Cultores de Palo Negro mantienen viva la historia de sus dulces a través de campañas educativas

Aunque la Dulcería Criolla de Palo Negro nació durante la crisis del Caracazo en 1989, cuando un grupo de mujeres decidió buscar una solución para generar ingresos debido a la escasez de algunos productos y sus altos precios, ahora es una plataforma para mantener viva la tradición dulcera del municipio

Maracay. Con el fin de promover y fortalecer el sentido de pertenencia en Palo Negro, municipio Libertador, cultores de la Dulcería Criolla mantienen campañas educativas en las escuelas y comunidades para fomentar el interés por sus dulces, que se han convertido en una referencia del estado Aragua.

Esta organización, conformada por cerca de 30 personas, nació durante la crisis social que vivió el país en 1989, cuando ocurrió el Caracazo. Productos como la leche escaseaban y se vendían con sobreprecio, por lo que un grupo de mujeres se planteó buscar una iniciativa para generar ingresos.

“Aquí había mujeres que producían dulces para vivir mejor y tener otros ingresos. Ante el problema coyuntural nos planteamos buscar una solución estructural y en ese diciembre hicimos un bazar de dulces para lograr un sustento económico para las necesidades decembrinas”, comentó Aura Sánchez, una de las fundadoras de la Dulcería Criolla.

Tras el éxito de la actividad en la localidad de Palo Negro, las mujeres continuaron con este tipo de jornadas cada año hasta la actualidad.

En este tiempo alcanzaron varios logros como tener una sede propia para la elaboración de sus dulces ancestrales. Además, su actividad fue declarada como patrimonio municipal durante la primera gestión del alcalde Gonzalo Díaz.

La Dulcería Criolla está ubicada en el municipio Libertador, en Aragua (Foto Glenn Requena)
Dulce legado

Pan de horno, conserva de coco, dulce de lechosa y la bebida del carato son algunos de los productos más populares en el municipio Libertador. Familias ofertan estos dulces entre noviembre y diciembre, cuando se realizan los bazares y festividades con motivo de la Navidad y el Año Nuevo.

Sánchez explicó que para no dejar que los niños, niñas y adolescentes desconozcan la historia de la dulcería del municipio, la organización promueve campañas educativas en las instituciones escolares durante todo el año. <el objetivo es que los estudiantes preserven este legado en el tiempo.

“Si nosotros no escribimos o documentamos la historia de nuestros dulces se van a extinguir con el tiempo. Hubo una época que en Palo Negro lo que había eran dulces importados y ahora tenemos productos naturales hechos en el municipio”, enfatizó.

La fundadora de la Dulcería Criolla agregó que la receta de productos como el carato es llevada a las escuelas y a comunidades para la formación de las nuevas generaciones. Además, realizan los bazares para mantener viva la historia de los dulces.

“Hacemos formación permanente en las escuelas y en las comunidades que soliciten la información. También tenemos la feria que nos permite la exposición de nuestros productos; no buscamos comercializar, sino promover la necesidad de mantener la tradición, que haya sentido de pertenencia. Tenemos que formar a la generación de relevo”.

Documentar a través de trípticos, carteleras y recetarios, también forma parte de la línea de trabajo de la organización para la recopilación de recetas de los cultores de Palo Negro.

La organización ha participado desde hace 34 años en todas las actividades decembrinas en Palo Negro (Foto cortesía Prensa Libertador)
Pan de horno, dulce histórico

Uno de los dulces más populares en Palo Negro es el pan de horno, cuya preparación es a base de maíz cariaco y aún se cocina a leña con hornos de barro, con la finalidad de mantener viva la historia.

Los orígenes de este producto datan de 1910, cuando apenas se hacían los primeros trazado de la primera calle del lugar, la “Gran Demócrata”, en honor a Francisco Linares Alcántara, quien era presidente en aquel entonces.

“Desde 1910 podemos hablar de este dulce en Palo Negro. Es muy tradicional y nosotros logramos a través de todo un trabajo que se nombre patrimonio del municipio en 1995. Vamos a preservar este dulce en el tiempo”, expresó Sánchez.


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