbano Camilo Torres Restrepo, perteneciente al ELN, a través de una misiva, reconoció que ellos fueron los autores intelectuales y materiales de este ataque.
En el texto, los irregulares aseguran que este ataque es en respuesta a la “violencia estatal”.
Segundo ataque
Vale recordar que este sería el segundo ataque en menos de un año, pues el pasado 15 de junio, disidencias de las FARC al mando de Jhon Mechas ingresó un carro bomba a estas instalaciones y lo detonó, lo que causó serios daños estructurales y decena de uniformados heridos.
Asimismo, durante esta semana se han registrado ataques no solo a sedes militares, sino a uniformados pertenecientes a la Policía Nacional de Colombia, en lo que frentes irregulares han llamado “Plan Pistola”.
El 14 de diciembre del año pasado, dos policías de la División contra Explosivos de la Policía Metropolitana de Cúcuta fallecieron tras un ataque terrorista en las adyacencias al Aeropuerto Internacional Camilo Daza de Cúcuta, Departamento Norte de Santander.
Estos atentados junto con la guerra de guerrilla que libran el ELN y las disidencias de las FARC en el Arauca, Colombia, frontera con el estado Apure causan alarma en la población que viven en las zonas fronterizas dado que se incrementa la violencia no solo la ocasionada por los enfrentamientos de los grupos irregulares, sino también la del Estado dado que es la población civil la que resulta afectada y en muchos casos se les viola sus derechos humanos, así como son detenidos arbitrarias se acusa a los campesinos de terroristas, de ser miembros de los Tancol.
Los atentados en Cúcuta han causado zozobra también en los habitantes del estado Táchira que residen en municipios colindantes con el Norte de Santander.
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