La búsqueda de comida pudo más que el paro cívico

En muchas zonas del este capitalino se vio un movimiento en la calles similar al de un sábado en la tarde. Los comercios abrieron como de costumbre, pero la actividad se desarrolló fue en torno a los mercados, panaderías y agencias bancarias.

Caracas. “Me toca comprar hoy viernes. ¿Cómo hago? Mi hija me dijo que no saliera, pero no tengo nada la casa. Si hubiese tenido algo no salgo y cumplo con el paro”, dijo María Roche.

La señora desde las 8:00 a. m. comenzó a hacer la cola de la tercera edad en las afueras de la Central Madeirense, ubicada en la avenida principal de La Urbina, municipio Sucre. Casi al mediodía no había adquirido los dos paquetes de harina que ofrecieron vender.

María dijo que vio cuando descargaron el camión y por eso salió a hacer la cola. De otra forma, comentó, se hubiese quedado en las cuatro paredes de su casa: “Lamentablemente eso le pasó a muchas personas. He visto gente comprando, no como de costumbre, pero sí hay movimiento por lo menos por esta zona”.

Pero ella no fue la única que se encontró en esa disyuntiva la mañana de este 28 de octubre. También María Aular manifestó que salió a buscar comida y encogiendo los hombros señaló: “Me hubiese gustado acatar la convocatoria de la MUD, pero la comida no va a llegar sola a la casa”.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Los supermercados trabajaron con normalidad.

Llamado no obligado

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) el pasado miércoles 26 anunció un paro cívico nacional para este viernes de 6:00 a. m. a 6:00 p. m.

Serían 12 horas en las que la gente, por decisión propia, debía dejar de hacer sus actividades de rutina. No ir siquiera al banco, era una de las pautas que se enviaban por Whatsapp.

Pero lo que se observó por el sureste de la capital fue un paro parcial. Mucha gente definió el ambiente como un sábado en la tarde, cuando ya la mayoría de las personas ha hecho sus compras.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
En algunas zonas industriales se vio el cierre parcial de empresas.

En La Urbina, donde se encontraban las vecinas Roche y Aular, un alto porcentaje de los locales comerciales subieron sus santamarías, y eso motivó a la gente a continuar con la cotidianidad. Los que se veían más llenos eran las panaderías que tenían colas y los locales de víveres.

En la redoma de Petare, a tres cuadras de donde se hacía la cola para la harina, el ambiente era el de un viernes normal y con la quincena encima.

Los  buhoneros trabajaron a sus anchas: vendieron sardinas, verduras, frutas, ropa, harina, leche, desodorante y cuanto producto regulado que no se consigue en el comercio formal.

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Los mototaxistas no faltaron en ese bululú que se mezclaba con la basura, los charcos de aguas negras y los huecos. El caos no pasó desapercibido por esa populosa zona.

Lo que sí se vio con menos fuerza fue la prestación del servicio de transporte público. Por la vía rodaron pocas camionetas y en las paradas hubo menos pasajeros aguantando el sol.

Lo mismo se observó por la avenida Francisco de Miranda, a la altura de Campo Rico, y llegando al Unicentro El Marques, donde el acostumbrado colapso vehicular quedó suspendido temporalmente, y en su lugar los transeúntes, muchos de ellos con sus bolsas con comida, se dieron el lujo de caminar de un lado a otro sin la presión de los motores.

La misma sensación de menos camionetas se presenció en las avenidas Rómulo Gallegos y en la Libertador.

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“Trabajo por mi cuenta y si no salgo a la ruta no llevo comida a mi casa. No es fácil tomar esa decisión. Hubo compañeros que sí se pararon cuando vieron que la cosa estaba floja”, refirió Rafael Díaz, conductor de la ruta Carmelita-Petare.

Las grandes empresas en la zona de Los Cortijos estuvieron operativas y a primeras horas de las mañana se vio el flujo de trabajadores y obreros por la vía principal.

La única empresa que estuvo bajo vigilancia fue el Centro Empresarial de La Polar, al que no le perdía pista una patrulla del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) que permanecía con la coctelera encendida.

Otro punto donde el paso vigilante de los funcionarios se hizo presente fue en Chacao, diagonal al Ministerio de Transporte, donde varios locales fueron custodiados por uniformados de la Policía Militar.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
En Chacao la Policía Militar hizo recorridos.

En ese municipio incluso los taladros y el movimiento en las construcciones civiles no se detuvieron. Los obreros colgaban de los andamios, imparables.

El Metro y las rutas del Metrobus no tuvieron contratiempos, no hubo suspensión, cierre de estaciones ni retrasos. Lo que sí fue una constante en las tres líneas fue la disminución de la cantidad de usuarios en horas de la mañana.

Si bien es cierto que el paro convocado estaba dirigido a la ciudadanía, es decir, se apeló a la conciencia de la población para el desarrollo de esta actividad, muchos en la vía consideraron que sin el apoyo de los comercios y del transporte el paro no resultaría 100 % exitoso.

Manuel Atencio, transeúnte, no estuvo de acuerdo con la medida, por cuanto la realidad social es otra: “La gente tiene que trabajar para salir de la crisis, no parar. Claro en un país democrático cada quien tiene derecho a expresarse, pero considero que de esta forma no puede ser. Por eso es que vez que todo está normal, que la convocatoria no resultó. Hay comercios abiertos y el transporte funcionó”.

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Los centros comerciales abrieron pasado el mediodía, las agencias bancarias tuvieron el mismo grueso de trabajo y se observó que los centros de salud privados laboraron de manera habitual.

Lo que sí fijó un común denominador fue la ausencia de escolares en las paradas, camionetas y en el Metro. Muy pocos muchachitos la mañana de este viernes salieron a sus jornadas académicas, aunque los planteles abrieron sus puertas de par en par.

Ya entrado el mediodía, el panorama de Plaza Venezuela hacia el este de la ciudad, visto a lo largo de la autopista Francisco Fajardo desde el distribuidor Salvador Allende, daba la cuenta de cómo estaba el ambiente con el paro cívico convocado por la MUD: parecido al de un sábado en la tarde.

Suroeste tipo tranquilo

En el suroeste de la ciudad la atmósfera no varió. El protagonismo igual se lo llevaron las colas en las puertas de los supermercados y panaderías.

Hacia La Bandera, específicamente en el terminal terrestre, la operatividad no se interrumpió. A primeras horas de la mañana, la descarga de pasajeros fue la usual. En las parroquias El Valle y Coche los cidadanos salieron tempranito a hacer sus colas. Incluso en la autopista, a la altura de La Rinconada, hubo una protesta a eso de las 8:00 a. m. orquestada por los caballerizos reclamando el pago de deudas laborales, pero ya a las 9:00 a. m. la tranca había desaparecido.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
El terminal terrestre La Bandera con operatividad normal este viernes.

La entrada y salida de víveres en el mercado mayor de Coche no se detuvo. Los vecinos hicieron sus compras habituales y sus colas para el pan ,que tardaron más de una hora.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Colas de casi una hora en Coche para comprar el pan.

Fotos: Miguel Hernández


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