Cuánto puede costar atender la emergencia médica de una mascota

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El dueño de mascotas debe disponer en su cuenta bancaria o billetera entre 100 y 1200 dólares, aproximadamente, para cubrir gastos veterinarios de urgencia.

Valencia. En Venezuela, hablar de emergencias médicas es una razón para sentir ansiedad, tomando en cuenta la inflación, la depreciación del bolívar y los bajos salarios que impiden sostener siquiera una póliza de seguro básica. Eso en el caso de las personas, pero ¿qué pasa cuando es la mascota la que necesita de servicios médicos?

A Deisy García le tocó experimentar esa realidad hace poco más de un mes, con su perra schnauzer Maya.

“Comencé a verla cambiada en su comportamiento. Comía menos, estaba retraída, adormilada, muy cansada, no hacía las necesidades en sus tiempos. Eso me pareció raro”, relata García.

Lo que terminó de alarmarla fue cuando Maya empezó a temblar sin parar. Para ese entonces, García ya había hablado con su veterinaria. En un primer momento esta atribuyó los síntomas a un malestar estomacal, pero Deisy le pidió que fuera a examinar a Maya y tomara muestras sanguíneas. Después de eso, las cosas empeoraron.

¿La garrapata?

Maya tenía activa la enfermedad de la garrapata, causada por la bacteria anaplasmosis. Los valores de la schnauzer indicaban una hemoglobina en nueve y plaquetas en rango “normal” con tendencia a la baja.

Su veterinaria cambió el tratamiento por uno contra la enfermedad, el segundo en menos de una semana, sin olvidar indicar la alimentación especial que tenían que suministrarle.

A pesar de los antibióticos consumidos luego de tres días, la fiebre seguía. Al quinto día Deisy contactó a la veterinaria, quien recomendó hacerle un eco, pero nunca dio la orden ni volvió a responder los mensajes de WhatsApp. Por esto, García buscó un nuevo veterinario, lo que implicaba un nuevo pago de consulta y nuevos exámenes de sangre que arrojaron una hemoglobina en ocho, menor cantidad de plaquetas, así como irregularidades en los riñones y el hígado.

De inmediato, el veterinario dio la orden médica para el eco y le recomendó meterla en quirófano lo más pronto posible ante una posibilidad de muerte.

Más y más verdes

Los resultados apuntaron a una piometra —infección en el útero— muy avanzada y que es muy rara que ocurra en perros de la edad de Maya. A las seis de la mañana del día siguiente entró a quirófano. Tuvo muchas complicaciones y se le realizó una histerectomía, así como la extracción de “un kilo de infección”.

Por fortuna, Maya sobrevivió. Pero la herida no cicatrizaba, lo que supuso un gasto elevado en más tratamientos.

García calcula que gastó más de 800 dólares, distribuidos de la siguiente forma: cirugía $450, $35 en el eco, en consultas $70; en exámenes $30, lo demás lo engloba en gastos de medicamentos como antibióticos, cremas, spray cicatrizante y una medicina para evitar hemorragias. A esto hay que añadirle el monto invertido en alimentos para la nueva dieta canina.

Sin cirugía también se gasta

En el caso de Luis Verónika Sánchez, la historia es distinta. Su perra Marcela, una mestiza de labrador de ocho años, no ha sufrido ningún tipo de complicación médica, pero sí ha pasado por intervenciones quirúrgicas, como la esterilización a los tres años. “Para ese entonces no fue un gasto exorbitante”.

Luis Verónika Sánchez besa a su perra Marcela. Fotografía: Armando Díaz.

Marce, como Sánchez prefiere llamar a su perra, tiene un bulto notable al tacto en la zona de su lomo, más cerca de la cola que de la cabeza. No le duele, pero ella está consciente de que es algo que requiere de atención y de una cirugía.

Claro, esto sería un proceso menor, algo muy pequeño. Es un bulto, pero no es excesivamente grande”, apuntó.

Esa sería la única cirugía inmediata que Marce tendría que hacerse. Sánchez sabe que las idas al veterinario deberían ser anuales, pero no siempre tiene la oportunidad de cumplir.

Lo máximo que puedo tardar en llevarla al veterinario es un año y medio. Es más por un chequeo, pero si tiene algún tipo de factor externo como una jornada gratuita, la llevo”, aseguró.

Fotografía: Armando Díaz.

De hecho, la última vez que Marcela fue llevada al veterinario fue porque participó como donante de sangre en una jornada. En junio o julio les toca ir a consulta.

Prestado o nada

Hasta los momentos, Sánchez no ha tenido que recurrir a otros para conseguir dinero y cubrir alguna de las necesidades de su mascota, pero sí sabe de amigos que han tenido que pedir prestado.

Cuando tú tienes una mascota que de verdad quieres y no dispones de dinero, tú haces lo que sea para resolver”.

El peso y el tamaño de los animales influye en el costo de una hospitalización, aclara Sánchez, quien describe a Marce como una perra mediana, “tirando a grande”.

Fotografía: Armando Díaz.

Franklin Borregales es médico veterinario con 20 años de experiencia, también es cirujano y afirma que es muy común en Carabobo el tema de ir a quirófano con mascotas.

Fotografía: Armando Díaz.

Las principales dolencias de estos animales pueden ser: traumatología, cesáreas, esterilizaciones, castraciones, y extirpación de lesión por piel. Pero Borregales enfatiza que esto puede variar si es un canino o un felino, incluso su edad y peso influyen.

La realidad es que el dueño de mascotas debe disponer en su cuenta bancaria o billetera de entre $100 y $1200 para cubrir este tipo de gastos.

En marzo se suscitó una protesta frente a la residencia del gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, en la que se le solicitaba un hospital veterinario en vista de los altos costos de este tipo de medicina.

Deisy García trabaja como abogada y con un negocio por su cuenta, y aún así admite que es difícil conseguir el dinero, mientras que Luis Verónika Sánchez no trabaja actualmente, por lo que depende de su familia para cualquier emergencia.

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Fotografía: Armando Díaz.

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