Tras los hechos de violencia que ocurrieron entre el 7 y el 9 de julio en la Cota 905, los pacientes renales de esta unidad en la avenida Nueva Granada —adyacente a El Cementerio, donde también hubo tiroteos— tuvieron que movilizarse a otras clínicas del IVSS para recibir la diálisis.

Caracas. Con menos horas de diálisis, sin servicio de agua frecuente y la preocupación de que en cualquier momento explote un nuevo conflicto armado en la zona están los pacientes de la Unidad de Diálisis Juan Pablo II, ubicada en la avenida Nueva Granada de Caracas. Al menos 72 pacientes que se dializan por día tienen que pasar muchas horas esperando a que llegue una cisterna o buscando atención en otros centros del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Yohelys Cépedes y su hijo de 14 años de edad, Ángel Céspedes, son pacientes del turno de la mañana de esta unidad desde hace varios años. El pasado lunes 12 de julio llegaron a las 6:00 a. m. como de costumbre para recibir la diálisis y les avisaron que no había agua, pese a que en la noche anterior les informaron que trabajarían con normalidad. Tuvieron que esperar a eso de las 9:00 a. m. hasta que llegó una cisterna y pudieron atenderlos.

Según la información que le han dado a los pacientes, el problema del agua parte de un tubo matriz que debe repararse y ha generado la problemática que tiene unos 40 días. Esto ha llevado a que se suspendan las diálisis aunque son pacientes crónicos que necesitan recibir entre tres y cuatro horas de diálisis para poder vivir.

Los pacientes de la unidad Juan Pablo II protestaron en enero de este año y trancaron la avenida, justo al frente de la estación Inces del Bus Caracas, con bancos de sala de espera, camillas y sillas de ruedas porque se les había negado la diálisis por falta de mantenimiento de la planta de ósmosis y porque no había personal que pudiera atenderlos. En esa oportunidad solo estaban asistiendo cinco enfermeros.

Hay pacientes que aguantamos, pero estamos en la lucha y queremos una solución definitiva. Que la unidad vuelva a ser lo que era antes, denunció Yohelys Céspedes.

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Protesta de los pacientes en enero de 2021. Foto: Cortesía familiares

Yohelys y su hijo tienen nueve y cuatro años recibiendo diálisis, respectivamente. En un principio, su hijo se dializaba en el J. M. de los Ríos, pero lo sacó de ese hospital debido a que el niño agarraba muchas infecciones que lo hacían regresar cada 15 días a la hospitalización. En otras oportunidades, Yohelys ha comentado que se siente como un “gasto público para el Estado” porque no puede costear los tratamientos y medicinas para la enfermedad renal.

En la unidad de diálisis conseguimos una mejor atención, pero cada día ha ido desmejorando, sostuvo Yohelys y agregó que de 40 máquinas solo están funcionando 12 y en total son 72 pacientes por día, dos de estos son menores de edad.

Por otra parte, con los hechos de violencia que ocurrieron entre el 7 y el 9 de julio en la Cota 905, los pacientes renales de esta unidad en la avenida Nueva Granada —adyacente a El Cementerio, donde también hubo tiroteos— tuvieron que resolver momentáneamente para no dejar de recibir la diálisis.

El viernes (9 de julio) llamé a la ambulancia y la muchacha me dijo que no había traslado porque las guardan en El Cementerio, contó Yohelys. Ese mismo día les avisaron a los pacientes del Juan Pablo II que no iban a abrir las instalaciones por seguridad. A eso de las 11:00 a. m. las personas que están más complicadas de salud fueron hasta la Unidad de Hemodiálisis Riverside, en Chacao, y pudieron conseguir el permiso para que los atendieran.

Luego, los pacientes lograron gestionar que los atendieran en otras clínicas del IVSS como la Hugo Chávez. Sin embargo, para algunos es difícil movilizarse hasta otra unidad y les da miedo que algún día comience una balacera en la zona y se queden atrapados.

Lo que hacen es tapar una cosa con otra. Antes nosotros éramos los que les prestábamos apoyo a otras unidades de diálisis, manifestó Yohelys.

Yohelys agregó que su hijo tiene dos meses con una bacteria luego de que en mayo se le hiciera un cambio de catéter. Están esperando los resultados del hemocultivo para descartar si agarró la bacteria en el quirófano o está en la unidad de diálisis.


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