La tradición dice que comer 12 uvas durante los últimos 12 segundos del 31 de diciembre, junto con las campanadas, y pedir un deseo por cada una, traerá prosperidad y buena suerte para el nuevo año.
Caracas. Enrique vende frutas en el Centro de Caracas desde hace más de 23 años. En su puesto ofrece manzanas, peras, mandarinas, fresas y uvas, estás últimas tienen una temporada especial de venta por las fiestas de Fin de Año. “Hace 23 años yo vendía 250 cajas de uvas en total, ya no”, dijo.
La tradición dice que comer 12 uvas durante los últimos 12 segundos del 31 de diciembre, junto con las campanadas, y pedir un deseo por cada una, traerá prosperidad y buena suerte para el nuevo año.
Esta es una tradición que tiene su origen en España, aunque en Venezuela lleva muchos años arraigada y, a pesar de la realidad económica nacional, las familias tratan de mantener la costumbre en el tiempo.
Este año el costo de la uva importada, la que más se ve en las calles caraqueñas, está entre los siete y los nueve dólares por kilogramo en la mayoría de ventas callejeras.
Centro
Enrique tiene el kilo a siete dólares, aunque considera que debería venderla a ocho dólares para lograr un poco más de ganancia. “Uno la pone así para por lo menos ganarle 10 dólares”, ya que la caja de 10 kilos le cuesta 100 dólares.
“La cosa está triste” con respecto a las ventas pero también haciendo referencia al ambiente decembrino en general dice Johana, otra vendedora de frutas que tiene su tarantin en el Centro.
Johana tiene las uvas igualmente a siete dólares. Pero si se trata de las uvas verdes, que no traen semilla, esas las tiene a nueve dólares. Un posible comprador se acerca a preguntar, pero al final no compra. Otra persona sí decidió llevarse al menos un kilo.
El resto de compradores de María se lleva con mayor frecuencia mandarina y manzana, las cuales tienen costos más asequibles. “La venta está igual que el año pasado, bajita”.
Supermercado
En un supermercado privado Elisabeth y su hermana ven las bandejas de uvas puestas en una mesa y evalúan cuáles llevarse. “Me llevo estas”, dice Elisabeth, al elegir dos bandejas de uvas importadas, que juntas llegan casi al kilo.
En este supermercado cada bandeja cuesta un poco más de los tres dólares, es decir, dos bandejas quedan en aproximadamente ocho dólares. En otros años, debido a los costos, Elisabeth y su familia han decidido cambiar la tradición de las uvas por mandarinas.
Las llevamos para tratar de mantener la tradición, aunque sea algo simbólico”, dice Elisabeth, en cuya casa ocho personas celebrarán Fin de Año y es poco probable que esas dos bandejas de uvas alcancen para los 12 deseos de cada invitado.
En el supermercado también hay uvas nacionales, aunque es de menor la cantidad ofertada en comparación con las importadas. Estás son más pequeñas y más oscuras. 500 gramos cuestan casi cinco dólares.
Sabana Grande
Para Alfredo* la venta en esta temporada va poco a poco. En su puesto, ubicado en el bulevar de Sabana Grande, muy cerca de Chacaíto, tiene unos pocos kilos a la venta. Cada kilo cuesta nueve dólares.
Alfredo no puede comparar cómo va la venta de este año con otras temporadas, porque apenas lleva un año como frutero. Anteriormente, se dedicaba a la albañilería.
Lo que sí sabe Alfredo, es que si no vende la mercancía que le queda antes del 31 de diciembre, no volverá a comprar más uvas debido a los costos. El último lote de uvas moradas que compró le salió en 12 dólares por kilogramo.
“Aquí todo sube, no hay estabilidad de nada”, añadió.
A lo largo del bulevar, al menos hasta la estación del Metro Sabana Grande, no hay más ventas de uvas. Otro par de fruteros que hay en la zona no las ofrecieron este año, lo que más se ve es venta de ropa y zapatos por parte de comerciantes informales.
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