De acuerdo con Yendri Velásquez, integrante OVV LGBTIQ+, la expectativa de vida que tienen las mujeres trans en latinoamerica no supera los 35 años de vida. La ONG ha identificado altos niveles de violencia y ensañamiento en contra de las personas con orientación, identidad sexual y expresión de género distinta en Venezuela.
Caracas. Los crímenes de odio responden a un tema de violencia estructural en contra de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer (LGBTIQ+), que se basa en prejuicios sobre la orientación e identidad sexual y expresión de género, afirma Yendri Velásquez, activista e integrante del Observatorio Venezolanos de Violencias LGBTIQ+.
A lo largo del 2023 el OVV LGBTIQ+ registró cuatro crímenes de odio en contra de mujeres trans, destacaron dos casos de mujeres indígenas en abril.
El 2 de abril, fue hallado el cuerpo de La Pemona, de 34 años de edad, de apellidos Medina Lezama, en el estado Delta Amacuro. Se trata de una mujer trans de la etnia pemona, originaria del estado Bolívar. La víctima trabajó como peluquera y realizaba artesanías. Sobre su muerte, se presume que fue asesinada a golpes.
Tres semanas después, el 24 de abril, La Divina, de 38 años de edad, fue asesinada en el mercado Las Pulgas, en Maracaibo, estado Zulia. Era una mujer trans de la etnia Wayúu, quien trabajaba en el referido mercado mayorista. Comerciantes encontraron su cuerpo y presentó heridas de golpe en el rostro, reseñó El Diario.
La Gocha
Siete meses después, la noticia del asesinato de La Gocha conmocionó a la comunidad LGBTIQ+ por la forma cruel en la que murió. Su cuerpo fue hallado con al menos 40 puñaladas dentro de su vivienda, ubicada en el barrio Zamora, en la parroquia El Valle, en Caracas, el 7 de noviembre de 2023.
La víctima, de 45 años de edad y originaria del estado Táchira, vivía desde hace 25 años en Caracas y trabajaba en el centro Comercial El Valle. Allí trabajó en varios locales y por más de 10 años se desempeñó como estilista, en el piso 4.
Muchos clientes la han ido a buscar, pero se encuentran con la sorpresa de que La Gocha ya no está. Se fue para no volver. Quienes trabajaron con ella y la conocieron en el centro comercial, aún están tratando de asimilar la pérdida de una amiga. “Aunque se haya ido, ella vive en nuestros corazones”, dijo una trabajadora.
Los mismos trabajadores, comerciantes y clientes del centro comercial se organizaron para costear los gastos fúnebres de La Gocha.
Y es que La Gocha era una persona muy querida, así lo dijeron sus amigos a Crónica.Uno. Responsable, respetuosa, alegre, cero problemática y coqueta, son calificativos que describen a la estilista.
Caso en Maracay
Esa misma semana, la madrugada del sábado, 11 de noviembre, Grancé Hidalgo, de 27 años, fue asesinada en la avenida Bolívar Este, a la altura de la Torre Sindoni, en el estado Aragua.
Fue atacada por un grupo de delincuentes que intentaron robarla. Se presume que se resistió al robo y le dispararon en la cabeza, reseñó El Diario 2001.
Aunque el Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ no mencionó este caso, la madrugada del 8 de agosto, Susan Fernández, fue atacada con un cuchillo por un hombre en una residencia en Medellín, Colombia.
Cámaras de seguridad en la vivienda registraron el momento en el cual el homicida caminaba detrás de ella, luego el agresor huyó corriendo y otras personas que estaban en la casa fueron detrás del hombre tratando de alcanzarlo.
Según la revista Semana, las autoridades indicaron que el “agresor ya está plenamente identificado”. El victimario, quien presuntamente era un cliente de Susan, sostuvo una discusión con la víctima porque el hombre se negó a pagarle un dinero que le debía.
Altos niveles de violencia
Según el activista Velásquez, la expectativa de vida que tienen las mujeres trans en latinoamerica no supera los 35 años de vida. Desde el OVV GBTIQ+ han identificado altos niveles de violencia y ensañamiento en contra de las personas con orientación e identidad sexual y expresión de género distinta en Venezuela. Mucho de los casos de violencia terminan con la muerte de la persona y son ejecutados principalmente por hombres en lugares públicos. Resaltó que muchas de las agresiones son en la cara.
A juicio de Velásquez, este tipo de crímenes no tienen como único fin acabar con la vida de una persona, sino mandar algún tipo de mensaje a la población LGBT, en el que la próxima víctima puede ser cualquiera que pertenezca a esta comunidad.
Denunció que el Estado no ha querido asumir su responsabilidad de detener los discursos de odio y en su lugar promover campañas de inclusión y no discriminación hacia las personas LGBTIQ+.
“La no acción del Estado forma parte de su política homofóbica y transfóbica, porque al no hacer nada, no esta cumpliendo con su mandato del derecho a la no discriminación y está dejando carta abierta a que se sigan promoviendo discursos antiderecho”.
Además, subrayó que es necesario que el Estado garantice el acceso a la justicia y sin ningún tipo de retardo, pero que es imperativo que las investigaciones se lleven a cabo con una perspectiva de derechos humanos y de género, donde no se interpongan prejuicios que puedan “enturbiar el acceso a la justicia a víctimas y familiares”, tomando en cuenta que el marco legislativo aún no tipifica los crímenes de odio como un agravante dentro de los homicidios.
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