Colombianos en Maracaibo pasan las de Caín para hacer trámites mientras esperan apertura del consulado (II)

consulado colombiano en maracaibo

Para 2015 se estimaba que en el Zulia había más de 700.000 colombianos, para ser el estado con mayor población connacional en el país. Hoy colombianos y venezolanos pagan cifras exorbitantes y se someten a largos viajes para tramitar sus documentos debido al cierre de los consulados en la región. En tanto, ambos países trabajan en mesas técnicas para restablecimientos de relaciones.

Maracaibo. Sola, así luce hoy la calle 69A del sector Paraíso al norte de Maracaibo, donde hace tres años funcionaba la sede del consulado colombiano en la ciudad. Mientras lavaba las paredes del edificio de dos plantas que se mantiene en óptimas condiciones, el encargado del condominio dijo: “Todavía no sabemos cuándo van abrir el consulado de nuevo, ojalá sea pronto porque aquí viene gente todos los días a preguntar por sus papeles”.

El 25 de febrero de 2019, luego que Venezuela y Colombia rompieran relaciones bilaterales, José Clavijo, quien era el cónsul del vecino país en Maracaibo, salió del país; después Nicolás Maduro ordenó la expulsión del país de todo el personal diplomático del vecino país y se cerró la sede consular. 43 meses después las oficinas lucen impecables, como si solo esperaran que llegue el personal para darles alivio a los colombianos y los nacidos en Venezuela, que en medio de la crisis migratoria buscan la opción de legalizar a sus hijos, concretar su doble nacionalidad y hacer trámites legales.

El consulado colombiano es, históricamente, el que mayor cantidad de cónsules ha acreditado en Maracaibo. Además, Colombia es de los pocos países que ha contado con representantes en otras poblaciones del estado Zulia como Encontrados, en el Sur del Lago, San Carlos del Zulia, Machiques y Paraguaipoa.

Tal y como lo explica Juan Carlos Tanus, director nacional de la Asociación de Colombianos y Colombianas en Venezuela, Zulia es el primer estado tradicionalmente con mayor población de colombianos por su potencial agrícola y relaciones socioculturales, pero sobre todo por la cercanía geográfica.

En mesas técnicas trabajan reapertura de sedes consulares

Con el restablecimiento oficial de relaciones diplomáticas, Venezuela y Colombia nombraron sus respectivos embajadores. En el caso de Venezuela, el mandatario Nicolás Maduro recibió en Miraflores a Armando Benedetti, como embajador de Colombia.

Benedetti ha asegurado que los primeros tres consulados colombianos en reanudar funciones “gradualmente” serán los de Caracas, San Cristóbal y Maracaibo. Con esto abarcarían las regiones que históricamente han registrado más presencia de ciudadanos colombianos en Venezuela.

Para ello, el gobierno colombiano instaló el jueves 8 de septiembre un equipo de trabajo para reactivar progresivamente las relaciones con Venezuela, y anunció la creación de mesas técnicas en las que se abordarán los principales asuntos que se deben resolver, como los pasos fronterizos, la seguridad, el comercio, los asuntos migratorios y consulares.

La decisión se tomó en una reunión entre funcionarios colombianos, uno ellos es el recién posesionado embajador de Colombia en Caracas, Armando Benedetti, indicó la Cancillería en un comunicado.

El país de las oportunidades

Las cifras de la Asociación de Colombianos y Colombianas en Venezuela apuntan que para el año 2015 en el estado Zulia había 772.000 colombianos, mientras que la cifra nacional sobrepasaba los 4 millones.

Esta cercanía geográfica, que al inicio de la migración colombiana al estado Zulia significó una oportunidad de crecimiento laboral y económico, hoy quedó en el pasado. “Los colombianos que quedamos aquí estamos haciendo hasta lo imposible por volver a nuestro país porque ya este no es el país de las oportunidades”, dijo casi gritando una buhonera en un mercado del centro de la ciudad.

Para finales de 2020, el gobierno del expresidente Iván Duque anunció que abrirían cuatro puntos de atención consular en la frontera binacional, los más cercanos a Maracaibo estarían en La Guajira-Maicao en la calle 16 del sector Los Olivos y el otro en el punto fronterizo de Paraguachón.

Consulado de Colombia en Maracaibo
Tres años después del cierre del Consulado de Colombia en Maracaibo sus oficinas lucen intactas. Foto: Mariela Nava

La Cancillería colombiana dijo en abril de 2019 que estos puntos de atención estaban destinados a salvaguardar los derechos de sus ciudadanos, brindar atención, acompañamiento y asistencia en temas consulares, pero no fue hasta finales de 2020 cuando estos abrieron sus puertas, después de la pandemia.

Los trámites que ofrecerían estos puntos serían: solicitud de pasaportes, copias de inscripción en el registro civil, reconocimiento de firmas de documentos privados, certificados de fe de vida o supervivencia, reconocimiento de firmas autorizadas de salidas del país para menores de edad, recuperación de nacionalidad y entrega de documentos de identidad.

La realidad es otra

“Tengo tres años esperando que abran el consulado para sacarle los papeles a mis hijos, no sabía que en Maicao había un punto de atención y ni esperanza de ir, porque con lo que me gano no llego ni a la mitad del camino con tres pelaos”, dijo Miladys López, una comerciante.

