Apagones volvieron a la vida de los carabobeños con fuerza y sin compasión

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Los apagones en Carabobo, no respetan horarios, ni programaciones, incluso pueden llegar hasta las siete horas sin explicación por parte de Corpoelec.

Valencia. Blas Laprea ya desconoce el momento del día en el que se quedará sin luz vive en la urbanización El Recreo de Valencia, a escasos metros de la Avenida Bolívar y a unos 200 metros de la frontera con el municipio Naguanagua.

Laprea no tiene ni un mes desde que se mudó a esta zona y desde entonces todos los días se le ha ido la luz. Es médico general y está haciendo una especialización, por lo que pasa buena parte de su tiempo en el hospital haciendo guardias de hasta 48 horas.

“Lo único que quiero es llegar a mi casa y acostarme a dormir, pero no puedo, porque basta y sobra que llegue y al rato se va la luz”, dice.

Antiguamente, Laprea vivía en un conjunto residencial ubicado en el municipio San Diego. Ahí este médico aseguraba que los cortes eran una situación esporádica. Sin embargo en la residencia a la que se mudó la realidad es más que agobiante.

No solo se trata de un tema de luz, tampoco hay agua, tampoco hay gas. Yo estoy pagando 100 dólares y la verdad siento que me están robando”, sostuvo el médico.

Laprea considera que sus caseros debieron haber sido honestos. Al menos con los otros servicios.

No puedo exigirles una verdad con el tema de la electricidad porque eso es muy variado, pero la verdad es que estoy esperando que este mes termine para irme a otro lugar”, dijo.

Por fortuna, Laprea vive en la planta baja y no tiene que subir escaleras, pero cuando la situación se intensifica opta por ir a casa de amigos y familiares. “A mí me da vergüenza”.

A Laprea nunca se le va la luz por menos de tres horas y como máximo son siete horas. De hecho, mientras Laprea responde a las preguntas de Crónica.Uno se le fue la luz.

Otros tienen la suerte de que en su vivienda no se les va la electricidad, o al menos casi nunca. Ese es el caso de Guillermo Márquez. Pero su privilegio no es propiamente suyo. La razón de esta “ventaja” es que vive al lado del área residencial del la 41 Brigada Blindada, conocida también como Fuerte Paramacay.

Llevo tres años viviendo aquí y se va muy pocas veces, pero cuando lo hace, por lo general tiene que ver con un tabaco quemado, o porque están cambiando las líneas de alta tensión”, comentó.

Márquez explica que ante cualquier falla, los militares hacen presión a Corpoelec para que restituya el servicio. No obstante, también clarifica que cuando ocurre algún tipo de eventualidad grave, el corte de luz se puede transformar en un verdadero apagón.  “Si ocurre es porque es algo que ni los militares pueden controlar”.

Sin embargo, cuando le toca ir a trabajar es cuando se da cuenta que la realidad de la ciudad es muy diferente a la de su hogar. Se desempeña como community manager en una agencia ubicada en el Centro Comercial Siglo XXI, ubicada en la urbanización La Viña

Al menos tres veces a la semana les cortan el servicio, por lo general a partir del mediodía.

“Es muy duro porque uno le trabaja a clientes de altura. ¿Cómo tu le dices a la gente de Fibex que no podemos tenerle lista las publicaciones porque se les fue la luz?”.

Pero, a Márquez le ha tocado en más de una oportunidad tener que darle explicaciones a sus clientes, quienes le responden molestos. “El otro día tuvimos incluso que irnos antes porque estuvimos todo el día sin electricidad y así no se puede sacar adelante un trabajo”.

Los reportes en redes sociales de cortes eléctricos en municipio como Guacara o Puerto Cabello se han vuelto comunes. Corpoelec se dedica a publicar anuncios de búsqueda de personal y la sustitución de equipos para la “mejor prestación de servicio”, sin aclarar por qué se están dando cortes sin programación y aviso. Esta realidad no escapa del territorio carabobeño, también se evidencia en todo el país.


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