La reciente película de David Fincher está centrada en un asesino a sueldo que se equivoca y busca venganza.

Caracas. Desde 2019 Michael Fassbender no actuaba en una película. Una pausa que tomó con Dark Phoenix. Ahora vuelve bajo la dirección de David Fincher en The Killer, que se acaba de estrenar en Netflix. 

Interpreta a un asesino a sueldo. Los primeros minutos son un deleite visual que expone una dicotomía. Un personaje que cavila sobre la vida, la existencia y los propósitos mientras desde una ventana en París evalúa el edificio que tiene al frente. Así afina los detalles para cumplir con la misión: acabar con el objetivo que le asignaron.

En esos minutos, un repaso muy influenciado por La ventana indiscreta (1954), ese filme ineludible de la carrera de Alfred Hitchcock con James Stewart y Grace Kelly como protagonistas. Solo que esta vez, el fisgón no observa para pasar el tiempo mientras se recupera de una lesión, sino para ser lo más metódico posible en su tarea como asesino.

The Killer
La película usa la intimidad de su personaje para intrigar desde los primeros minutos

Todo parece ir bien hasta que se equivoca. Falla en lo que se proponer y debe huir. Cuando llega al lugar donde se supone que se refugiará, descubre que los errores en su profesión se pagan, especialmente con los más queridos. 

Es entonces cuando emprende su venganza. Toda su experticia es dirigida para encontrar a los responsables.

En The Killer, David Fincher vuelve a trabajar con el guionista Andrew Kevin Walker, ambos responsables de Seven (1995). Esta vez se encargan de adaptar la novela gráfica de Alexis Nolent y Luc Jacamon. 

The Killer
Michael Fassbender muestra una actuación sobria que respeta el viaje establecido

Es una obra de una sordidez elegante, pues se adentra en las maneras de un sicario, en su venganza y sus códigos, y en su ética, por llamarlo de una forma que ilustre sus andanzas. Es una película de paso lento, pero a un ritmo que intriga. Contemplativa por momentos y con la acción justo para dimensionar al personaje, pues no cae en la violencia como eje, sino en la reflexión alrededor del quehacer del protagonista.

La fotografía está a cargo de Erik Messerschmidt, quien se juntó con Fincher para la ilustrativa Mank (2020) así como su nombre figura en el oficio en la serie Mindhunter; una historia que se canceló, para dolor de muchos que conectaron con la disertación de esos investigadores del mal. 

The Killer es una obra que se lleva a cabo en las sombras, como el trabajo de su protagonista. Apenas unos destellos de luz que invaden lo oculto. La luz solo sirve como herramienta para la tarea. Cuando se abre el mundo, el personaje asume otras personalidades. La coherencia en las formas de Fincher como poseedor de la batuta. 

Así la película se traslada a distintas ciudades del mundo. La búsqueda no tiene fronteras, pues los entuertos entre mafiosos no reparan en nada. 

El encuentro con casa contrincante es un apartado subrayado, elementos diferenciadores en su diálogo y formas. Entre la intriga, la fuerza y la dialéctica que esconde el ímpetu de defensa.

The Killer no es la mejor película de David Fincher. Pero sin dudas es una obra digna de su trayectoria, una trama que a pesar de la simpleza de su planteamiento de venganza, ya manida por tantos, sabe cómo mantener la atención y sorprender por un protagonista intrigante, que va más allá de lo obvio, y una actuación principal que reconoce los pasos de quien lleva la carga en la obra.


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