Mientras, el recién nombrado embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, manifestó su compromiso con los colombianos que residen en Venezuela que, aseguró, fueron “abandonados”, y apuntó que se reabrirán “gradualmente” los consulados de Colombia en Caracas, San Cristóbal (Táchira) y Maracaibo (Zulia).

Ante esta realidad que abre una brecha para que los colombianos puedan gestionar sus documentos en el punto más cercano, Tanus preguntó: “¿Usted cree que un colombiano, que su hijo nació en Maracaibo, se va a desplazar hasta Colombia a registrarlo con las condiciones económicas que tiene?” Aseguró que al menos el 96 % de la población colombiana que vive en Venezuela tienen menos del ingreso mínimo colombiano en territorio venezolano.

Milagros, una abogada venezolana, hija de padres colombianos, decidió este año comenzar a tramitar su nacionalidad en el país vecino. En mayo viajó a Santa Marta, tomó sus ahorros, 300 dólares, y armada con una carpeta donde guardaba sus documentos y los de sus padres pidió su nacionalidad.

Perdí el viaje, tenía que llevar mi partida de nacimiento venezolana apostillada y legalizada por el Saime de Caracas y no la tenía, aun no la tengo porque hacer ese trámite aquí es engorroso y costoso. Primero, pedir la cita por internet en la madrugada porque el sistema se cae en el día y luego viajar a Caracas. Estoy atada de manos, porque no tengo más dinero y un gestor me cobra 300 dólares”, dijo.

La mujer, de 28 años de edad, confesó que no lo hizo antes porque su madre siempre le dijo que en Venezuela había más oportunidades, pero ahora todo cambió.

“Pienso en mi hijo. Mi hermano se fue hace seis años, él hizo su trámite por el consulado y fue rápido, fácil y barato. Él tiene tres hijas allá y cuando comparo la calidad de vida, los ingresos y la calidad de la educación pienso que mi hijo y yo también merecemos eso; pero, qué ironía, aunque estamos cerca, geográficamente hablando, el bolsillo nos separa de esa oportunidad”, lamentó la profesional.

Hay que pagar

Adriana González, de 19 años, nació en la ciudad de Barranquilla, Colombia. A los 8 años emigró a Venezuela. De padres comerciantes dice que logró salir adelante con mucho sacrificio, pero luego de perder a sus padres a causa del COVID-19 el año pasado, ha decidido volver a su país natal para reunirse con su familia materna.

migrantes en Colombia
El 96 % de la población colombiana que vive en Venezuela no tiene ingresos suficientes para viajar a los puntos de atención consular en las fronteras/ Cortesía

“Hace una semana fui a Maicao, porque yo soy guajira, y un paisano me contó que allá podía pedir la cédula. Preparé mis papeles y me fui. Gaste 100 dólares en pasajes de ida y vuelta y comida, más los aranceles. Estuve dos días, el primero hice todo el registro y al siguiente fui a mi cita de cédula. Estoy esperando que llegue en un mes más o menos, para irme”, contó.

La joven aseguró que su caso es uno de los pocos que logra pasar la barrera de la maraña, como ella lo llama y explicó: “No se imaginan la cantidad de venezolanos, hijos de colombianos, que como no tienen los papeles en regla y se quieren ir de Venezuela les toca pagar un millón de pesos para que un gestor le busque a un colombiano con su mismo apellido para que los presente como parientes y les dan la cédula de una vez”.

Si el caso son padres colombianos que llevan a sus hijos venezolanos a presentar y les falta un documento, que generalmente es la partida de nacimiento apostillada por Caracas, los marañeros cobran 600.000 pesos por cabeza de menor para agilizar el proceso y la gente los paga para no perder el viaje”, continuó contando la bachiller.

Proceso en “veremos”

Mónica Angulo llegó a Venezuela hace 40 años. Comerciante de profesión, dice que a través del tiempo siempre cumplió con sus procesos migratorios y renovó cada vez su cédula amarilla en Maracaibo. En 2019 cumplió con su trámite y le tocaba gestionar su nacionalidad después de vencer su tercera cédula de transeúnte venezolana, pero el cierre del consulado retrasó ese último paso.

“Buscando soluciones fui al Saime y logré comenzar el proceso en la sede de Cabimas, pero cuando me tocó la cita, se metió la pandemia y cerraron todo. Este año he ido cuatro veces. Viajar a la Costa Oriental me ha costado hasta ahora más de 200 dólares y no he resuelto nada, porque dicen que hasta que no hayan restablecido las relaciones Colombia y Venezuela no pueden nacionalizar a los colombianos”, relató la mujer.

Mónica, como la mayoría, también buscó presupuesto con un gestor, pero se negó a pagar la cifra que el hombre le pidió por su cédula venezolana. Ya no tengo ganas de tenerla, porque todo es una complicación que al final de cuentas se traduce en plata. La verdad es que los colombianos en Venezuela lo que tenemos es la puerta para irnos, porque derechos no tenemos”, sentenció.

Lo cierto de esta realidad que atraviesan quienes buscan legalizar su situación en Venezuela o en Colombia es que sin dinero es casi imposible conseguir cualquier documento. Mientras tanto, la espera por la reapertura del consulado colombiano en Maracaibo parece eterna para los que quieren buscar otros horizontes y oportunidades.

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